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A finales del mes de julio, en México se dieron a conocer dos sucesos a considerar, tan diferentes y poco relacionados como el agua y el aceite, pero que haciendo un esfuerzo por vincularlos son asombrosamente hilarantes y son muestra clara de una política atroz y brutal que mantiene en la desesperanza a uno de cada dos mexicanos y en la incertidumbre a la otra mitad.
Un suceso que puso a temblar a gran parte de la alta burocracia fue el anuncio del CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, organismo público, que presento el resultado de la medición de los indicadores de pobreza del año 2012, los datos fueron demoledores, a pesar de que hubo una mínima disminución de porcentaje de 46.1 a 45.5 por ciento la cifra real es que del año 2010 al 2012 el número de pobres en México subió de 52 millones 813 mil personas a 53 millones 349 mil 900 personas es decir más de medio millón de mexicanos engrosaron las filas de la pobreza, si la medición la hacemos por entidades federativas la verdad es que no mejora mucho, el Estado de México entidad que gobernó el actual Presidente de la Republica es el que mayor número de pobres tiene con 7 millones 328 mil 700, seguido de estados como Veracruz con 4 millones 141 mil 800 y Puebla con 3 millones 878 mil 100, de igual manera los estados que mayor porcentaje de población en esta condición tienen son Chiapas con el 74.7 % y Guerrero con el 69.7 %, los que ahora tuvieron mejor nota en dos años son Tabasco, a pesar del desfalco de Andrés Granier que disminuyo en 11% su población con pobreza y Sonora con una disminución del 9.3 % y los que de plano han fracasado con su política social son Nayarit y Nuevo León que tuvieron un aumento del 20 y 19.4 % respectivamente en relación con la medición del 2010.
El otro suceso es que el lunes 29 de junio, se cumplieron 40 años del fallecimiento del español, nacionalizado mexicano Luis Buñuel uno de los grandes cineastas del siglo pasado a nivel internacional, impulsor del Cine Mexicano como pocos, entre su gran obra encontramos, películas como El (1953), Viridiana (1961), La edad de oro (1930), El discreto encanto de la Burguesía (1972) y por supuesto uno de los retratos más crudos de la pobreza en México Los Olvidados (1950). Esta obra maestra, aunque no considerada como la mejor película de Buñuel por la crítica, es un fiel retrato de lo que significa ser pobre en México y cualquier lugar del mundo: exclusión, marginación, sufrimiento, falta de acceso a los servicios de salud, educación, empleo y desesperanza, es el ver como la violencia intrafamiliar en una madre que desesperada golpea a su primogénito, como la niñez convive entre los vicios de los padres, la tentación de robarle a un ciego, la necesidad de prostituirse y el vivir una odisea día a día hora a hora, con el solo propósito de conseguir alimento.
De esta manera ésta película protagonizada por Estela Inda y Miguel Inclán, surrealista y cruda hasta el exceso, ahora con la denominación de Memoria del Mundo por la UNESCO, nos muestra otro retrato de la pobreza en México, que no se acaba y por el contrario se sigue multiplicando.
Estos dos hechos son dos retratos fieles de la pobreza en México la misma del año 1950, que 63 años después con un mayor avance de la ciencia y la tecnología, un México con un considerable desarrollo en infraestructura, recursos ecológicos enormes y aquella gran diversidad que nuestros maestros de secundaria nos repetían hasta el cansancio; el país sigue en las mismas condiciones de atraso y desigualdad, pero no en todos los aspectos pues las únicas grandes beneficiarias de tan precarias condiciones, han sido las transnacionales que han desplazado a los negocios familiares que Luis Buñuel retrató en su obra, ahora el modelo neoliberal aquel que tanto impulsara Reagan ha recrudecido y aumentado la marginalidad en México y en el mundo.
Por otro lado esta medición demuestra que el aumento en la pobreza no se abatirá con las famosas reformas estructurales pues a mas de 30 años de la implementación de este modelo con Miguel de la Madrid, no se ve por donde se pueda detonar el desarrollo que en este país pueda sacar de la pobreza a su población, condenándonos a únicamente realizar apuestas y previsiones del porcentaje que año con año aumentaran estas cifras.
A la sombra de la cumbre del ALBA donde América Latina se reúne ya sin Chávez, México se encuentra en el mismo camino de los últimos años no viendo que haya abajo, (geográficamente hablando) se siguen esbozando políticas de protección a la soberanía y a los mercados internos, con una real y dura política social no asistencialista, previendo mecanismos fiscales que acorten las brechas de desigualdad, impulsando el desarrollo endógeno desde los núcleos sociales pequeños y mostrando dignidad ante el vecino fisgón del mundo EUA; así mismo México deberá decidir si realmente implementa políticas sociales con sustento científico y con visión estratégica pues hasta ahora la señora Robles Berlanga solo ha acertado a decirnos algo cierto “México tiene hambre”.
