Por Noemí Avilés.-
Antes que nada y como lo anticipó mi compañero Víctor Ardura -ahora indispuesto al análisis por cuestión de salud-, participo en esta comuna El Mirador con el reto de su agudeza y el deseo de su pronta recuperación.
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Ya no es sorpresa o causa de admiración que el gabinete de la presente administración sea experto en todo menos en lo de su incumbencia. Sabemos de los grandes actos de magia mediática en la que solo se nos esbozan apariencias.
Ayer martes las fuerzas mediáticas no escaparon a la tentación que sus oficios, indagar la opinión de los funcionarios en curso sobre lo que quisieran darle vuelta cual pagina de libro de cuentos: la comuna controversial y reveladora del investigador Ernesto Villanueva Villanueva, Michoacán, Gobierno de Impostores. En términos formales el articulo expone datos verificables, lo cual nos obliga a no desviar la atención de funcionarios que nos ofrecen la vuelta a la falta de eficacia y a poner en duda aquello que tanto se elogio del presente gabinete, su cualidad de «alto perfil». Sin duda se pone entredicho el supuesto perfil de los funcionarios, lo que nos conduce inevitablemente a la pregunta ¿Es posible que se pueda dar el ancho ante la problemática que nos enfrentamos en Michoacán con problemas financieros, de seguridad no ya solo de crimen organizado sino del fuero común, o que decir del ahorcado conflicto de obstáculos federales al presupuesto estatal?
Con todo, la declaración del funcionario, mano derecha del ejecutivo, es atrevida y fantasmagórica en tanto no desmienta con algo más de palabras llenas de emoción la declaratoria del investigador y prestigiado intelectual Villanueva. Pues referir que el procurador de justicia, Plácido Torres Pineda, cuentan con acreditación en su profesión por su desempeño como magistrado y hablar de ser ratificado por el Congreso local como procurador de justicia, no nos dice nada que una buena relación social ya política no pueda arreglar. Algo que no es extraño en las prácticas del viejo PRI, del que no distamos.
Por otra parte, la diferencia entren la declaración acusatoria en contra del ex coordinador de comunicación social como responsable directo, producto de conjeturas de persecución, -estrategia en la que pretenden desviar nuestras atención para evitar indagar en la falta de aplicación de un plan de desarrollo o incluso evasiva de la respuesta a la pregunta por su eficiencia y nivel en la función pública que nos provoca el artículo de Villanueva-, y la presentación de pruebas del articulista en mención, dista en sentido formal y profesional.
Los funcionarios de gobierno tienen mucho qué responder a los michoacanos y michoacanas cuando su lema reza por el respeto ¿Recuerdan?
De nuevo, que siempre sí
Como ya no es desconocida la aterciopelada relación entre el Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE), representado en voz del secretario general, Antonio Ferreyra Piñón y el gobierno del estado, esto después de enterarnos de la comprensión sin parangón del sindicato con el gobierno y la crisis económica; o la solicitud que pidió para restar empleo a unos cuantos indeseables, independientemente de los perfiles; igualmente la solidaridad manifiesta en las omisas huelgas justificadas el compromiso con la ciudadanía, que al parecer no es la misma que la que vivía en Michoacán en anteriores administraciones cuando a la menor provocación se emplazaban a huelga…realidades paralelas seguramente.
Pues bien, ahora estas buenas relaciones entre asalariados y patrón se tornan cada día más en solidaridad. Con un buen apretón de manos, el sindicato «comprende» lo que al inicio del Gobierno faustista el jefe del ejecutivo no admitía: el bloqueo financiero de la federación. Ahora resulta que sí, que existe indisposición del gobierno de Felipe Calderón para hacer llegar completo el presupuesto destinado a Michoacán. Así lo anticipa al hablar de un dialogo con el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, para que haya más recursos federales que, como es el caso del pago de pensiones, en tanto la labor se dificulta al tener recortes presupuestales por parte de la Federación (sic).
Aquí el problema con la ciudadanía ya no es solo la falta de confianza que se deposita en la capacidad para resolver los problemas de la entidad en unos cuantos personajes de la política priista, tampoco poner en duda que cumplan con los mínimos requisitos de profesionalidad. Ahora resulta que debemos lidiar, soportar los continuos y repetitivos dislates discursivos del que preside la entidad. ¿Cuánto más?