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Pide Raúl Morón que no sigamos buscando culpables de la situación financiera del Estado, sino los recursos y las acciones que la entidad necesita

Morelia, Mich., 23 de septiembre del 2013.- Durante su primer informe de labores parlamentaria, el Senador de la República Raúl Morón expuso que nunca existió el sobreendeudamiento en Michoacán que señalara en su momento el gobernador con licencia Fausto Vallejo y que fue injusta la persecución hacia el gobierno saliente.

 

Morón Orozco le propuso al mandatario estatal interino Jesús Reyna, presente en el evento, «que no sigamos buscando culpables de la situación financiera del Estado, sino los recursos, las acciones y las obras que la entidad necesita para generar los empleos y las oportunidades de desarrollo que nos permitan superar la emergencia y alcanzar la estabilidad económica y social que requerimos».

 

Morón informó que propuso la celebración de un nuevo pacto fiscal, así como el rescate financiero de estados y municipios.

 

El legislador perredista alertó de la grave situación financiera de las entidades y que debe ser vista como un problema estructural. Dijo también que la reforma laboral alentó la precariedad en el trabajo.

Raúl Morón, en la parte educativa, dijo que defendió a los maestros, su dignidad y su compromiso, por ello, está a favor de la evaluación de los maestros con fines formativos, no punitivos.

Expuso que nunca apoyará el desmantelamiento del sistema educativo nacional y tampoco atenten contra los derechos constitucionales de los maestros, afirmó que los senadores no deben renunciar a su facultad legislativa y aceptar el pacto por México por encima de los poderes constitucionales establecidos.

Asistieron, entre otros, el gobernador Jesús Reyna García, el ex gobernador Leonel Godoy, senadores de la República, diputados federales, estatales, dirigentes de partidos políticos, empresarios, presidentes municipales, funcionarios estatales y municipales, entre otros.

Mensaje íntegro del Senador Raúl Morón:

Hoy rindo cuentas a la sociedad sobre los resultados de mi primer año de ejercicio constitucional como Senador de la Republica, unagran responsabilidad y distinción que me confirió el pueblo michoacano.

 

Es para mí un honor y motivo de enorme satisfacción que confluyanaquí funcionarios públicos, legisladores, dirigentes de partidos, representantes del sector social y privado, organizaciones sociales con divergencias políticas o ideológicas, a quienes nos une y nos identifica un interés común por Michoacán.

Es una muestra de que en nuestro estado, es perfectamente posible convivir en la pluralidad, con tolerancia, respeto y cortesía.

 

Nos une un estado digno, que ha hecho grandes aportaciones a nuestra historia y un pueblo que lucha todos los días con arrojo y valentía.

 

Comienzo este informe, compartiendo con ustedes los ideales que inspiraron nuestro programa legislativo, por los cuáles he luchado siempre desde la izquierda:

 

Construir una sociedad pacífica, incluyente, humanista y democrática.

 

Un país que sea capaz de enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo, de integrarse globalmente, con justicia social, equidad y progreso para todos.

 

En este marco, nos dimos a la tarea de articular el trabajo en la Cámara de Senadores con una oficina de enlace legislativo en la ciudad de Morelia, con giras incesantes para recoger el sentir de los michoacanos.

 

Definimos trabajar de la mano con diversos sectores y organizaciones de la sociedad civil, con la idea firme de que la política debe estar en manos de la gente.

 

Así, me propuse impulsar algunas de las grandes transformaciones de fondo que requiere un país como el nuestro, lastimado por la desigualdad, la pobreza, la falta de oportunidades y la corrupción.

 

Me dí cuenta que es perfectamente posible, trabajar juntos por un país que establezca como prioridad pública los intereses de la ciudadanía, con ética, con justicia, con razón política, con tolerancia a la diversidad, con unidad, pero sobre todo con auténtica vocación de servicio público, en la formación de una sociedad con mejores valores de solidaridad y colaboración mutua.

 

 

 

Sé que hoy todas las instituciones políticas, atraviesan por serias crisis de legitimidad y credibilidad social, pero eso es justamente, lo que debe obligarnos a edificar una nueva realidad democrática, donde no sea la visión de unos cuantos la que decida el curso del país y de sus instituciones.

 

Debe ser la inteligencia y la voluntad colectiva, quien de la mano con el gobierno inauguremos una nueva forma de construir la política, la política de la gente, la política de la democracia y de la participación ciudadana.

 

Siempre he tenido como legislador y como político, la convicción de hacer converger intereses y posiciones políticas, en aras del interés común que estápor encima de cualquier interés personal o partidista.

 

Por eso, ahora, en el marco de este informe legislativo les reitero mi compromiso de trabajar por encima de nuestras posiciones políticas personales, con unidad, con tolerancia, con pluralidad, con actitud democrática y con apertura ideológica, para que juntos encontremos las grandes respuestas que nuestro país y nuestra entidad necesitan.

 

Comenzamos nuestro primer año de ejercicio legislativo, con un panorama poco alentador para los mexicanos, por tanto, con grandes retos por delante para el Congreso de la Unión. Ante ello, mi actitud ha sido y seguirá siendo siempre propositiva.

 

Distintos indicadores mostraban una situación nacional crítica.

 

Más de 50 millones de mexicanos en la pobreza.  Nuestro país situado por los organismos internacionales como una de las naciones más desiguales de toda América Latina, ya de por sí, la región más desigual del mundo.

 

Un sistema de salud en crisis, con miles de historias de queja y frustración, insuficiencia de medicinas, de camas y de médicos.

 

Con unprimer lugar mundial en obesidad infantil con prevalencia de hambre, desnutrición y miseria en todas las regiones, pero sobre todo, con un atraso marcado en los estados del sur.

 

Un crecimiento económico que registraba el peor nivel promedio de los últimos 50 años. Un déficit de empleo cada vez mayor, y una tendencia hacia la precarización de las condiciones de trabajo y de los salarios.

 

Por si esto fuera poco, la escalada de violencia que vivía el país, seguía causando daños indescriptibles, además de las pérdidas de vidas humanas, familias destruidas, miles de niños y adolescentes arrastrados a la indefensión y la incertidumbre.

 

Comunidades devastadas, ante un problema que no distinguía entre el norte, el sur y el centro del país.

 

Encontramos estados y municipios colapsados, por la inseguridad o por la crisis de falta de recursos, en fin, condiciones verdaderamente difíciles y desafiantes.

 

En el caso de nuestro Estado, la situación también era  compleja.

Durante el último año, nos enfrentamos a una retracción de la economía, reflejada en la falta de inversiones y en la poca creación de empleos.

 

Una ciudadanía perpleja ante el aumento de conflictos sociales y  ante la  creciente inseguridad que se veía desbordada en distintas regiones de Michoacán.

 

En esas condiciones comenzamos una nueva responsabilidad pública, preocupados por la difícil situación del estado, pero con mucho entusiasmo por construir y ayudar a mejorar las cosas.

 

Empecé por ratificar mi compromiso con la democratización del país, porque soy un convencido de que es un entorno democrático, con la participación de todos, como debe enmendarse el rumbo.

 

Consciente de que la democracia representativa en países avanzados adopta formas y mecanismos incluyentes, donde las grandes decisiones son consultadas y opinadas por la gente, presenté una iniciativa de reforma constitucional para incluir figuras de democracia participativa, como el plebiscito, el referéndum, la iniciativa popular, la revocación de mandato y el presupuesto participativo.

 

Tengo claro, que el Senado de la República debe ser garante del pacto federal.

 

Es ese Pacto Federal, lo que debe garantizar que los estados se ubiquen en un plano de igualdad política, jurídica y financiera, que se excluya cualquier signo de centralismo autoritario y de sacralización personal del poder político, porque la república la sostenemos todos y en ese sentido el voto de nuestro estado, vale lo mismo que el de cualquier otra entidad política que constituye la Federación.

 

Con esa vocación federalista propuse una iniciativa de nueva Ley de las Haciendas Públicas Federal, Estatales y Municipales, una propuesta de largo alcance, que subsane los grandes desequilibrios de nuestro federalismo fiscal, y al mismo tiempo, ayude a combatir las abismales desigualdades regionales que aun tenemos.

 

Dicho de otra forma, propuse la creación de un Nuevo Pacto Fiscal para el desarrollo y el bienestar social en México.

 

Esta propuesta, reconoce las dificultades financieras que enfrentan las entidades federativas, originadas en gran parte por procesos de descentralización incompletos en materia de educación y salud, y una excesiva concentración de atribuciones recaudatorias en la federación.

 

Presenté también una propuesta de acuerdo que plantea el rescate financiero de estados y municipios asfixiados por la deuda pública, bajo una actitud corresponsable del gobierno federal.

 

Estoy convencido de que antes de suspender los servicios sociales básicos y de posponer el desarrollo de las regiones del país, deben explorarse todas las alternativas posibles.

 

Señalé que el Estado no debe sacrificar los derechos sociales de los ciudadanos por incapacidad financiera, y tampoco debe darle impunidad a quienes han malversado recursos del pueblo. En ese sentido mi propuesta fue la de rescatar al pueblo de México y a todos los estados en dificultades, incluyendo por supuesto el nuestro, con el apoyo de la Federación.

 

Alerté sobre la importancia de tratar el asunto desde un punto de vista estructural, bajo una óptica nacional, porque así como Michoacán, se encuentran muchas entidades y regiones del país. Esto ya no puede seguir siendo igual, es urgente rescatar la situación precaria de los Estados, como en su momento se rescataron los bancos y las autopistas concesionados a particulares.

En congruencia con esta posición, suscribí la Iniciativa de Ley para Regular la Deuda Pública, que presentamos como Grupo Parlamentario del PRD, convencido de que el comportamiento financiero de estados y municipios también tiene que ver con el inequitativo sistema de coordinación fiscal.

 

Me opuse en todo momento, sin titubeos, a las medidas que consideré contrarias al interés social y legítimo de los mexicanos.

 

Tal es el caso de la reforma laboral, que nos hizo retroceder en materia de derechos y protección social. Los resultados hoy están a la vista. Se alentaron los despidos, en vez de generar empleos; se continuó el deterioro de las condiciones de trabajo y el aumento de la informalidad y la precariedad laboral.

 

Con respecto a la propuesta de reforma constitucional en materia educativa enviada por el Ejecutivo Federal, señalé que la iniciativa tenía problemas y contradicciones de origen.

 

La primera, es que partía de una falsa premisa: Señalar que los maestros son los únicos responsables de los problemas educativos del país. La segunda, es que ignoraba los verdaderos problemas del sistema educativo nacional.

 

Tanto en la Comisión de Educación como el pleno del Senado, me correspondió posicionar al grupo parlamentario del PRD y lo hicimos con toda responsabilidad, pensando siempre en mejorar las condiciones de nuestro sistema educativo y de sus actores fundamentales.

 

Destaqué la necesidad de impulsar una verdadera reforma educativa, que sirva para mejorar el Sistema Educativo Nacional en su integridad: Modelo educativo, política, financiamiento, gestión,  federalismo, planeación, tipos, modalidades, servicios y niveles educativos.

 

La educación es clave del progreso social y una condición para formar ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y obligaciones, por eso garantizar su acceso gratuito hasta el nivel superior y prohibir expresamente cualquier tipo de cuota o dádiva en contraprestación del servicio, fue uno de nuestros principales compromisos.

 

Con esa convicción entramos al debate con propuestas, y me siento muy orgulloso de haber defendido la dignidad del gremio magisterial, a quien siempre he demostrado mi admiración, solidaridad y profundo respeto por la noble labor que realizan formando lo más valioso de nuestro capital humano: los niños y jóvenes de México.

 

Afirmé que estamos a favor de la evaluación docente con una orientación formativa, no punitiva. Una evaluación que involucre todos los componentes del sistema educativo nacional.

 

Estamos a favor de la profesionalización, por terminar con prebendas, privilegios y favoritismos. Pero nunca coincidiremos con el desmantelamiento de los derechos constitucionales y las conquistas históricas de los trabajadores de la educación.

 

La mal llamada “reforma educativa”, implicaba en realidad una reforma laboral regresiva, con fines sancionatorios, no académicos, ni pedagógicos. Tampoco buscaba la equidad, como componente esencial para hacer realidad el derecho universal a la educación de calidad.

 

Por estas y otras consideraciones, mi voto fue en contra de dicha reforma constitucional y de su legislación secundaria.

 

Con un ánimo propositivo, planteamos enmendar el proceso; abrir una discusión plural e incluyente para construir las leyes reglamentarias.

 

Presenté tres proyectos legislativos que fueron avalados por las fracciones del PRD en ambas cámaras del Congreso.

 

Así, logramos el aval de Diputados y Senadores del PRD a nuestras iniciativas de Ley del INEE, Ley del Servicio Profesional Docente y de reformas a la Ley General de Educación.

 

Nuevamente se impuso el mayoriteo sin razón, en contra de propuestas que impulsaban los equilibrios entre dos derechos fundamentales ubicados en un plano de igualdad: el derecho de los niños a recibir educación de calidad y el derecho de los docentes a conservar y ser respetados en sus garantías constitucionales.

 

Expresé que bajo ninguna circunstancia el  Congreso de la Uniónpodría eludir sus responsabilidades, por tanto, era inaceptable   imponerle acuerdos asumidos en otros ámbitos, porque ello atentaba contra la voluntad popular.

 

Por ello mi crítica a la forma en que se han venido procesando distintas reformas, en el seno del Pacto por México y mi propuesta de no renunciar a nuestra función legislativa, para encontrar soluciones a los grandes problemas nacionales, en un ambiente de pluralidad, tolerancia, respeto, debate público y participación social.

 

Por otro lado, presenté una iniciativa que busca atender un problema cotidiano de los niños en las escuelas, el llamado bullying o la violencia escolar.

 

Nuestra propuesta reconoce el derecho de niñas y niños a recibir educación en un ambiente libre de violencia. Reivindica el compromiso del Estado para prevenir y atender los casos de bullying como un problema multifactorial que deber ser resuelto desde un enfoque de derechos humanos.

 

Presentamos también, una iniciativa conjunta para hacer posible la instrumentación de la obligatoriedad de la Educación Media Superior, incorporada a la Constitución Federal el 10 de febrero del 2012.

 

Con respecto a las personas adultas mayores, presenté una iniciativa que busca garantizar un ingreso económico universal y por la que se crea un sistema de protección a sus derechos. Considero inadmisible que se enfrentenal abandono, al desempleo, la pobreza, el maltrato y la discriminación, con la complacencia de muchas instituciones públicas.

 

He sostenido que el Hambre no se abatirá con un programa social, porque no es un problema aislado sino resultado de factores estructurales. Al respecto, propuse un acuerdo para que el Senado inicie un proceso de diálogo nacional, en torno a los grandes desafíos que tenemos en materia de hambre y  desnutrición, pero también de obesidad.

 

Exigimos construir una estrategia integral, que garantice la soberanía y la seguridad alimentaria, la sustentabilidad y el desarrollo del campo mexicano.

 

Como integrante de la Comisión de Gobernación, apoyé las reformas que harían aplicable la Ley General de Víctimas, un logro el movimiento por la paz con justicia y dignidad, con el que nos sentimos plenamente identificados. No puede haber paz, justicia y dignidad, mientras sigamos permitiendo que la delincuencia victimice a la sociedad.

 

Este instrumento busca garantizar el derecho de los mexicanos a conocer la verdad sobre las personas muertas o desaparecidas, en el contexto ya por todos conocido, así como acceder a la justicia, a la reparación integral del daño, hasta donde sea posible, y a no ser revictimizados.

 

Como una forma de contribuir a la solución de los problemas generados por la delincuencia, nos sumamos a la discusión, análisis y aprobación de la Ley Federal Para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, con el objeto de que se combatan y debiliten las estructuras financieras del crimen organizado.

 

Con el fin de promover una cultura de respeto y protección de los Derechos Humanos, promoví un foro sobre la Nueva Ley de Amparo, con participación de calificados especialistas y de la comunidad jurídica en general.

 

Apoyé la iniciativa que reformó diversas disposiciones legales para ampliar el régimen de protección a periodistas, a la libertad de expresión y al derecho a la información.

 

Me sumé a las propuestas de mi grupo parlamentario para crear el derecho universal a la seguridad social y el sistema único de salud; por el fortalecimiento de un sistema de Justicia Laboral para los trabajadores y por la democratización y transparencia de la vida sindical.

 

En mi calidad de integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, participé en el análisis y votación a favor del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico, que agrupa a cuatro países: Chile, Colombia, México y Perú.

 

Mi postura en este sentido, es que dicho acuerdo debe permitirle a México diversificar sus mercados de exportación de productos nacionales, atraer más inversiones e ir aminorando progresivamente nuestra dependencia con los Estado Unidos.Debe servir a la integración latinoamericana.

 

Presenté el posicionamiento a nombre del Grupo Parlamentario del PRD, respecto a la modificación del Tratado de Libre Comercio con la República Oriental del Uruguay. Votamos a favor de consolidar las relaciones comerciales con las naciones del Mercosur.

 

En todas mis iniciativas, proposiciones de acuerdo y posicionamientos políticos, he dejado claro, mi firme propósito, compromiso nacionalista y posición irrductible de que México cambie, pero bajo una orientación progresista, no sólo para salir del estancamiento, sino sobre todo por razones de justicia social.

 

Estoy convencido que es posible edificar un Estado moderno, responsable con el bienestar y los derechos sociales, efectivo en la promoción del desarrollo económico, que esté a la altura de los procesos de integración mundial.

 

Un Estado que dé rumbo y certidumbre a la población, que garantice la seguridad y la tranquilidad de todos los ciudadanos en un contexto de respeto a las libertades y de gobernabilidad democrática.

 

Amigas y amigos:

 

Este más que un simple ejercicio de rendición de cuentas, debe ser la gran oportunidad para reflexionar sobre lo que el país y el estado necesitan, para que clarifiquemos la prospectiva, para que comprometamos la voluntad política, para que sellemos la oportunidad de trabajar juntos por el futuro y el bienestar de los mexicanos y de los michoacanos.

 

Bajo ese compromiso, nuestra posición en relación con los temas de la agenda nacional y las reformas estructurales, ha sido y seguirá siendo firme en las grandes definiciones que están por venir. 

 

El Senado de la República tomará medidas de la más alta trascendencia en el segundo año de ejercicio que inició el pasado 1º de septiembre.

 

Serán discutidas las Iniciativas en materia de Reforma Política, Energética y Fiscal.

 

La reforma política que estará a discusión, es más que oportuna y debe tener un carácter prioritario. Hoy existen voces que claman por reinstalar el presidencialismo exacerbado, el rasgo más característico de nuestro pasado autoritario.

 

En este tema, no puede haber lugar a regresiones, no hay lugar a la simulación. Pondré todo mi empeño para que el trabajo del Senado permita profundizar la democracia.

 

Presentaré una iniciativa de Ley que complemente mi propuesta de reforma constitucional, para insistir en la participación social y en la rendición de cuentas.

 

Con Respecto a la Reforma Energética mi postura es clara: NO DEBE APROBARSE la iniciativa del Ejecutivo Federal porque significa privatizar parte de las ganancias que derivan del petróleo en detrimento de las finanzas nacionales, de la economía y el bienestar de los mexicanos. Pemex es un signo de nuestra identidad nacional, de nuestra soberanía popular, de nuestra autodeterminación política y de nuestra fortaleza económica.

 

Estoy a favor de una estrategia modernizadora que permita a PEMEX seguir siendo la gran empresa de México, pero nunca estaré en favor de hipotecar el patrimonio energético de las presentes y futuras generaciones.

 

Rechazó por ello, de forma muy enérgica, el uso banal y engañoso del nombre del General Lázaro Cárdenas del Río, un gran estadista y un patriota ejemplar que supo defender con valor y sin titubeos, el interés nacional contra los abusos de las grandes trasnacionales.

 

Como michoacano y mexicano se que el verdadero espíritu de la expropiación petrolera es que la nación conserve el dominio pleno de sus recursos naturales y desarrolle la industria petrolera como palanca del desarrollo nacional, y así debe seguirse conservando.

 

Busquemos nuevas estrategias de modernización energética, pongamos la mirada en las energías alternativas, para avanzar en la construcción de un país sustentable, comprometido con las generaciones actuales y futuras, sin recurrir a la presión privatizadora impuesta por los organismos internacionales.

 

Con respecto a la reforma fiscal, he sostenido que el sistema hacendario tiene claros signos de agotamiento, que  agudiza los desequilibrios y las desigualdades.

 

Gravar con IVA las colegiaturas y otros productos, cobrar impuestos a quien paga renta e hipoteca, es un golpe certero a las clases medias.

 

Eliminar el Régimen de Pequeños Contribuyentes, es también un ataque directo a los micro y pequeños negocios que hoy son el sostén de millones de familias mexicanas. Esta reforma inhibiría la actividad emprendedora del país, en vez de fomentarla.

 

No contiene ninguna medida para ampliar la base tributaria. No plantea revisar las facultades y capacidades recaudatorias de entidades federativas y municipios. México requiere una auténtica reforma fiscal, equitativa y redistributiva.

 

También se requiere una reforma social de fondo, que modifique el esquema vigente de Salud y Seguridad Social, hoy fragmentado, disperso y sin sostenibilidad financiera. Que garantice a las personas adultas mayores un ingreso, sin condicionamientos, que sea realmente universal como sucede en la capital de la República.

 

En el caso de la legislación de las telecomunicaciones, mi posición será a favor de un sistema de medios democrático y competitivo, que  garantice el acceso universal a las tecnologías de la información y las comunicaciones, así como el derecho a la información y los derechos de los usuarios.  Pugnaré por una legislación que garantice el Internet gratuito para todos.

 

No claudicaré en el planteamiento de un debate nacional amplio sobre el modelo educativo del país, para arribar a una reforma integral. En ella, los maestros deberán opinar y ser tomados en cuenta, como actores fundamentales del proceso educativo.

 

Propondré la Ley del Sistema Nacional de Becas, que articulará los esfuerzos del Estado mexicano para contar con una política efectiva, la cual, bajo criterios de equidad, permitirá mejorar las condiciones de acceso y la permanencia de los niños y los jóvenes en la educación pública.

 

En materia de Justicia y Derechos Humanos, daré continuidad a la lucha por la desaparición de instrumentos que han sido lesivas de los derechos fundamentales, o que han desvirtuado la procuración de justicia por motivos políticos, como es el caso de las figuras del arraigo y de testigos protegidos.

 

Desde la Comisión Especial para el Desarrollo del Litoral del Pacifico, de la que fui recientemente designado Presidente, impulsaremos verdaderas estrategias de desarrollo que pongan al país y a Michoacán a la vanguardia de la infraestructura de primer mundo, con mejores estándares de seguridad, mayores niveles de inversión, fortalecimiento de la industria turística, crecimiento  del sector portuario y del intercambio comercial.

 

Pugnaremos por allegar inversiones públicas y privadas, a través del establecimiento de plataformas logísticas de diversas vocaciones que propicien un mayor y más eficiente movimiento de mercancías. Ello debe redundar en beneficio de las entidades, municipios y comunidades del Litoral Pacífico, porque deberá traducirse en más ingresos y empleos para la sociedad y en ese sentido, mi principal compromiso será con Michoacán.

 

En Michoacán, ha llegado el momento de las  grandes definiciones.

 

Al inicio de mi encargo, propuse atender la difícil situación financiera de nuestro Estado. Por ello presenté un Acuerdo donde exhortaba al entonces Gobernador, Fausto Vallejo, para transparentar la deuda y se aplicara la Ley sin distinciones.

 

Planteamos que el Gobierno del Estado debía buscar soluciones de fondo ante la difícil situación que manteníamos; que se ocupara de las inversiones, el desarrollo y las obras publicas y dejara de lado cortinas de humo. Hoy sabemos que nunca existió el sobreendeudamiento y que fue injusta la persecución hacia el gobierno saliente.

 

No obstante le propongo señor Gobernador,que no sigamos buscando culpables de la situación financiera del Estado, sino los recursos, las acciones y las obras que la entidad necesita para generar los empleos y las oportunidades de desarrollo que nos permitan superar la emergencia y alcanzar la estabilidad económica y social que requerimos.

 

Me comprometo a trabajar a su lado como un aliado de los michoacanos, para que juntos hagamos de Michoacán una tierra de oportunidades.

 

Nuestro compromiso con la máxima casa de estudios, nos llevó a proponer, una solución integral de la crisis financiera que viven las instituciones de educación superior, especialmente en el caso de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Sé que algo pudimos contribuir al respecto, pero aquí señor Rector Salvador Jara, ratifico mi compromiso de seguir gestionando los apoyos necesarios para que nuestra máxima casa de estudios, pueda seguir siendo la Institución humanista, democrática, popular, promotora del desarrollo científico y tecnológico, que históricamente ha sido.

 

Asumí el compromiso de promover y defender el respeto de los derechos humanos, la gobernabilidad y de la paz social, por eso, exhortamos en su momento a las autoridades federales y estatales a que garantizaran en el caso de la Nueva Jerusalén, el derecho constitucional a la educación pública, gratuita, obligatoria y sobre todo laica, más allá de los conflictos sociales y religiosos de la comunidad.

 

Asimismo, los exhortamos a terminar con la Represión en contra de los estudiantes normalistas y universitarios, porque estoy convencido que se puede lograr mucho más con el diálogo y la concertación de acuerdos que con el uso de la fuerza injustificada.

 

Bajo esa misma convicción, exhorto desde aquí a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y al movimiento social todo, para que suscribamos una tregua por Michoacán y no permitamos que se pare el desarrollo que la entidad nos demanda, que sigamos haciendo esfuerzos para superar nuestras diferencias y para resolver nuestras demandas, por las vías de la política institucionalizada y que sigamos reconociéndonos como iguales, como aliados, como amigos y como hijos de esta misma tierra, en aras de lograr para el Estado, una nueva realidad donde los derechos de todos sean respetados en estricto apego a la justicia y a la legalidad.

 

Promoví con mis compañeros Senadores de Michoacán, un diálogo con las autoridades estatales y federales, para sumáramos esfuerzos a favor de un nuevo pacto social que resolviera los principales problemas del Estado

 

En el marco del Acuerdo por Michoacán, puse a consideración del Titular del Ejecutivo Estatal y de distintas fuerzas políticas una estrategia integral para el desarrollo de nuestro estado.

 

Señalé que no puede haber paz ni seguridad en las zonas de conflicto, si no aseguramos opciones de progreso y de vida digna. En la estrategia propuse alternativas para reforzar la estabilidad política, detonar la inversión productiva, el desarrollo social, la creación de empleos.

 

Señalé también que debe ponerse especial atención en los jóvenes michoacanos que padecen exclusión económica, laboral, educativa, política y cultural.

 

Observé con preocupación que el Acuerdo Firmado, no prevé esfuerzos extraordinarios en programas, inversiones y recursos públicos para la entidad. Considero que el Ejecutivo Federal debe asumir un compromiso mucho mayor con la paz, el desarrollo y la tranquilidad de los michoacanos.

 

Por eso, desde aquí me propongo si ustedes me lo permiten, como un representante del Estado ante la Federación, para coordinar junto con el Gobernador del Estado, los acuerdos complementarios que necesita el Estado para asegurar que la Federación pueda invertir en la entidad los recursos, las obras y los programas requeridos.

 

Sobre todas las cosas, sobre todos los obstáculos y sobre todos los pronósticos, seguiremos trabajando por Michoacán, para que Michoacán esté bien.

 

Reconozco la necesidad de anteponer a cualquier interés político, la seguridad y el bienestar de los michoacanos, es momento de que, sin renunciar a nuestras posiciones ideológicas, apostemos todos a la estabilidad política, económica y social de la entidad, es momento de mostrar la voluntad personal e institucional para reencauzar el rumbo y sobre todo, es momento de comprometernos con la búsqueda de soluciones efectivas para nuestras familias y nuestra gente.

 

Asumimos el compromiso de seguir trabajando en nuestros próximos años legislativos, de la mano con la sociedad civil, con la misma intensidad y responsabilidad política y social con la que hasta hoy nos hemos conducido, por un Michoacán con proyecto y con esperanza.

 

En ese sentido y en el marco de este Informe, me permito convocar a los dirigentes de los partidos políticos, a los representantes populares, a los servidores públicos, a nuestros amigos empresarios, a la comunidad académica, a las organizaciones sociales, a los medios de comunicación y a la sociedad en general, que se encuentran aquí presentes y a los que no lo están, a iniciar una nueva etapa, a escribir una nueva página de la historia, a luchar entre todos por rescatar a Michoacán, por hacer de ésta una sociedad pacífica, libre de la pobreza y de violencia. Una entidad pujante y próspera.

 

Michoacán puede tener muchas limitaciones, pero estoy convencido que tiene una gran fortaleza, cuenta con los mejores hombres y las mejores mujeres, cuenta la valentía de un pueblo esforzado y con un ejército de héroes que cuando se deciden, saben a qué puerto llegar y llegar triunfantes.

 

Hoy más que nunca debemos estar unidos para hacer frente a la situación. Debemos aprovechar la vocación solidaria, el valor y la entereza de nuestro pueblo, que ha resistido coyunturas difíciles y siempre ha salido avante.

 

A ello, dedicaré mis esfuerzos, como Senador de la República, durante mis próximos años, como un michoacano más comprometido con mi gente.

 

Deseo agradecer el invaluable apoyo y comprensión que siempre he recibido de mi familia y les reitero mi cariño y mi especial agradecimiento.

 

A mis compañeros senadores les reitero mi amistad y la voluntad para seguir construyendo juntos la nueva república de justicia, prosperidad, democracia, valor y patriotismo.

 

A los michoacanos les suscribo mi solidaridad, mi lealtad, mi trabajo y mi compromiso irrenunciable.

Hoy puedo hablar de frente a los michoacanos, con la conciencia tranquila, porque tengo una trayectoria limpia, porque siempre he sido consecuente, y nunca he traicionado mis principios.

 

Soy un hombre optimista.

 

Vislumbro un horizonte claro y un futuro promisorio para esta hermosa tierra que es Michoacán.

 

Veo también, que las soluciones están a nuestro alcance.

 

Pongamos de acuerdo, es lo que espera la gente de nosotros, hagámoslo con una verdadera convicción de rectificar el camino.

 

Son tiempos de mostrar entereza, voluntad, unidad yaltura de miras.

 

Los invito a que construyamos juntos, con valor y perseverancia ese futuro de paz, libertad y progreso que anhelamos todos.

 

La lucha por convertir a Michoacán en un tierra de oportunidades, aún no termina, ésta guerra contra la pobreza, contra la injusticia, contra la inseguridad y contra la inestabilidad, la vamos juntos a ganar.

 

¡¡ Michoacán lo demanda, nuestros hijos lo merecen!!.

 

Muchas Gracias

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