Por Manuel Lozada.- El tema de la Reforma Energética es la prueba real del poco interés que tienen los senadores y diputados federales, así como los diputados locales por mirar el bienestar del pueblo a quien se supone representan.
El voto de los Congresos locales a favor de dicha reforma ha hecho que el pueblo de México esté enojado, molesto y se sienta traicionado por los «representantes» que ganan una fortuna mensual por el hecho de «cumplir la voz del ciudadano» cosa que en México no sucede, con excepción de la izquierda, quienes reprobaron dicha maniobra entreguista.
Es un hecho que dicha «reforma» sea ya anunciada a la brevedad, los «representantes del pueblo» a nivel federal como local salen de vacaciones a gastar su dinerito y regresan en 40 días aproximadamente a calentar sillas y seguir cobrando por no hacer nada.
Los resultados a tan nefasta traición al pueblo de México no se han hecho esperar, en varios lugares se han dado manifestaciones en contra de tan inusitado robo nacional y en la ciudad de Morelia, una sociedad enardecida mantuvo dos horas resguardada a una «senadora» en el interior de una sucursal bancaria del centro histórico de Morelia. Los hechos sucedieron cuando un grupo de manifestantes vieron a la señora Rocío Pineda Gochi en las inmediaciones de un banco local y se arremolinaron en torno de dicho edificio. Tal fue el pánico de la «senadora» que la tuvieron que sacar disfrazada de policía para pasar desapercibida y dejar el enclaustro que por dos horas le hicieron sentir lo que puede ser la furia de un pueblo enojado reclamando la traiciòn sufrida.
Es asqueante, repugnante, nefasto, la manera autoritaria y déspota de cómo los «agachones» senadores y diputados del PRIAN dieron a «Pena» Nieto la facultad de entregar PEMEX a los particulares, veremos en unos años el terrible error cometido ante la parsimonia de un pueblo que reclama mucho por «redes sociales» pero se acobarda al momento de tomar medidas verdaderas y salir a reclamar lo necesario. México cobrará la factura, a los políticos de una forma y al pueblo de otra. Los políticos pagarán caro su desleal trabajo a favor de intereses oscurantistas, y el pueblo pagará caro el quedarse impávido viendo como les roban lo poco que les queda en riquezas naturales. Mientras sigan tuitenado y facebookeando en vez de salir a las calles y hacer lo que se tiene que hacer.