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Por Víctor Ardura.-
No sé si hay la sugerencia y en algunos casos la orden, de minimizar hechos tan graves como lo sucedido a los dos pequeños que fueron secuestrados y asesinados, pero lo cierto es que la cobertura de la marcha del día de hoy adoleció de fallas inducidas, porque no creo que sean naturales.
La mejor nota, desde mi punto de vista, la encontré en el diario La Jornada Michoacán, y es de la autoría de Antonio Aguilera. Lo que nos dice Antonio es que los marchistas, si bien andaban de blanco lo cual supondría un cierto símbolo de paz, fueron bastante exigentes en sus planteamientos.
En el Palacio Legislativo a la única legisladora que pudieron encontrar, joven diputada que milita las siglas del PRI, y a ella le expusieron justamente su impotencia, su rabia, sus amenazas. Me parece terrible que legalmente se pueda considerar a una persona como extraviada una vez que pasen 72 horas. Es lamentable que la Procuraduría General de Justicia haya actuado con tanta demora, con tanto plazo sesgado, y todavía se haya tomado la molestia de arrestar a un familiar de una de las víctimas por haberse atrevido a disparar un arma de fuego al aire ¡Terrible delito!
Daniel de los Santos se comprometió a interceder sus buenos oficios para que los demandantes se entrevisten con el Gobernador Fausto Vallejo Figueroa, o ya de perdida con el Procurador, Plácido Torres Pineda, quien no descolla precisamente por su sensibilidad y talento.
La marcha convivió con el plantón que mantienen los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Tengo entendido que de los maestros recibieron también apoyo a sus exigencias.
La muerte violenta siempre es un hecho punible, y más cuando se trata de este tipo de casos. ¿O es que los policías nada más son eficientes para reprimir y golpear a estudiantes, y no para brindar seguridad a los ciudadanos de a pie?
