Artículo de Fondo Por Arturo Herrera Cornejo.- A los michoacanos se nos vendió la idea de que las cosas en materia de seguridad estaban resueltas. Todo fue una simulación, se improvisaron cuerpos policiacos en la Tierra Caliente, y luego en otras poblaciones del estado apareció la Fuerza Rural; con su creación se anunció el fin de los grupos de autodefensa. En Morelia se presentó a la Fuerza Ciudadana, una policía “moderna y científica” bajo la férula de Eloy Peralta Mora, actual subsecretario de Seguridad Pública y, en el pasado, uno de los involucrados en el caso de la finca El Encanto (aquel de la siembra de un cadáver en una propiedad de Raúl Salinas de Gortari, cuando la vidente Francisca Zetina y el fiscal Pablo Chapa Bezanilla “encontraron” restos que supuestamente eran del diputado prófugo Manuel Muñoz Rocha, cuando en realidad se trataba de la osamenta del consuegro de La Paca).
Este domingo 14 de diciembre las principales carreteras que comunican a importantes poblaciones de Michoacán fueron cerradas a la circulación por personas que hasta ayer eran integrantes de la Fuerza Rural, quienes quemaron sus uniformes sobre el asfalto para anunciar que vuelven a ser autodefensas y que se levantan en armas para hacer frente al cártel de Los Viagras. Se quejaron además de que el gobierno no cumplió con sus compromisos, ni siquiera con los salarios que les fueron ofrecidos.
En redes sociales el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, luego de toda una mañana de silencio se refirió a los sucesos minimizándolos al calificarlos como simples manifestaciones. En su cuenta de Twitter, luego de las 15 horas escribió: “En este momento funcionarios de @gobmich dialogan con manifestantes que mantienen bloqueos en diferentes puntos de algunos municipios.” Dos horas más tarde señaló: “Informo que tras dialogar con funcionarios de @GobMichoacan manifestantes comenzaron el retiro de bloqueos en todos los municipios.” Sin embargo, continuaban cerradas las carreteras y en el portal Valor por Michoacán el Consejo de Autodefensas Legítimas, Unidas y Genuinas de Michoacán publicó: “a las 15:25 nos levantamos en armas nuevamente”, mencionando entre las causas de su inconformidad que el gobierno protege al cártel de Los Viagras.
La Fuerza Rural de Michoacán, presumida como el orgullo del comisionado Alfredo Castillo, se formó al vapor, más con el fin de presumir resultados inmediatos y calmar a la opinión pública internacional, luego del reclamo al presidente Enrique Peña Nieto en Davos, Suiza, que con el propósito de resolver a fondo el problema de la inseguridad. En Michoacán se incorporó a parte de los integrantes de los grupos de autodefensa, pero también se permitió que se infiltraran delincuentes que simplemente decidieron cambiar de bando.
A mediados de noviembre había ya un gran malestar contra Los Viagras, que se puso de relieve en la reunión que sostuvieron los fundadores de los grupos de autodefensa de diversas partes del estado en Tepalcatepec, varios con mando en la Fuerza Rural. En la reunión se mostraron inconformes por los actos delictivos del grupo encabezado por los hermanos Sierra Santana, quienes seguían cometiendo cobros de cuotas y asesinatos, amparados por el uniforme y la credencial de la Fuerza Rural.
Uno de los Sierra Santana, Carlos, apareció en un video con La Tuta, sin que contra él se haya volcado el peso de la ley como ocurrió con el ex secretario de Gobierno Jesús Reyna. Por el contrario, el comisionado Castillo, en entrevista con Denise Maerker, reconoció que los Sierra sí son integrantes de la Fuerza Rural pero que forman parte de un grupo especial, el G-250. Justificó la permanencia de Los Viagras en la corporación pese a las múltiples acusaciones de que son delincuentes así: “no hay órdenes de aprehensión en su contra […] para que la cuña apriete debe ser del mismo palo […] están bajo control” (El Universal, 2 de septiembre de 2014).
Al inicio de la semana anterior, Hipólito Mora, el fundador de las autodefensas de La Ruana, en declaraciones a Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, dijo que “Michoacán es un desmadre”; refirió que las cosas están ahora peor que en febrero de 2013, y confirmó que en la Fuerza Rural hay ex integrantes de Los Caballeros Templarios. “Son infiltrados. No hay quien haga nada”, señaló el limonero de La Ruana a quien injustamente se sometió a proceso penal por no plegarse a la voluntad de Castillo.
La organización Causa en Común, al evaluar recientemente a las policías michoacanas, les dio una calificación de 3.5 en una escala del 1 al 10, pues únicamente aprobaron uno de los 20 parámetros para medir la capacitación y eficiencia. La Evaluación del Programa de Acompañamiento al Desarrollo Policial realizada por la organización que encabeza María Elena Morera apuntó que para integrar la Fuerza Rural se dio de alta como policías, algunos incluso con plazas de policía acreditable, a personas que no fueron evaluadas en su totalidad en control y confianza; y precisa que los integrantes de esta corporación recibieron una formación de sólo 60 horas, con instrucción básica sobre función policial.
Lo que con mucha insistencia fue denunciado por los habitantes de la Tierra Caliente no fue escuchado: en la Fuerza Rural se les permitió la entrada a delincuentes que siguen operando como tales pero que fungen ahora como representantes de la ley. Antes de ser enviado a prisión, José Manuel Mireles Valverde lo señaló; el sacerdote Gregorio López Gerónimo insistió en ello; los fundadores de las autodefensas reunidos en Tepalcatepec lo denunciaron e Hipólito Mora lo reafirmó, pero Los Viagras continuaron haciendo de las suyas con protección oficial. El comisionado se colgó de los conciertos organizados por particulares con fines de lucro para presumir que todo está resuelto; llegó al grado de anunciar ante el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 19 de noviembre en Álvaro Obregón que el crimen organizado es un tema del pasado en Michoacán. Las evidencias de la simulación anuncian que ésta, llega a su fin.