13 de mayo, 2015 — Cada año, más de 50.000 personas mueren como consecuencia de la amplia disponibilidad de armas pequeñas y ligeras, como pistolas, fusiles y granadas de mano, dijo hoy el Secretario General de Naciones Unidas durante un debate abierto sobre el tema en el Consejo de Seguridad.
La mala gestión de las armas es cada vez más alarmante ya que muchos Estados carecen de una planificación adecuada del almacenamiento seguro, uso, transporte y eliminación de sus arsenales, advirtió Ban Ki-moon ante el órgano de 15 miembros.
“Si denegamos el acceso a las armas y municiones ilegales, les denegamos a los criminales, grupos armados y extremistas un instrumento clave para perpetrar la violencia, la intimidación y el daño. Ese debe ser nuestro objetivo”, señaló.
En su presentación bienal sobre este tipo de armas, el titular de la ONU resaltó la necesidad de que las fuerzas nacionales de seguridad hagan un uso seguro de las armas que cumpla con los tratados internacionales. Además, resaltó la urgencia de combatir la proliferación de las armas ilegales mediante embargos, el mantenimiento de registros y el control de las municiones, entre otras medidas.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos aseguró que uno de los problemas de cara a la producción y comercio de las armas pequeñas, es que los Estados siguen amparándose en definiciones laxas, así como vacíos legales, para imponer un control débil, dado que se trata de un negocio que mueve miles de millones de dólares a nivel mundial.
Se cree que aproximadamente unos 900 millones de armas pequeñas y ligeras circulan en el mundo, con dos vertientes, el tráfico ilícito y el comercio autorizado, valorado por el Banco Mundial en más de 8.000 millones de dólares anuales.
En su intervención, Zeid Ra’ad Al Hussein subrayó la amenaza que las armas suponen para los derechos humanos, como la educación y la salud, así como para las estructuras sociales y las economías, pues el costo de la violencia armada también incurre en los miles de millones de dólares.
Como una de las soluciones, Zeid instó a los Estados a ratificar e implementar el reciente Tratado de Comercio de Armas, diseñado para fijar un marco legal a nivel mundial para controlar la transferencia de armas, incluidas las pequeñas y ligeras y las municiones.
La embajadora de Lituania, país que encabeza este mes el Consejo de Seguridad, señaló que como resultado de las discusiones se presentará una proposición de resolución sobre el tema.