¿A quién quieren engañar?

Columna Política «SOBREMESA», por Antonio Soto.- Hace unos días Martin Godoy, Procurador General de Justicia del estado de Michoacán, aseguraba que el combate a la delincuencia organizada en la entidad tenía un avance superior al 98 por ciento, decía que Los Caballeros Templarios estaban totalmente desarticulados y prácticamente liquidados. En entrevista con la prensa, señaló que «solamente falta detener a Servando Gómez, así como a tres o cuatro cabecillas más de una estructura menor», abundó «queremos que la sociedad ya se olvide de ese grupo delictivo, es un tema que pasó a la historia», afirmó que la incidencia delictiva que hoy presenta el estado «es propia de una población en convivencia normal y no a la presencia de una organización criminal». Esa declaración la había hecho el funcionario mexiquense apenas el día 16 de septiembre y no transcurrieron más de tres días cuando en Uruapan, segunda ciudad más poblada del estado, aparecieron seis cadáveres de personas, las que evidentemente habían sido ejecutadas por el crimen organizado.

De manera reiterada, en las últimas semanas, han insistido los funcionarios enviados a Michoacán por el gobierno federal, que el tema de la inseguridad es parte ya del pasado, que por fin ha retornado la paz y la tranquilidad a los municipios del estado, que han sido desmanteladas todas las mafias criminales, sin embargo, estas afirmaciones oficiales están muy alejadas de la realidad cotidiana que se vive en el estado, ya que la gente se sigue quejando de los secuestros, de los asaltos, del cobro de derecho de piso, de las extorsiones y seguimos observando que no cesan los asesinatos. Los cadáveres de Uruapan han puesto más que en evidencia a la autoridad, la cual pretende hacer creer a la opinión pública estatal y nacional que la inseguridad es un tema ya superado, y que la incidencia delictiva que a diario vivimos es producto exclusivamente de la normal convivencia social y no de la presencia del crimen organizado. Al menos con los acontecimientos de Uruapan se ha echado por tierra esa afirmación gubernamental.

¿Por qué el gobierno se obstina en asegurar un supuesto éxito contra el crimen organizado, si los asesinatos y los actos delictivos que siguen ocurriendo terminan por evidenciarlo y ridiculizarlo?, la sociedad nunca le va a creer a la autoridad de que el problema de la  inseguridad ha sido resuelto, mientras sigan ocurriendo este tipo de eventos graves y atroces. Por lo tanto es ingenua y torpe la solicitud de aquellos funcionarios públicos que le piden a la población que ya olvide a los grupos delictivos que le lastimaron por muchos años. Es cierto que la gente quiere olvidar el terrible daño que le ha ocasionado la delincuencia, pero el olvido no será posible sólo por obra y gracia de los discursos y cuentas alegres de los políticos, la única manera de poder darle vuelta a esa página dolorosa por la que ha pasado la sociedad michoacana todos estos años, es solamente con hechos reales y tangibles, lo que solo será posible cuando ya no haya más derramamiento de sangre, ello se logrará cuando los habitantes se sientan seguros en sus calles, en sus casas, en sus trabajos, en sus comunidades, en su ciudades, será hasta entonces, nunca antes y nunca tampoco, por el discurso de los gobernantes, será solo cuando la realidad así se imponga.
@tonosotosanchez.