21 de julio, 2015 — Más de la mitad de los países de América Latina y el Caribe son importadores netos de alimentos, pero la región podría autoabastecerse y acelerar la lucha por la erradicación del hambre mediante la cooperación y el comercio intrarregional, afirma un nuevo estudio de la FAO.
Según la publicación, aunque la región produce varias veces más de lo que sus habitantes necesitan, en la actualidad gran parte de los alimentos consumidos provienen de otras partes del mundo.
Esta situación debilita a muchos países frente a las alzas de los precios internacionales y las caídas en el suministro alimentario, ya que dependen de las importaciones para alimentar a su población, señaló la FAO.
Pero si los gobiernos decidieran impulsar su intercambio alimentario, el panorama, esta vulnerabilidad disminuiría al mínimo.
Según el estudio, 18 de los 33 países de América Latina y el Caribe son importadores netos, lo que significa que importan más alimentos de los que exportan. Esto incluye a casi todos los países del Caribe, y a potencias agroalimentarias como México.
Más de la mitad de todas las importaciones alimentarias latinoamericanas provienen de fuera de la región, con Estados Unidos suministrando casi un tercio de ellas.