Morelia, Mich., 17 de junio del 2012.- El próximo 22 de junio, el artista plástico Luis Palomares Frías celebrará doblemente, ya que cumplirá 80 años de vida e inaugurará a las 19:00 horas la exposición “Esencia dela Realidad” en el Centro Cultural Clavijero (CCC), para conmemorar así 65 años de labor artística; exhibición que, a su vez, es el primer proyecto de curaduría impulsado por el mismo centro.
En entrevista, el pintor nacido en Huaniqueo de Morales se manifestó contento de poder presentar su obra en un recinto como el Clavijero, espacio que calificó de digno, por lo que confió en que la presente administración impulse una nueva política de apertura, tendiente a permitir que los artistas michoacanos con trayectoria, expongan allí su trabajo.
En cuanto al contenido de la exposición, el artista indicó que abarcará diferentes etapas de su vida, desde sus primeros dibujos creado durante su paso porla EscuelaPopularde Bellas Artes dela UMSNH; institución que, dijo, en ese entonces poseía un carácter vocacional más que profesional en donde estudió de 1947 a 1949; algunos de los trabajos por él efectuados enla Escuela Nacionalde Artes Plásticas dela UNAM, mejor conocida como Academia de San Carlos en donde estudió de 1950 a 1954 y en la que acrecentó su preparación profesional, logrando realizar una gira de trabajo por Centroamérica entre 1955 y 1956, y presentar su examen profesional en 1957.
La muestra también incluirá piezas significativas y representativas en la historia, preparación profesional y evolución artística que Palomares ha alcanzado hasta llegar a nuestros días, entre ellas algunas obras que nunca ha expuesto, dos autoretratos, uno de ellos el primero creado enla EPBAy otro más elaborado a la espátula, así como su primer paisaje, con la catedral de Morelia.
Explicó que “Sueño volátil”, la última de sus obras plásticas, también se integrará a esta exposición. La pieza es una alegoría en la que presenta el patio del Centro Cultural Clavijero y aparece simbólicamente el número 65, tiempo que ha esperado para poder exponer en el que considera el mejor escaparate de Morelia.
Al hablar de su época de estudiante, explicó que fue muy serio y dedicado con el fin de conocer la disciplina y dominar las técnicas, de ahí que las obras producidas en ese tiempo resulten muy “académicas”.
Influido por los grandes creadores, Luis Palomares ingresó ala Academiade San Carlos con maestros de la talla de Luis Sahagún y Carlos Alvarado Lang, con la firme idea de pintar como José María Velasco, pues así entendía el arte, completamente realista. Sin embargo, a través de la adquisición de conocimientos sobre Historia del Arte y los ejercicios prácticos, entendió cuál era el terreno que el artista debe seguir, así como la evolución del ser humano y del arte.
Los siguientes 10 años luego de concluir su carrera profesional, Palomares, quien fue recipendiario del Premio Estatal de las Artes Eréndira en sus emisión 2008, se dedicó a afianzar los conocimientos adquiridos en la academia para, posteriormente, dar paso a otras aspiraciones, en la búsqueda de un camino personal que lo condujera a la definición de un estilo particular.
Sincero al expresarse y amable en su trato, cuenta que fue precisamente en la década de los 60 que, alejándose de otras corrientes y siguiendo su espíritu rebelde al tratar de ser él mismo, decidió incursionar en una tendencia geométrica.
Siempre pensando en la simplificación de la forma, todo lo que restó del siglo XX se ejercitó sobre esa idea, sin buscar ya la cosa “bonita y bien hecha, casi fotográfica”, en aras de crear a través de la interpretación personal.
En este sentido Palomares Frías opinó que “una cosa es ser un buen pintor y otra cosa es ser ya un artista”, y explicó: “El buen pintor es un buen imitador porque imita, por ejemplo, a la naturaleza como la ve; trata de interpretarla lo más fielmente posible”. Aclaró que en su caso, él trató de dejar eso atrás, por lo que al inicio del siglo XXI sufrió otra metamorfosis que lo llevó a abordar otros aspectos más profundos y a desarrollar otra temática, que no conlleva solamente el deseo de expresarse por medio del conocimiento, pues toma en cuenta el sentimiento del artista para lograr una expresión personal.
Inmerso en un mundo en donde la tecnología se ha hecho presente, Palomares, quien por espacio de más de 30 años se desempeñó como profesor de dibujo enla Secretaríade Educación Pública y enla Universidad NacionalAutónoma de México, aclaró que si bien la computadora es un aparato maravilloso, no se acerca a ella, pues no quiere caer en la tentación de consultar a una máquina que es, a la vez, producto de la máquina humana, y explicó: “La computadora es un invento maravilloso para la comunicación universal pero es una falsedad que nos vaya a resolver las cosas. Las máquinas proporcionan ideas para que el ser humano las resuelva. En la actualidad es una herramienta que muchos artistas utilizan, cosa que está bien siempre y cuando saquen provecho de ello, enriquezcan sus ideas y vayan acorde a lo que desean expresar, sin convertirse en sus esclavos, lo que sería un gran error”.
Consideró entonces en los tiempos actuales, el uso de las computadoras podría representar uno los peligros para la juventud, en especial para los alumnos de las escuelas de arte, quienes creen que les puede resolver todo , lo que no es así, pues un artista tiene que dominar su oficio.
Consideró además que en esta época, los alumnos no quieren perder tiempo en aprender, lo que contrasta con lo sucedido en su época de estudiante, cuando se pasaba horas y horas dibujando y pintando cosa que, afirma, le gustaba mucho.
“Un artista, consideró Palomares, debe saber dibujar y prepararse, pues pintar no es tomar una tela y embadurnarla con colores a diestra y siniestra. Eso es la mayor equivocación que puede haber. Para llegar a hacer una obra con calidad se necesita mucho conocimiento del oficio”.
Puso como ejemplo a Pablo Picasso, quien llegó a la simplificación de la forma, luego de haber acumulado una trayectoria en la que fue un alumno que hizo obra académica y evolucionó al pasar por las diferentes corrientes pictóricas propias de su tiempo para forjar su propio camino, concibiendo su propia abstracción, es decir, toda una vida de búsqueda para llegar a dicho resultado.
Con más de un centenar de exposiciones individuales en su haber, muchas de ellas presentadas en los principales museos del extranjero, así como dela Ciudadde México en donde vivió por espacio de 42 años, el pintor paisajista recuerda con especial cariño unas de ellas al considerarla la más importante de su carrera: la presentada en 1987 en el Palacio de las Bellas Artes dela Ciudadde México.
Satisfecho de su profesión y de su labor, inmerso en el arte pictórico, Luis Palomares indicó que se ha mostrado dispuesto a conversar con quienes acuden a sus exposiciones para explicarles, en caso de que así se lo soliciten, el mensaje de sus obras, lo que permite al espectador mirar las piezas de otra manera. También aseguró que no se ha arrepentido de su carrera, por lo que si volviera a nacer buscaría la forma de estudiar lo mismo, para seguir disfrutando de su trabajo, pintando día y noche, pues cree que nadie disfruta tanto el trabajo como el artista, trátese de la disciplina que se trate.
Amante de los colores y los trazos, quien fuera nominado al Premio Universidad Nacional Autónoma de México en el año de 1988 y becario del INBA como productor de Arte en 1982, expresó que si bien dedica todo el tiempo a pintar en su taller, para él ha sido fundamental el leer para documentarse. Otra manifestación artística que le acompaña y le resulta de sumo agrado es la música, en especial la clásica, misma que escucha y le inspira en sus procesos creativos, es decir que mientras pinta, las piezas de autores como Beethoven y Wagner le acompañan.
Tras agradecer la oportunidad de presentar “Esencia dela Realidad” en el CCC, Luis Palomares extendió una petición en el sentido de que en dicho recinto cultural se cuente con un espacio permanente para obra de pintores michoacanos del siglo XIX, otro de carácter temporal destinado a artistas locales con trayectoria, y otro para pintores extranjeros.