Linchamientos

Por Víctor Ardura.-

Va mas allá de establecer si se dejó una deuda de tantos miles de millones de pesos. Lo que es claro y demostrable por los órganos competentes, la Auditoría Superior de Michoacán, es que la deuda real es de 16 mil millones de pesos, una cifra acumulada de el endeudamiento tanto del priista Victor Manuel Tinoco Rubi como de Lázaro Cárdenas Batel, gobernadores ambos, en su momento, de la entidad. Lo que me parece grave, tal como lo dice el exgobernador Leonel Godoy Rangel en entrevista con Samuel Ponce Morales, es el grado de linchamiento que pretende aplicar Fausto Vallejo Figueroa y que en este momento desprestigia a todo aquel que trabajó con el ahora senador.

No es la primera vez que se dan este tipo de persecuciones. Lo hizo Agustín Arriaga Rivera en sus momento contra las fuerzas progresistas. Lo ejecutó Luis Martines Villicaña cuando entró a relevar a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Fue una persecución soterrada que se dio en el despido de gente aun que fueran jefes de departamento. Pero hasta ahí.

Lo que vemos ahora va más allá de lo razonable. Con la creación del Consejo Ciudadano y el anuncio de una Auditoría se desprestigia una administración, se le echa tierra y se cancela de inmediato cualquier posibilidad de defensa. Ya en otra entrega hablé de la ilegalidad del famoso Comité como de la auditoría que se contratará supuestamente de manera independiente.

Lo que es preciso recordar es que el emprestito acordado por el gobierno de Godoy Rangel, sensiblemente inferior a lo que las disparatadas suposiciones del Secretario de Finanzas afirma, se usó en el crecimiento de Michoacán. Godoy Rangel lo menciona: la presa Francisco J. Mújica, las obras de infraestructura, pero también hay que agregar que en esa administración se arregló el 80 por ciento de la red de carretera estatal, se pusieron en marcha obras carreteras esenciales, se elevó a rango obligatorio la gratuidad de la educación hasta en los niveles medio superior y superior, con respeto a la autonomía de la universidad se construyeron campus en el interior del estado, en municipios acordados, se cuadruplicó el presupuesto destinado al campo con el componente de lo participativo, -es decir los mismos productores decidían en qué se invertía-, se lograron políticas sociales de alto alcance en las comunidades rurales que para los gobierno del PRI sólo existen en tiempos de elecciones, se abrieron modelos de atención empresarial que provocaron la instalación de empresas sin tanto trámite, con los gobiernos de izquierda se hizo visible la participación del gremio migrante y se hicieron posible mecanismos de participación en las comunidades de origen. En fin.

Pero esta suerte de desprestigio en las que han entrado algunos medios de comunicación y se olvida fácilmente todo esto. Fausto Vallejo lleva gobernando cien días y no vemos que vaya a dejar una obra importante, de referencia obligatoria como así sucedió con los gobierno de izquierda. La suya es una administración que busca politizar, no gobernar.

Qué sucederá con la auditoría que contrate el gobierno del estado, qué certeza tenemos de que dicha auditoría sea turnada, por ejemplo, a la fracción parlamentaria del PRD si el mismo gobierno ha incumplido con acuerdos tomados con esta fracción? (por ejemplo el que la Secretaría de Finanzas de a conocer documentalmente sus fabulosas cifras de endeudamiento) Es indispensable que la gente conozca, sepa, que la actual administración está buscando desprestigiar a la izquierda en Michoacán antes que gobernar. Y el tiempo de este periodo es especialmente breve.

¿Cuándo comenzarán realmente a gobernar?