Columna «Bajo la Lupa», Por Armando Saavedra (26-IX-16)
¿HASTA CUANDO SEÑOR GOBERNADOR?
En entregas anteriores comenté para ustedes que sí algún órgano de inteligencia funcionaba con celeridad y con certeza, era el de la iglesia, pues es muy difícil que un súbdito de la iglesia mienta en el confesionario, podrá omitir decirle al confesor algunos “pecadillos” o “pecadotes”, pero los que resuelve decirle son la verdad pura y absoluta.
En esa tesitura, la iglesia católica a través de sus confesionarios, es la institución político religiosa mejor informada, más aún que el propio estado mexicano.
Los señalamientos hechos por la curia católica sobre temas de seguridad, por supuesto que tenían su fundamento y tan así fue, que el gobierno del estado se apresuró a explicar a los prelados el qué, cómo y con quién se ejecutan las estrategias de seguridad en el estado de Michoacán, pues como dijera mi amigo Manolete:
”Atentar contra la iglesia, es atentar contra Dios”, de manera que los curas católicos están sintiendo que los grupos criminales los han convertido en objetivos importantes de sus operaciones.
Después del movimiento Cristero, las relaciones de la iglesia con el estado mexicano se consolidaron por dos hechos fundamentales. Por una parte, el reconocer el Vaticano como un estado y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, lo que permitió el envío de un funcionario mexicano a ocupar la titularidad de la Embajada en el Vaticano y por su parte el enviado del Papa, ocuparía la Nunciatura apostólica en México; sin embargo, este reconocimiento también ocasionó que los grupos delincuenciales que operan en el país, reconocieran la fuerza política y económica del Estado Vaticano y de la Iglesia católica en territorio nacional.
Así las cosas, no es de extrañarse que los curas ocupen los titulares de la página roja de los medios de comunicación, empero, no son sus desviaciones emocionales la causa de la comisión de delitos, sino que ahora son objeto directo de los grupos delincuenciales, quienes les detentan los pingues ingresos que la liturgia produce a la curia romana, de ahí, que ahora los sacerdotes son objeto frecuente de asaltos, secuestros y homicidios, en donde la manzana de la discordia es el dinero de la iglesia.
PROCURADURÍA PERVERSAMENTE OMISA
Por una parte, la iglesia recibiendo el embate de la delincuencia organizada y por la otra, la autoridad persecutora de delitos, cuya actuación es deleznable, omisa y perversa.
Sólo para que usted estimado lector logre apreciarla perversidad con la que se conducen las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado en el caso del sacerdote católico JOSÉ LÓPEZ GUILLÉN, quien recientemente fuera secuestrado y posteriormente ejecutado por grupos delincuenciales.
Este asunto, el del señor Cura GUILLEN de Puruándiro, nos debe llevar a la reflexión y a una esperanza de que las autoridades del gobierno del estado asuman su responsabilidad por comisión y por omisión de diversas violaciones a la ley, por ejemplo, por haber violado el deber de lealtad y haber filtrado con perversas intenciones material reservado de la carpeta de investigación abierta con motivo de la desaparición del Cura JOSÉ LÓPEZ GUILLÉN, pues viene la interrogante sí el gobernador SILVANO AUREOLES dejará de re victimizar al prelado JOSÉ LÓPEZ GUILLÉN, pero por otra lado, hemos leído y escuchado declaraciones de los funcionarios del gobierno del estado casi negando los hechos y difamando la vida privada del sacerdote, pues ya quedó bien claro que las gráficas y videos que se “filtraron” a un medio de comunicación “consentido”, fue con la perversión de perjudicar al cura víctima y contrarestar la presión que la curia romana en México está ejerciendo con el movimiento en defensa de la familia.
Es lamentable la serie de violaciones a la ley, algunas que derivan en la comisión de delitos como en el caso del Cura donde las autoridades policiacas y el propio gobernador deslizaron información sobre preferencias sexuales diferentes del Cura en cita y algunas cuestiones de su vida privada, pues con su actuar y decir, tanto de la procuraduría, sus funcionarios y hasta el gobernador mismo, violaron el artículo 12 del Código Nacional de Procedimientos Penales que señala o define el principio de juicio previo y debido proceso, así como el importantísimo artículo 13 de dicho Código que establece el principio de presunción de inocencia, de igual manera las autoridades gubernamentales y de procuración de justicia, violaron el artículo 15 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que establece con claridad el Derecho a la Intimidad y a la Privacidad, pues las autoridades exhibieron imágenes de fotografía y video que formaban datos de prueba de la carpeta de investigación respectiva y con ello difamar al sacerdote, violando flagrantemente sus derechos de víctima que señala el artículo 109 del Código Adjetivo, ya que la Procuraduría no le prestó los servicios a que tenía derecho atendiendo a los principios constitucionales de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad, profesionalismo, eficiencia, eficacia y con la debida diligencia.
Habrá que subrayar en el colofón de este comentario, que técnicamente la procuraduría general de justicia del estado, vulneró el “deber de lealtad” y el deber de objetividad y debida diligencia, que señalan los artículos 128 y 129 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
NO ERA EL CURA EL DEL VIDEO
Publicadas como nota de ocho columnas y replicadas en las redes sociales por la Agencia Quadratin, las imágenes en las que presuntamente se aprecia al sacerdote JOSÉ ALFREDO LÓPEZ GUILLÉN entrando y saliendo de un hotel en compañía de un menor infiriendo perversamente, que el párroco no estaba desaparecido ni había sido secuestrado o levantado por algún grupo delincuencial, sino que su desaparición tenía relación con desviaciones de carácter sexual.
La perversidad en el trato al Cura ALFREDO LÓPEZ GUILLÉN poco duró, hasta que la señora LILIANA ARRIAGA salió a las redes sociales a aclarar que las fotos y el presunto video filtrado por la Procuraduría General de Justicia del Estado y publicitado por la Agencia Quadratin, correspondían a su ex pareja el señor SALVADOR LEMUS y que el menor que le acompaña en dichas fotografías es su hijo.
En efecto, ya sometidas a pruebas periciales y con los testimonios de la señora ARRIAGA, se demostró que quien ingresa y sale del hotel en Puruándiro es el señor SALVADOR LEMUS ex pareja de la señora LILIANA ARRIAGA, acompañado del menor hijo de ambos.
LILIANA ARRIAGA explicó que desde que SALVADOR LEMUS se separó de ella, se fue de Puruándiro a otra ciudad en donde trabaja y que periódicamente el señor LEMUS regresa a la ciudad de Puruándiro y habitualmente se hospeda en el mismo hotel hasta donde su hijo acude a visitarlo frecuentemente y que los rasgos físicos de su ex pareja a, solo con mucha generosidad podría decirse que se parecen al Cura JOSÉ ALFREDO LÓPEZ GUILLÉN. ¡Plop!