06 de noviembre, 2014 — La crisis del ébola en África Occidental está impidiendo a los gobiernos de los países afectados aumentar sus ingresos, lo que les hace vulnerables a la adquisición de deudas nacionales y extranjeras que los pueden hacer más dependientes de la ayuda exterior.
Así lo advierte un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado hoy, que abarca el impacto socioeconómico de la enfermedad en Liberia, Guinea y Sierra Leona.
El informe estima que esos países experimentan un déficit de 328 millones de dólares para poder funcionar a niveles similares a los existentes antes de la crisis.
Esta situación ha sido propiciada por el aumento de los gastos para afrontar el ébola y las limitaciones fiscales derivadas de la desaceleración de actividades económicas como el turismo, la minería y el comercio.
El documento subraya que a causa del virus, los gastos de los gobiernos han aumentado en un 30% en los tres países y aumentan los déficits fiscales, lo que ha provocado que tengan que acudir a la búsqueda de préstamos de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
El PNUD instó a los gobiernos de esos países y a sus socios internacionales a no abandonar las inversiones en las actividades para el desarrollo y a asegurar que cada dólar gastado en la emergencia se convierta en una oportunidad para invertir de nuevo en las comunidades, y en la economía a largo plazo.
Desde el inicio del brote hace seis meses, se han reducido drásticamente los niveles de ingresos de los hogares, alcanzando 35% en Liberia, 30% en Sierra Leona y un 13% en Guinea.