Columna «Bajo la Lupa», Por Armando Saavedra (20-X-16).-
LA SOLEDAD DEL RECTOR
Cada día que pasa con las instalaciones de la Universidad Michoacana “tomadas” por un grupo de “estudiantes”, ya son 52 días, más solo veo al rector MEDARDO SERNA GONZÁLEZ imbuido en intensas labores de rescate de su universidad, la universidad de más de 52 mil nicolaitas.
Reuniones por aquí, reuniones por allá, a cualquier hora del día y la noche, sin importar las actividades convencionales que se sujetan a horario, el objetivo es claro: liberar las instalaciones universitarias, sin embargo, políticamente lo veo solo, rodeado de su equipo cercano, planeando y ejecutando estrategias que lleven a lograr el objetivo, con resultados pocos halagadores, pues parece que hay contrapesos que nivelan la balanza.
Cada que MEDARDO SERNA hace algo positivo en busca de la liberación, surge el respectivo contrapeso que nulifica los esfuerzos.
Los paristas o integrantes de la CUL que patrocinan el MAR, que por cierto se reducen a algunos miembros de la Casa Isaac Arriaga, de la casa Rosa Luxemburgo y también algunos de la casa 2 de octubre, ya no aciertan a explicar cuál es la causa de su “movimiento”, solo atinan a decir que exigen lugares, que es su derecho a la educación y que el testamento de Vasco de Quiroga así lo dispone.
Lo anterior lo escuché en varias entrevistas hechas por medios de comunicación a los jóvenes, los más acertados atinan a decir que los lugares que buscan, son en el área de la salud, que las demás escuelas y facultades no les interesan.
¿Y EL GOBIERNO DEL ESTADO, APÁ?
En efecto, la buena marcha de la universidad michoacana es también responsabilidad del gobierno del estado.
No pueden las autoridades estatales asumir la actitud de los avestruces, que ocultan la cabeza en la tierra, pero dejan el cuerpo fuera, evidenciando que ahí están, pero que no quieren hacer, ni saber nada de lo que represente problema.
El uso legítimo de la fuerza, es el sostén del estado, sin él, el estado no podría ejercer el poder público. Este martes pudimos observar a las fuerzas policiacas asumir –paradójicamente- la defensa de los paristas, que en momentos se vieron amenazados de ser desalojados por estudiantes regulares que están perdiendo clases.
El estado tiene la fuerza y la capacidad política de actuar en contra de los poderes fácticos que están utilizando a los jóvenes paristas, los nombres de quienes encabezan esos poderes fácticos los conoce muy bien, sabe quiénes son y qué buscan, sin embargo, solo adopta actitudes de conciliación mediática, pero nada más, no actúa.
¿Porque son un gobierno de izquierda? Es el argumento en que el gobierno del estado cimenta su actitud de no actuar, de no contribuir a la resolución pronta del conflicto, pareciera que es el propio estado el que desea utilizar el conflicto, para doblegar a su interés a la autoridad universitaria, como sí ésta no fuera absolutamente colaboracionista a los deseos del estado, de ahí que observemos al rector SERNA GONZÁLEZ políticamente solo.
Pero no solo es el gobierno estatal, sino la gran mayoría de los actores políticos, los mismísimos partidos políticos, las llamadas organizaciones de la sociedad civil, los grupos empresariales, en fin, cualquier tipo de organización social, no se manifiestan, no dicen nada, son viles observadores y testigos mudos de la desgracia universitaria.
DE LOS QUE “MUEVEN LA CUNA”
Este miércoles, pudimos leer “manifiestos” a la comunidad universitaria, suscritos por “El Consejo General de Delegados” del Sindicato Único de Empelados de la Universidad Michoacana, en el que confiesan su “apoyo” a las demandas de los paristas, de igual manera otro “manifiesto” suscrito por los Integrantes del Movimiento por la Gratuidad de la Universidad Michoacana, en el que reprueban la “expulsión” de moradores de la Casa del Estudiante Rosa Luxemburgo y ambos “manifiestos” coinciden en demandar “castigo” a integrantes de la administración universitaria, a quienes acusan de intentar desalojar a los paristas de las instalaciones de Ciudad Universitaria.
Ahora solo falta que cobardemente se permita criminalizar al rector SERNA y a sus colaboradores por el delito de tratar de recuperar las instalaciones universitarias y que los que la tienen secuestrada, sean las víctimas, a las que se les premie con lo que piden, en detrimento de la calidad académica de escuelas y facultades.
También supimos de personajes como el abogado GUSTAVO GUERRA SERVÍN, quien ofrece de manera “desinteresada” sus servicios de asesoría jurídica a los expulsados, cosa que no hizo cuando fue funcionario universitario, como jefe de control escolar, sino al contrario, fue un principal agente corruptor de jóvenes universitarios.
UN POCO DE HISTORIA
Como recuerdo lo sucedido en la década de los setentas, cuando un grupo de estudiantes “tomaron” el entonces “departamento escolar”, amenazando con quemar los archivos universitarios sí no se les otorgaban espacios en la facultad de medicina.
En esa época, la comunidad universitaria se solidarizó con las autoridades universitarias, organizando una marcha a lo largo de la avenida Madero, terminando en las afueras del departamento escolar, en donde se exigió a quienes tenían “tomado” el edificio, que lo entregaran.
Miles de universitarios unidos en esa marcha, fueron elemento fundamental para que los paristas entregaran las instalaciones universitarias.
Hoy, veo a una comunidad universitaria de más de 50 mil miembros, adormilada, pasiva, sin la capacidad de defender sus intereses ni su alma mater.
Pareciera que se lo merecen, no son más de 200 “estudiantes” los que los tienen sometidos. Qué pena.
¿Y EL ORGULLO NICOLAITA?
¿Qué no se darán cuenta los estudiantes de la facultad de medicina, que sí se rompen las normas de ingreso, se perdería la certificación y en consecuencia al terminar la carrera, ningún hospital del sector público, menos privado, los admitirá para hacer su internado rotatorio y su servicio social y en consecuencia no se podrían titular y tampoco les darían empleo?
Sí de casualidad se dan cuenta de lo grave que significa romper las políticas de ingreso a esa facultad, ¡Defiéndanla!
Pero eso sí, que sean la mayoría, no solo unos cuantos arriesgados, ¡Todos! Y bien organizados, que se haga sentir que son y están orgullosos de ser nicolaitas.