Saná, Yemén, 22 de mayo de 2012.— La red terrorista Al-Qaeda en la Península Arábiga se atribuyó el atentado suicida perpetrado ayer durante los ensayos de un desfile militar en la ciudad yemení de Saná, en el que murieron al menos 90 personas y más de 200 quedaron heridas. Se trata del ataque más mortífero en Yemen desde que comenzara el año pasado la revuelta popular que acabó con el régimen de Alí Abdulá Saleh.
En un comunicado, el grupo terrorista aseguró que el objetivo de la operación era asesinar al ministro yemení de Defensa, Mohamed Naser Ahmad, quien se encontraba en el lugar de la explosión pero salió ileso.
El atacante iba vestido con uniforme militar. En un momento dado accionó los explosivos pegados a su cuerpo el que voló despedazado por los aires lo que provocó la muerte de 90 personas, entre éstas elementos de las fuerzas de seguridad y estudiantes que ensayaban para la fiesta nacional de Yemen.
Además, Al-Qaeda amenazó con nuevos atentados. El comunicado señala que el atentado “es una venganza contra quienes mataron a los manifestantes pacíficos, a nuestros hijos musulmanes, en su revolución contra los mandatarios injustos en las plazas del Cambio”.
Reacciones
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el “injustificable” ataque suicida. “Este acto criminal no puede justificarse por ninguna causa” , aseguró ante la prensa un portavoz de Ban, Farhan Haq, quien definió el atentado como “abominable” y destacó la “enérgica” condena del máximo responsable de la ONU.
Por su parte, la Casa Blanca calificó el ataque de “despreciable” y el presidente Barack Obama expresó su preocupación por la situación en Yemen, donde la inestabilidad desde las revueltas populares contra el régimen de Saleh, en 2011, ha favorecido el aumento de actividad de Al-Qaeda.