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José Luis DIAZ PÉREZ/Enviado
CHERÁN, Mich.-19 de julio.-Agencia ESQUEMA.- Las campanadas de la iglesia del pueblo repiqueteaban insistentemente desde antes de las seis de la tarde de este miércoles; aunque el cielo estaba nublado, no llovió, sabía que la gente del pueblo marcharía por la paz que tanto anhelan, por lo que han luchado desde aquel 15 de abril del año pasado en que se declararon en rebeldía al percatarse que se estaban acabando sus bosques y con ello se extinguía también la raza purhépecha, la raza de bronce que ha sobrevivido los embates de la modernidad.
Faltaban diez minutos para las seis de la tarde en que estaba programado el inicio de la marcha por la paz aquí, en el corazón de la Meseta Purhépecha; en la plaza poco a poco se van concentrando personas de todas las edades. Los que atienden diversos puestos de vendimias a un costado de la iglesia y el portal del edificio del Concejo Mayor Municipal, discretamente van guardando los utensilios y alistándose para la marcha.
Mujeres purhépecha, cubiertas de la cabeza con sus tradicionales rebozos de Aranza o Charapan, han colocado varios puestos de venta de velas y veladoras, en el atrio del templo; niños jóvenes y adultos las adquieren poco a poco, les colocan un vaso de plástico en la parte superior para evitar que la mecha se apague con el viento. La mayoría de los participantes va con ropa blanca, lleva en sus manos también flores blancas y globos.
Inicia lentamente el recorrido partiendo de la plaza principal por la avenida Independencia, Zaragoza, 18 de marzo, Purhépecha y hasta la Escuela Secundaria Federal; de aquel puñado que inició, se ha convertido en un río humano, son ahora más de mil 500, todos van en silencio, apenas algunos murmuros se escuchan. Al paso, se van agregando más y más personas.
Al frente van unos monaguillos del templo de San Francisco y otros que llevan una gran manta con la leyenda: “Transformar al mundo sin violencia. Gandhi”.
Custodiados por una camioneta de Protección Civil, el contingente recorre luego las calles de Ocampo sur, Galeana; ya se han incorporado también un grupo de hombres de a caballo. Los perros ladran desde adentro de las casas al paso de la impresionante marcha que se calcula una hora después del inicio, en más de dos mil personas.
