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Morelia, Mich. 30 de noviembre de 2013.- A través de un llamado a la toma de conciencia individual sobre el papel que le corresponde a cada ciudadano en la buena conducción de este país, la comunicadora, politóloga y analista social mexicana, Denise Dresser, cumplió su participación en el Congreso Histórico Cultural para la Conmemoración del Bicentenario de Los Sentimientos de la Nación y las Constituciones de América, en la ciudad de Morelia, al invitar a ejercer el derecho a la información básico, como saber quién es, cómo trabaja y qué grado de atención a nuestra problemática tiene el diputado de nuestros propio distrito.
La también editorialista ofreció la última de las conferencias magistrales contenidas en el programa desarrollado en el Teatro José María Morelos a través de la asociación civil Luna Nueva Promoción Cultural y el Consejo Nacional para la Cutura y las Artes (CONACULTA), y que la intelectual aprovechó para aseverar que “este andamiaje ya no funciona, el sistema político se ha convertido en un híbrido particular, en una combinación de remanentes autoritarios que coexisten con mecanismos democráticos”.
Se lamentó por la violencia imperante en México, al decir que “estos son tiempos de muertos, de heridos, de reformas postergadas o malhechas, de ciudadanos que quieren vigilar el poder y partidos que abusan de él, del sabotaje a las instituciones electorales. Todos los días vemos una crónica de personajes demasiado pequeños para el país que habitan”.
Sin embargo, también reconoció la existencia de factores que pudieran alentar el desarrollo sostenido pues “en los últimos 20 años hemos logrado algo en lo electoral, la estabilidad macroeconómica, la creación de la clase media que comienza poco a poco a crecer, el ingreso per capita de casi 9 mil dólares, el programa Oportunidades, logros sin duda pero demasiado pequeños ante el tamaño de los retos que este país enfrenta: democracia, equidad, buen gobierno, justicia, la posibilidad de soñar en grande, y ante esos retos surge el imperativo, y quizá por eso estoy aquí hoy, de que los mexicanos evalúen a este país con más honestidad, sin los intereses que tienen a minimizar los problemas”.
Agregó que es necesario el surgimiento de una clase de ciudadanos “que busquen mantener las aspiraciones eternas de justicia, alguien que sabe que le toca tener un papel pensante y confiable, cuestionador, alguien que sabe que le corresponde hacer las preguntas difíciles y enfrentar la ortodoxia, desafiar los usos y costumbres del poder en México, alguien que sabe que todos los seres humanos tienen derecho a aspirar a ciertos estados decentes de comportamiento de parte de su gobierno”.
Entre los puntos que enumeró para hacer más equitativo el sistema social mexicano está el de “entender que los libros son maestros poderosos, con la capacidad de exponer temas y realidades que no necesariamente forman parte del debate público aunque deberían estar allí; los libros pueden apasionar, sacar a los lectores del estupor televisivo e incitar a la acción ciudadana informada.
“Me gustaría que iniciara el marcaje personal hacia su diputado, ¿quién sabe quién es su diputado? Hay crisis de representación porque resulta ser que esa persona vive de nuestros impuestos; ustedes como empresarios, amas de casa, estudiantes, jamás permitirían que un empleado no se presentara, que malversara los fondos, robara, y después de unos años desapareciera como lo hacen nuestros diputados y senadores. Ojalá se informen del nombre del diputado correspondiente, informarse sobre cómo vota, qué iniciativas presenta, cuántos viajes hace, cuántas veces se presenta en el distrito que lo eligió”.
