05 de septiembre, 2014 — Más de 150 expertos reunidos en Ginebra para evaluar tratamientos y vacunas que podrían ayudar a combatir el brote de Ébola identificaron diversas intervenciones a las que debería darse prioridad, incluidas dos “prometedoras” vacunas, informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estudios sobre el uso seguro de las vacunas más avanzadas que se han identificado hasta ahora, la VSH-EBO y la ChAd-EBO, ya se han iniciado en Estados Unidos y comenzarán a realizarse en África y Europa a mediados de este mes.
La OMS señaló que colaborará en esas tareas para acelerar su desarrollo y su uso seguro en los países afectados. Si las evaluaciones sobre la seguridad son positivas, una vacuna podría estar disponible en noviembre próximo y se utilizaría en primer lugar con trabajadores del sector de salud.
La directora general adjunta de la OMS, Marie-Paule Kieny, recodó durante una rueda de prensa que África occidental padece el mayor y más complejo brote de ébola conocido hasta ahora
“Una de las cosas que incita el miedo y el pánico en las comunidades y a nivel mundial es la creencia de que no hay tratamiento para el Ébola. Sin embargo se está acelerando mucho el conocimiento de potenciales intervenciones y eso nos aporta algunas herramientas prometedoras”, señaló la doctora y agregó que hay que cambiar la sensación de que no hay esperanza en esta situación, por la de una esperanza realista.
Los expertos coincidieron en que las terapias sanguíneas y de suero sanguíneo en la etapa convaleciente deben ser consideradas prioritarias en la lucha contra el brote de Ébola y debe ayudarse a los países afectados a que puedan hacer uso de esos recursos.
Otros posibles tratamientos experimentales con medicinas innovadoras también fueron evaluados, así como el potencial uso de medicamentos ya aprobados para otras enfermedades.
Sin embargo, las reservas de medicinas experimentales son limitadas y aunque se acelerase su producción, el volumen sería insuficiente durante meses.
Los participantes en estas dos sesiones de trabajo auspiciadas por la OMS pusieron énfasis también en que la investigación de todas esas opciones no debe desviar la atención de la necesidad de implementar servicios clínicos eficaces, una rigurosa prevención y control de la infección, datos de seguimiento de la enfermedad y la movilización social con el fin de poner fin a estos brotes.