Por se r de interés para los ciudadanos michoacanos, reproducimos el artículo del periodista Ricardo Alemán, publicado en «La Silla Rota», en ahuizote.com. A continuación texto íntegro:
Por Ricardo Alemán.- Resulta increíble, si no es que hasta ofensivo para el sentido común y para los michoacanos todos, que el gobernador Fausto Vallejo insista en defender a Jesús Reyna. ¿Por qué?
Porque Reyna no se mandaba solo; porque Reyna es un viejo colaborador de Fausto Vallejo; porque Reyna era el “brazo fuerte” de Vallejo y porque todos en Michoacán, excepto Fausto Vallejo, conocían los vínculos del ex número dos del gobierno de Vallejo, con los Templarios.
Por eso, resulta increíble la versión del gobernador, cuando dice que nunca vio una acción indebida de su secretario de gobierno. Por eso la pregunta: ¿Quién le cree a Fausto Vallejo?
Y no se requiere bola de cristal ni practicar las artes de la adivinación, para entender que, en los hechos, es imposible que Vallejo no supiera de los malos pasos de Reyna.
1.- La relación entre Reyna y Vallejo –como ya dijimos- era la relación de viejos amigos y colaboradores en la política priísta de Michoacán. A lo largo de todo ese tiempo, los hombres se conocieron y los políticos estrecharon vínculos. ¿Nunca vio nada Fausto Vallejo, que hiciera dudar sobre la lealtad de su amigo?
2.- Para operar como brazo político de los Templarios, Jesús Reyna debió crear una red de complicidades y lealtades. ¿Cuántos de estos cómplices y leales despacharon en el gobierno de Fausto Vallejo, en el interino de Reyna y en la actual gestión de Vallejo? Todos ellos podrían ser parte de la complicidad templaria con la autoridad michoacana.
3.- Fue evidente, para todo aquel que quisiera verlo, que Jesús Reyna era el verdadero mandamás en el gobierno michoacano. ¿Por qué?
Porque fue el jefe de campaña que hizo gobernador a Fausto Vallejo; fue el encargado de reunir dinero, de pactar los apoyos políticos y de negociar las alianzas. Por todo ello, es increíble que no se conociera, que no supiera las debilidades, las alianzas y los pactos.
4.- Además, Reyna fue el número dos del gobierno michoacano, desde el primer momento en que asumió el cargo su amigo Fausto Vallejo, pero también desde ese momento Vallejo comenzó una batalla a muerte con la enfermedad. Era común que desde los primeros meses de gestión, Vallejo se ausentara por motivos de salud. El poder real en esa entidad era Jesús Reyna.
5.- Por todo lo anterior Reyna fue el depositario de toda la confianza de Fausto Vallejo en los 9 meses de ausencia para superar el problema hepático del gobernador. ¿Qué tanto hizo o deshizo en Michoacán el señor Reyna una vez convertido en gobernador interino?
Por todo lo anterior es imposible creer que Vallejo estuviera ajeno a las complicidades de Reyna. Al Tiempo.