Charapan, Mich., noviembre del 2014.- Desde hace siglos, los ancestros nómadas decidieron establecerse en esta región, donde descubrieron un importante nacimiento de agua, como fuente de vida; en la época de la llegada de los colonizadores, se esparció una leyenda en torno al ojo de agua, yacimiento que desde entonces ha servido para abastecer a la población y saciar la sed.
Al paso de los años y por las lluvias, los dos estanques de almacenamiento de agua, estaban prácticamente cubiertos de lama, basura y lodo, por lo que era necesaria una limpieza integral.
Así, la regiduría de salud que encabeza Jorge Luis Gerónimo Chuela y otros miembros del Ayuntamiento que preside el edil Simón Vicente Pacheco, hicieron un llamado a la población, estudiantes, amas de casa, ganaderos y vecinos, en el barrio de San Andrés, para una “faena” y limpiar los dos estanques.
La respuesta fue extraordinaria, a los trabajos se integraron más de 500 personas, entre beneficiarios del programa Oportunidades, de la Asociación Ganadera local, programa de Comunidad Saludable, Rescate de Espacios Públicos, Centro de Salud, los regidores, personal del Colegio de Bachilleres y de los barrios tradicionales.
Con cubetas y bombeo, se extrajeron varias toneladas de basura y lodo que habían sido arrastrados por las corrientes de agua durante las lluvias, en una “faena” donde participaron cientos, como hacía tiempo no se veía en esta comunidad.
El ojo de agua es un lugar emblemático para Charapan, dio vida a los cuatro asentamientos originales como Tioso Uanaten, Charapan Uanaten, Jonio y San Miguel; donde todavía hace algunos años, los habitantes del lugar madrugaban para hacer largas filas y poder abastecerse de agua en las tinajas del lugar y transportarla en hombros o burros, en barricas, botes o los cántaros de barro de Patamban.
A ese lugar donde cuenta la leyenda que había una jovencita huérfana de nombre María Lapis, que a diario iba a traer agua hasta el poblado de La Palma, del municipio de Los Reyes y siempre se paraba a descansar en un paraje donde está ahora el ojo de agua; un día un pajarillo salió de entre la maleza sacudiéndose el plumaje. Curiosa, fue a ver y descubrió el nacimiento de agua; lo cubrió con maleza y a partir de ese entonces, ya no iba hasta La Palma por el vital líquido, sus recorridos eran más cortos y rápidos que los demás. Esto llamó la atención de sus padrastros que descubrieron la verdad; misteriosamente un día, la joven amaneció ahogada en ese yacimiento de agua encantado, y desde entonces el ojo de agua no se ha secado…”.