Columna Política «REPERCUSIONES», Por Samuel Maldonado B.- Ante las tribulaciones o sufrimientos que pasan millones de mexicanos por la situación de miseria, indigencia, estrechez, penuria o como usted quiera llamarle, pero en la que definitivamente se encuentran sumidos por la equivocación y truculencia fundamentalmente con la que han actuado los gobernantes mexicanos de los últimos sexenios, mismos a los que mucho les ha interesado quedar bien allende la frontera norte con el imperialismo económico y poco con su propia población, que reitero viven marginados del desarrollo que debiéramos tener si éstos, los “desgobernantes” cumplieran fielmente con los principios constitucionales que marca aun con todas sus modificaciones, nuestra Carta Magna.
Desde luego que estas últimas administraciones, mayoritariamente fueron electas por la ignorancia que prevalece en este amplio sector de marginados, pero además, por la corrupción de los diferentes líderes de organismos sindicalistas que traicionan a quienes representan, pero además, por la ignorancia y pobreza que los ha hecho vender su voto.
Por las condiciones actuales que relativamente no han cambiado para esta amplia gamma de la población nacional, me atrevo a asegurar que otros tantos millones de conciudadanos sueñan, o soñamos, con un México diferente, con el México que el candidato a la presidencia de la Republica en 1964 soñaba y que lo daba a conocer públicamente en el mitin de arranque de su campaña en el Monumento a la Revolución, en la ciudad de México, el día 6 de marzo de 1994.
Luis Donaldo Colosio soñaba en un México de mujeres que tuvieran mayores posibilidades de participación y desarrollo; con un México lleno de jóvenes con oportunidades para desarrollarse y que pudieran participar positivamente en el desarrollo de nuestro país.
El veía a un México lleno de trabajadores pero sin empleo, demandando oportunidades que nunca podrían encontrar y veía también a jóvenes empresarios, profesionistas, desalentados por el burocratismo que reinaba y reina todavía en el país, casi veinte años después de su asesinato, ejecutado por el poder político y económico.
Veía también un “México de maestros y maestras, de universitarios, de investíga-dores, que pedían un reconocimiento a su vida profesional, a la elevación de sus ingresos y condiciones favorables para poder desarrollarse y desarrollar a nuestro país”, condición que en nuestros días se ve imposible de alcanzar.
En su discurso que le costó la vida hablaba de los jóvenes que se veían orillados a adentrarse en la delincuencia y drogadicción debido a la falta de apoyo y oportunidades para desarrollarse positivamente, situación que hoy en día se vive prácticamente en todo el país y sin posibilidad alguna de cambiar la terrible situación económica actual.
En ese memorable discurso hablaba de sus sueños, precisamente porque veía “a un México con hambre y con sed de justicia, de gente extraviada por las distorsiones que de la Ley imponían quienes deberían de servirla”. La visión que tenía del México de entonces, no era nada satisfactoria y ofrecía sus sueños como moneda de cambio para el mejoramiento de México.
¡Ese, su sueño, le costó la vida!, pero vale la pena soñar y por eso pensamos que tenemos que hacerlo como lo hizo Luis Donaldo Colosio para poder cambiar y terminar con esta arrogancia de autoridades gubernamentales que les importa muy poco fastidiar a los ciudadanos con los incrementos descabellados de impuestos, más aun cuando el miserable salario se hace, cada día, más y más pequeño.
¡Continuemos pues con el sueño de Luis Donaldo todo este año, mismo que ya ha comenzado!.