Cientos de fieles participaron en la Santa Misa de clausura por el 150 aniversario de la Diócesis de Zamora, que comenzó con el cierre de la Puerta Santa de Catedral y una gran procesión hacia el Santuario Diocesano de Guadalupe.
En la Oración del Jubileo, el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, agradeció a Dios los dones recibidos. Pidió por la justicia y por los pobres. Imploró a Dios nos libre del narcotráfico, la extorsión y el secuestro. Imploró por los desaparecidos, los enfermos, los niños, los jóvenes y para que todos seamos constructores de paz y promotores de la vida y la verdad.
Ya en el Santuario de Guadalupe, Mons. Javier Navarro, Obispo de Zamora, reconociendo las bendiciones de Dios en este Año Jubilar, en medio de circunstancias difíciles en las que muchos gimen y no pocos derraman lágrimas, afirmó que la cruz de Cristo da sentido al sufrimiento y su resurrección nos ofrece la esperanza de que el mal y la muerte no tienen la última palabra, sino el bien y la vida, lo que nos impulsa a trabajar en favor de la reconciliación, la paz y la salvación. Agradeció la cercanía del Sr. Nuncio Apostólico que hace cercano al Papa Francisco a las iglesia que peregrina en México, así como a los Obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y fieles laicos que acudieron a esta gran celebración.
En su homilía, Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México, invitó a todos a vivir los valores del jubileo, como lo propone la Palabra de Dios, siendo auténticos cristianos, conscientes de que Jesús es nuestro jubileo, ya que en Él, Dios viene a nosotros, para consolar, liberar y hacernos partícipes de ese año de gracia que no tendrá fin.
Luego de la liturgia eucarística, Mons. Navarro presidió el envío a la misión permanente a los representantes de los jóvenes, adultos, seminaristas, consagrados y sacerdotes.
Al término de la celebración, Mons. Jaime Calderón, Obispo auxiliar de Zamora, agradeció a todos los que colaboraron en la organización de este Año Jubilar.