Cuauhtémoc Cárdenas es indiscutiblemente uno de esos líderes morales cuyo peso, cuya fuerza, está fuera de toda duda. Durante más de 20 años ha encabezado la lucha por la democracia, por mejorar la vida de los mexicanos, por reformar el aparato económico, en síntesis por las mejores causas.
Yo llegué a Michoacán, a Morelia, cuando él era precisamente gobernador del estado. Lo primero que me sorprendió fue constatar que con recursos federales se organizaba un festival internacional de poesía a la altura de los mejores del mundo. Se hizo y se escucharon a las mejores voces, entre ellas las de Jorge Luis Borges.
También en su gobierno recuerdo su papel activo para mejorar las prácticas, o más bien para hacerlas democráticas, en la designación del rector de la Universidad Michoacana. Las grillas de siempre echaron a perder tal proyecto. Recuerdo el sexenio de Cárdenas como un ejercicio de gobierno interesado en mejorar las políticas sociales y, casi al final de su mandato, Cárdenas se convirtió en un crítico de sus partido de entonces, el PRI, al conformar la corriente democrática. Dos años después tendría la suficiente fuerza y valor moral para encabezar una oposición que le plantó cara a Carlos Salinas de Gortari. Miles de mexicanos guardan la convicción ganó esas elecciones, de que la caída del sistema y la destrucción de las urnas son históricamente una memoria que nos afinca en tal suposición.
Su vida pública, desde entonces, ha estado cerca y lejos del PRD. Ha sido un crítico muy fuerte del partido que ayudó a fundar, y ha habido momentos cuyo alejamiento ha sido evidente. En Michoacán su figura está lejos de ser sometida a revisión. Es quien es, y es desde mi punto de vista una figura indispensable para fortalecer a la izquierda. De ahí la importancia que este sábado haya encabezado la proclama “Vota por el cambio verdadero”. Fue un evento que llamó a la unidad de los perredistas, a la participación activa, a recuperar los orígenes del perredismo que lo convirtieron en una fuerza verdadera durante muchos años. Recuperar eso que Mario Enzáztiga llamó en uno de sus lúcidos artículos la “movilidad social” de un partido que tiene como eje precisamente eso.
Hay varios temas a destacar de su discurso de ayer sábado. Por ejemplo cuando dice que: el pueblo mexicano reclama una economía de crecimiento, y por esta razón hay que llevar el mensaje de la izquierda a todos los rincones.
Y así lo dijo textualmente: “Confío que en todos los distritos federales y en el estado estemos en vías reales y efectivas de conformar la mayoría política que nos permitirá ganar esta elección pero ni la vida, ni el partido, ni el país, se nos acaban el 1° de julio y a partir de ese día en Morelia y otras partes del país estaremos celebrando el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y de nuestros candidatos”.
Cárdenas Solórzano también habló de los jóvenes, de esos jóvenes universitarios que han reclamado un espacio en la vida pública y que son en la práctica antipeñistas. El discurso del ingeniero Cárdenas, siempre certero y especialmente claro en tocar las fibras sensibles, buscó un mensaje de unidad en torno a las elecciones que vienen. Y de que logró su cometido, lo hizo.
AMLO sube
Todos los reporteros de la fuente saben que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, es madrugador a la hora de ofrecer ruedas de prensa. Es una costumbre que instituyó desde que era jefe de gobierno del Distrito Federal. Estos encuentros tempraneros con la prensa han sido útiles e importantes, y si bien n las mesas de redacción se maneja o se edita de diferente forma, cuando leemos las versiones estenográficas o vemos los videos, encontramos a un personaje que no pierde la paciencia y le entra a todas las preguntas.
La semana que concluyó el tema que llevaron los reporteros a esas ruedas de prensa, a su vez presionados por sus jefes de información, y éstos por el director editorial y éste último a su vez por el dueño del medio, fue el tema del pase de charola, o lo que es lo mismo la ayuda económica que pidió uno de sus colaboradores. Se armó un escándalo, los reporteros fueron especialmente incisivos, se trató de atribuirle a Andrés Manuel López Obrador la propuesta, pero no pasó de ahí.
El candidato de las izquierdas, especialmente divertido por la insistencia, dejó en claro que tanto al IFE como a un diario nacional que le había solicitado información al respecto, la habían turnado los datos de los gastos de campaña.
López Obrador no gasta en traslados aéreos, ni en hoteles lujosos, no paga hoteles caros en donde se brinda se bebe y se come a cuerpo de rey. De hecho ya el IFE recibió la información y asciende a 138 millones de pesos, más o menos, que es la mitad permitido como tope de campaña ¿podría hacer lo mismo Enrique Peña Nieto?
Por cierto, en esta semana el diario Reforma publicó una interesante encuesta que confirma algo que ya se percibe en el aire: la diferencia entre López Obrador y Peña Nieto era de apenas 4 puntos hasta el viernes.
Dignos embajadores
La cumbre de todos los esceptisismos posibles ahí en el llamado Centro Fox que, dicen las malas lenguas, se construyó con el erario público guanajuatense, codo con codo con el ex presidente del mismo apellido, con la inolvidable Martha Sahagún, el gobernador Fausto Vallejo tuvo una de sus brillantes ocurrencias, uno de esos golpes mediáticos que saben a genialidad , (¡oh, si la opinión pública pudiera medir por ese tipo de escapularios musicales!): nombró a nuestro Bombón de Parácuaro, al inobjetable ídolo musical oriundo de Michoacán, llamado Juan Gabriel, embajador de Michoacán… Ya vemos al cantante llendo a negociar con los bárbaros del PRD: “Queri-i-dooooos, por lo que más quieran no sean así-i-i-i-i-í…”; o a los señores inversionistas, asustados por las quemazones tipo Sabritas, sentarlos en el Salón de Gobernadores y cantarles: “dime cuándo tú, dime cuándo tú, dime cuándo tú vas a volver, !ay, ay!”; o tal vez cantarles a los grupos criminales: “para ti no tengo amor, no tengo amor ni tengo naaaaadaaaa…”.
El estilo priista o el desquite
La permanencia de 68 plazas que presumiblemente fueron otorgadas por el gobierno de Leonel Godoy Rangel, una vez cubiertas las apariencias, dependerá de lo que decida Antonio Ferreyra, líder inamovible y único de los trabajadores al servicio del poder ejecutivo.
Estos empleados, muchos de los cuales ya han sido presionados por la consejería jurídica, realizan tareas muchas veces humillantes, o son sometidos a una constante vigilancia. La idea es que no haya ni un sólo trabajador que haya colaborado con la anterior administración.
Víctor Manuel Tinoco Rubí dejó 800 plazas al siguiente gobierno. Lázaro Cárdenas Batel no se puso a buscar la manera de despedirlos, al contrario: fue con sus administración y la de Leonel Godoy Rangel cuando estos trabajadores obtuvieron importantes avances en materia salarial y de prestaciones.
Suspenden programa de Aristegui
La Dirección del Sistema Michoacano de Radio y Televisión solicitó a MVS la suspensión del programa de Carmen Aristegui. El motivo: no influir en las campañas políticas. Falta ver si el Sistema la reincorporará una vez que pasen las elecciones.