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El Nuevo Gobierno y Democracia Participativa

Artículo de Fondo, Por Rafael García Tinajero.- Michoacán es sin duda un estado potencialmente riquísimo, sus grandes riquezas naturales, su situación geográfica, la variedad de sus climas, su biodiversidad y su gran capital humano   Debieran tenerlo entre las entidades federativas más importantes y avanzadas del país. Sin embargo sucede justamente lo contrario,  pobreza, desigualdad, exclusión, falta de oportunidades, corrupción, barreras para el acceso a derechos básicos como la salud, la alimentación o la educación, son flagelos que  están entre nosotros desde hace muchas décadas pero se han agudizado porque en Michoacán y  en el país vivimos una grave crisis en cuyo centro se encuentra la manera en que se ha venido ejerciendo el poder público a través del tiempo lo que ha dado lugar a serios problemas  de representación política producto de una democracia disfuncional  que es, a su vez,  consecuencia de una transición política inconclusa.

Pasamos hace pocos años de un sistema autoritario de partido único a uno pluripartidista, también autoritario, en el que prevalecen no solo estructuras e instituciones burocráticas, clientelares y corruptas, sino también los usos y costumbres que, ahora asimilados por todos los actores políticos,  daban sustento al antiguo orden.

El resultado es una institucionalidad confusa, poco confiable en su funcionamiento y fuertemente cuestionada por la ciudadanía. Hoy las grandes y pequeñas decisiones políticas se siguen dando, tal como antes,  sin la participación del ciudadano, este solo es tomado en cuenta cuando se le pide su voto y, en el intervalo entre una elección y otra,  aquellos a los que la gente  otorga  su representación usan éste poder prestado en función de sus intereses no de los del ciudadano, beneficiando  a los pocos perjudicando a los más.

El próximo gobierno estatal debe tomar en cuenta la  diversidad de la sociedad michoacana, fundamentalmente la que tiene que ver con las convicciones político partidarias y asumir que en esa pluralidad es posible la construcción de un pensamiento cívico que comprometa a todos, gobernantes y ciudadanos,  más allá del voto, dejando de lado las diferencias para fortalecer el verdadero valor de la democracia.

Reconocer que la soberanía reside originariamente el pueblo y que el  sistema electoral es el medio a través del cual este, como depositario del poder soberano, determina quienes habrán de representarlo y que la representación, por su parte, no tiene ni puede tener otro fundamento que no sea el de traducir los intereses la ciudanía en actos de gobierno. En democracia el poder político se legitima continuamente, desde su asunción hasta su deceso, por la voluntad de los electores. Quienes gobiernan ejercen un mandato que emana de los ciudadanos.

Que la política es tan importante para el éxito del desarrollo como la economía y que  la mejoría sostenible de las condiciones de vida de la gente requiere que haya un crecimiento equitativo, pero también que los ciudadanos  tengan poder político. La mejor manera de conseguirlo de forma coherente con los objetivos del desarrollo humano es erigir formas firmes y profundas de gobernabilidad democrática en todos los niveles de la sociedad.

En el centro de las formas de ejercicio del poder político debe encontrarse  la participación ciudadana, término con el cual nos referimos a la construcción de la sociedad civil  en su relación con el Estado, una ciudadanía autónoma, que se reúne y dialoga, supone relaciones igualitarias y una preocupación por el bien común. La participación ciudadana puede entenderse como un derecho, como un instrumento para una gestión más eficiente y como un proceso de empoderamiento que incrementa la capacidad efectiva de las personas de ejercer control sobre las políticas públicas.

Un objetivo primordial del Gobierno que encabezará Silvano Aureoles es abrir espacio para la participación política de la ciudadanía organizada, desde el cual se promueva activamente la generación del conjunto de condiciones y mecanismos políticos, jurídicos y administrativos, a través de los cuales individuos o grupos, en su calidad ciudadana y en forma organizada e independiente, ejerzan  la corresponsabilidad, participando en la formulación, implementación, de las políticas públicas y la vigilancia y control  del funcionamiento de las instituciones, la ejecución de proyectos y la conducta de los funcionarios públicos.

El gobierno de Silvano, dadas las condiciones políticas del país, las de Michoacán y las de la izquierda se transformará en un referente ineludible sobre como gobierna la izquierda. Esta obligado a no ser un simple administrador de la crisis y a emprender nuevas formas de ejercicio del poder público. Abrir el cauce para el empoderamiento de los ciudadanos puede llegar a ser la piedra de toque cuando se le comparé con otros gobiernos estatales de cualquier signo ideológico.

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