Columna Política «SOBREMESA», Por Antonio Soto S.- Revisando los resultados electorales del pasado 7 de junio podemos ver como todos los partidos políticos de izquierda, -sumando su votación-, obtuvieron alrededor de 28 puntos porcentuales, una votación muy cercana a la que obtuvo el partido del gobierno, con la diferencia que al haberse presentado estos partidos de manera separada a la contienda, les costó un importante número menor de asientos en la Cámara de Diputados, mientras que el PRI fue el gran beneficiario de tal fragmentación, obteniendo una sobre representación de legisladores cercana al 15 por ciento.
PRI Para Rato
La falta de entendimiento entre las visiones particulares que tienen los partidos de izquierda en México, presagian desde ahora una enorme dificultad para que estos se presenten unidos en las presidenciales del 2018. La feroz lucha que se ha desatado entre Morena y el PRD, por la disputa de los mismos electores, terminará polarizándolos más, a tal grado que una reconciliación en el tiempo que queda para la nominación de la candidatura presidencial, no se ve nada fácil, sobre todo cuando Lopez Obrador, de manera pública ha descalificado y vilipendiado al partido que en dos ocasiones lo hizo su candidato.
También es muy incierto, saber desde ahora, si Movimiento Ciudadano estará dispuesto a respaldar a AMLO en su candidatura, sobre todo cuando este partido al haber lanzado candidaturas regionales con liderazgo, logró un importante éxito electoral, como ocurrió en la zona metropolitana de Guadalajara y en otras partes del País, la votación obtenida por esta fuerza política se quedó apenas a un par de puntos de los logrados por Morena, lo que le permitirá un importante margen de maniobra y de negociación con otras fuerzas partidistas.
En el caso de la desaparición del PT, deja este un vacío cuyo espacio buscará ser ocupado por cualquiera de los tres partidos de izquierda que han quedado en la escena electoral. Si analizamos lo que está ocurriendo en el PAN, bien podemos desde ahora visualizar una fuerte pugna por la candidatura presidencial entre maderistas y calderonistas, estos últimos al no lograr la nominación de Margarita Zavala, como seguramente ocurrirá, optarán por la ruptura de la segunda fuerza política del pais.
De esta manera queda muy claro que todos los escenarios que desde ahora se están prefigurando al único que beneficiarán es al PRI, para que este continúe en el poder hasta el 2024. Sobre todo si tomamos en cuenta que el PVEM y el PANAL serán sus aliados en la contienda presidencial, lo que les daría una votación cercana al 40 %, porcentaje superior al obtenido por Peña Nieto en el 2012.
La única posibilidad que la izquierda tiene para disputarle realmente al PRI el poder en las próximas elecciones, es la nominación de una candidatura que pueda aglutinar a todos los partidos de esta vertiente ideológica, de otra manera es indudable el triunfo del PRI. No será nada facil que AMLO logre solo con Morena imponer una mayoría electoral, como tampoco sera nada fácil construir una candidatura común que cohesione a todos los partidos de izquierda.
Lopez Obrador no es en estos momentos el personaje que unifique a la izquierda mexicana, pero tampoco hay en estos mismos momentos algún otro personaje que lo pueda lograr, lo que vaticina un panorama desolador, que sin duda beneficiará al PRI, a pesar de que el regreso de este partido al poder, haya sido realmente desastroso para el País.
@tonosotosanchez