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Columna «Sendero Político», Por José Cruz Delgado (18-VIII-16).- La verdad ya nadie sabe quiénes son los que están realizando acciones al muy estilo terrorismo en algunas partes del estado de Michoacán. Usan capuchas para que nadie los reconozca, parece que son personas anárquicas, agitadores profesionales capaces de crear anarquía y desestabilizar gobiernos. Sin duda alguna que el gobernador Silvano Aureoles y el Procurador Martín Godoy Castro tienen razón en dudar que de que realmente todos los que participan en bloqueos y quemas de vehículos sean realmente estudiantes normalistas.
Pero los 39 detenidos dicen ser estudiantes pero sus acciones señalan otra cosa. Los padres de familia ya iniciaron sus protestas para exigir que su liberación porque según ellos son “presos políticos”. Siempre he dicho que las ideas personales deben defenderse y luchar por causas justas en bien de la sociedad pero sin caer en el exceso pues muchos convierten la Libertad de Expresión en libertinaje. Abusan de nuestra Constitución.
Los padres de familia debemos orientar a nuestros hijos en lo que está bien o mal, apoyarlos en sus luchas, repito, siempre y cuando sean justas, pero oponernos a que realicen actos vandálicos que van en contra de la sociedad. El Estado les da a los jóvenes estudiantes, techo, comida y una buena preparación de manera gratuita, los michoacanos con nuestros impuestos les damos todas las comodidades, pero en cambio, estos nos pagan con bloqueos a carreteras, atentados contra la integridad física y quemas de unidades. En resumen, muerden la mano que les da de comer y educación gratuita.
Los jóvenes, después de cometer una serie de delitos, se dicen inocentes de todo, se creen presos políticos y llaman al gobierno represor cuando se aplica la ley. ¿Cómo se les puede llamar a aquellos o aquellas que lanzan piedras y bombas molotov contra las personas que realizan su trabajo tratando de poner el orden y salvaguardad la integridad de terceros, incluso hasta poniendo en riesgo su vida?
Los padres de familia de esos dizque normalistas saben perfectamente quiénes son sus hijos y qué clase de estudiantes son pero se hacen de los oídos sordos y después dicen que son víctimas del Estado.
El Gallo de Michoacán Silvano Aureoles Conejo no debe ceder, hacerlo es perder credibilidad de sus gobernados que ya están hartos de los “desmadres” de normalistas y centistas, los michoacanos quieren la aplicación del Estado de Derecho, es un clamor general. Los que hicieron bloqueos y quemaron unidades, robaron y secuestraron deben ser castigados con todo el rigor de la ley, que no se negocie su salida, se debe poner un ejemplo de que la ley no es negociable como lo dijo el propio gobernador. Ojalá así sea porque ya es insoportable esta situación, por el bien de todos
Y bueno, tras la protesta de cámaras y organismos empresariales en el país contra el gobierno por omisión en su actuar contra la CNTE, el empresariado de Michoacán aseguró que no van contra el gobierno federal ni del local.
Serán ellos mismos los que asuman las pérdidas registradas hasta ahora por la quema de vehículos y bloqueos carreteros, además que le presentarán al Presidente de la República Enrique Peña un documento donde le piden desaparecer las escuelas normales en el estado ya que argumentan, son quienes hacen daño a la entidad.
Señaló que los muchachos desde que llegan a las normales son adiestrados para incluso la guerrilla por lo que pidió al gobierno federal actuar bajo el Estado de Derecho con la CNTE y supuestos normalistas.
Millones y millones de pesos son canalizados cada año a las normales del interior del estado de Michoacán, los estudiantes pasan las materias sin necesidad de estudiar y de aquel maestro o maestra que los repruebe porque de inmediato son echados de la institución. Los mentores se convirtieron en títeres de los seudonormalistas, al igual que los directores. Ahí son la ley.
Las únicas normales que trabajan y cuya calidad educativa es excelente son la Escuela Normal Urbana Federal de Morelia y la Escuela Normal Superior. Las demás son nido de malvivientes, pues son muy pocos los que realmente estudian, además de que son obligados a realizar marchas ya que de eso depende su instancia en los planteles educativos.
