(Columna política «Foro Abierto», por Pascual Sigala).- La designación de forma paralela de 24 enlaces de las principales Secretaría del Gobierno de la República para Michoacán, en especial aquellas que manejan los programas federales de política social, opciones productivas combate a la pobreza y empleo temporal; de apoyos al campo, impulso de cadenas productivas y generación de alimentos; de protección, restauración y conservación de los ecosistemas y recursos naturales y bienes y servicios ambientales; de educación, aprovechamiento y becas educativas; de cuidado del patrimonio ambiental, flora y fauna del estado; de promoción del empleo y de regulación territorial, es decir, las principales Secretarías de estado en el país, sólo indica una sola cosa: Enrique Peña Nieto no tiene ni un ápice de confianza en Fausto Vallejo, en su gabinete y en todo el priísmo michoacano.
Y si habían dudas, apenas unas cuantas horas después de que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong tomara protesta a los enlaces federales, el Comisionado para el estado, Alfredo Castillo Cervantes, en pleno ejercicio de sus amplias facultades otorgadas por el decreto presidencial, cesaba por evidentes malos manejos y nula capacidad operativa a ocho delegados de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), Procuraduría Agraria (PA), Secretaría de Educación (SEP), Secretaría de Economía (SE), Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como en la Secretaría del Trabajo (STPS).
Y dejó abierta la puerta para más relevos, entre ellos la muy sospechosa delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), cuyo delegado, Víctor Silva, estaba tejiendo con avidez las redes para su potencial candidatura del PRI rumbo a la gubernatura en el 2015.
Sin duda se trata de un golpe político de alto calado para el priísmo de Michoacán, y también para el gobierno de Fausto Vallejo, al cual no solo ya le quitaron todo el radio de acción y capacidad operativa, sino que ahora le contienen los recursos y evitan el manejo discrecional de estos.
En muchas notas de prensa publicadas en el último mes, se llegó a informar de que gran parte del presupuesto federal estaba siendo malversado para intereses ajenos para los que fueron etiquetados, y se llegó a su sugerir que también eran utilizados para el pago de tributos a la criminalidad, además de malos manejos por personas del círculo cercano del propio gobernador.
No tenemos certeza de ello, pero ya el tiempo lo aclarará. Lo cierto, es que Enrique Peña Nieto no sólo no confía en el gabinete estatal, sino en los propios cuadros políticos del PRI michoacano.
Hay que observar con atención lo que dicen los priístas, ya que más allá de los ardides publicitarios que han tratado de manejar en un supuesto apoyo total a la federación, la verdad es que existe un distanciamiento atroz y muy marcado del gobierno federal respecto del estatal.
Qué diferencia se muestra con la actitud digna y firme que mostraron los gobiernos estatales del PRD para defender la soberanía, la autonomía y el ejercicio de gobierno ante el embate del fracasado gobierno de Felipe Calderón. Pero eran otros tiempos, eran tiempos de un gobierno fuerte, ahora son los de la debilidad gubernamental.