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Otra vez me siento engañado

Camino por una calle con poca iluminación alrededor de las once de la noche, he decidido no tomar transporte público, sobre el suelo de la banqueta existe algo de basura, el olor del ambiente no es el más adecuado, con todo lo que me han platicado es una noche que siento miedo al caminar, me han hablado de secuestros, levantones exprés, extorsiones telefónicas, robos a casas habitación, robos a mano armada en el transporte público ya sea en los camiones o en los taxis, me han dicho que debo tener mucho cuidado al subirme a un taxi porque mínimo me podrían robar, que debo de tomar taxis autorizados sólo por las gerencias de los hoteles, no debo traer mi cámara de fotografía a la vista, me han hablado de asesinatos en la vía pública, me han dicho también que la autoridad no se da abasto para combatir el crimen.

Una historia que lamentablemente se podría firmar en Morelia, aquí en mi tierra, pero…no, esto sucede en Bogotá Colombia una de las ciudades catalogadas como de las más violentas en el mundo a fines de los ochentas y principios de los noventas.

“Por lo regular la autoridad ha sido cómplice de la mafia, en la época del Presidente Uribe el mismo gobierno se dio cuenta que el narcotráfico le hacía mucho daño a la ciudadanía, con él empezó a darle seguridad, aunque nos metió más impuestos, más leyes, eliminó la seguridad social, todos los alcaldes que han llegado se han robado la plata, todo mundo esta untado, nadie hace justicia acá, hay mucha impunidad y corrupción por todos lados”.

La inseguridad dicen esta monopolizada por bandas pequeñas en diversos barrios de Bogotá, los grandes cárteles criminales en el papel no existen, para todo este proceso ha tenido que pasar más de veinte años.

La gente en la calle conoce y tiene una opinión del General Óscar Naranjo, el llamado mejor policía del mundo y que durante algunos meses fue asesor en temas de seguridad nacional del Presidente Enrique Peña Nieto:

“Entre comillas su trabajo es  regular, el ataca a los grupos pequeños, a los grupos grandes no, ya que esos grupos le surten de plata, los policías les pagan mal y por eso ayudan a los grandes narcos para obtener más plata, no creemos en la política hay mucha corrupción en Colombia”.

Nuevamente la palabra corrupción es la protagonista de una de mis reflexiones con usted.

“El general Naranjo es el policía más prestigioso que tenemos, (me dice una persona que solicita el anonimato ante el miedo de perder la vida) sigue asesorando a Colombia, sabemos que es una persona capacitada y con experiencia, sin embargo se le han hecho cuestionamientos de acercamiento a la Mafia en el Valle del Cauca con narcotraficantes, dado que sus dos hermanos fueron capturados y procesados, aquí la justicia no ha podido esclarecer y sustentar, no tiene sanciones, sólo cuestionamientos, la justicia no ha sido juiciosa porque aquí reina la impunidad y el partido en el poder lo protege”.

Los grupos de autodefensa en Colombia se fortalecieron desde 1980 como un proyecto supuestamente anti-comunista, había un ejercito ilegal que eran los paramilitares y se crearon para combatir a la guerrilla, el para militarismo se convirtió entonces en un proyecto económico que favoreció a ciertos sectores del país especialmente al político.

Las auto defensas fueron legalizadas en 1994 como fundaciones cooperativas de convivir que promovió Álvaro Uribe Vélez, después se convirtieron en un arma política en la medida que intimidaban en regiones a los campesinos, a la gente humilde para que votaran por determinado político, el partido político en el poder.

En 2002 el para militarismo obtuvo el 35 por ciento del congreso de la república, es decir permearon el estado, participaron en el presupuesto, obtuvieron prerrogativas, tomaron decisiones en el congreso.

La situación en México se puede convertir en un arma de doble filo dicen en Colombia, el punto cual es? que la sociedad mexicana, que el gobierno mexicano tiene que tener en cuenta que el fin no justifica los medios, sí estos grupos están ayudando a combatir los cárteles de la droga, no se pueden convertir en sus aliados porque uno no puede hacer una alianza como se hizo en 1990 con delincuentes para capturar a Pablo Escobar, México no esta viendo eso, pero la experiencia en Colombia tiene que ser un referente para ustedes.

Desafortunadamente parece que en México no aprendemos de los errores y de pronto parece que son los errores nuestro camino al fracaso.

Colombia clama que se luche contra la impunidad y la corrupción, en Michoacán clamamos porque nuestros políticos dejen de solaparse entre ellos y nos ofrezcan una auténtica luz de esperanza donde la impunidad sólo quede como palabra del pasado.

Articulista: Ignacio Martínez

 

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