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* El secretario de gobierno recorrió hoy la comunidad; se entrevistó con el Obispo, Martín de Tours y con autoridades civiles.
Turicato, Michoacán, a sábado 14 de julio de 2012.- El gobierno del estado comprometió a los líderes religiosos de la comunidad La Nueva Jerusalén a que respeten los derechos de sus habitantes y así evitar más hechos o acciones delictuosas que dañen la integridad de quienes ahí conviven.
El secretario de Gobierno, Jesús Reyna García sostuvo una reunión con líderes religiosos de dicha comunidad en un marco de respeto y civilidad, que pudieron constatar las personas que habitan en el lugar, medios de comunicación y funcionarios estatales.
Durante el encuentro con el Obispo Martín de Tours, el secretario de Gobierno reiteró que los acontecimientos ocurridos en días pasados son reprobables, toda vez que derivan en perjuicio de todos y enfatizó que el estado actuará con puntualidad para asegurar la tranquilidad de los pobladores.
Por su parte, las autoridades religiosas y civiles de la comunidad externaron que no hay ninguna intención –por parte de ellos-, de causarle daño a nadie, o de motivar algún hecho que lastime la integridad de los habitantes.
Lamentaron que los disidentes estén siendo manipulados por maestros democráticos y un partido político para generar actos de provocación como el que culminó en la destrucción de espacios educativos. Sin embargo, reiteraron que no caerán más en estas provocaciones y que harán lo que esté de su parte para que prevalezca la tranquilidad.
Reyna García les explicó que la Procuraduría General de Justicia del estado, lleva a cabo las investigaciones pertinentes y que en su momento consignará a quienes resulten responsables de los hechos antes descritos.
El responsable de la política interna de Michoacán, estuvo acompañado por Fernando Cano Ochoa, subsecretario de Gobernación, y por Julio Hernández Granados, coordinador general de Comunicación Social, además de representantes de 30 medios de comunicación estatales y nacionales que pudieron recorrer con tranquilidad y prácticamente sin restricciones las calles y avenidas, así como espacios religiosos de La Nueva Jerusalén, lo que para muchos fue considerado como un hecho inédito.
