Morelia es una de las tres principales ciudades del país con más alto índice de densidad vehicular por metro cuadrado si no es que llegue a ser la primera.
Este dato lo ha sabido canalizar el actual alcalde, que con mejor tino que su antecesor, desea instalar parquímetros en el Centro Histórico y otros rumbos donde las personas suelen ocupar lugares para estacionar sus autos por necesidades laborales o de trámites gubernamentales. Peor aún, viven en esas zonas.
El tema de un estacionamiento poco usado que, a pesar de todo el actual «dueño» recibe la cantidad de 17 millones de pesos como «garantía a su inversión» ha destapado una red de tráfico de influencias, fuga de información privilegiada y cotos de nepotismo a la vieja usanza priista; a pesar de que en aquellos tiempos, la gubernatura era perredista, la alcaldía moreliana siempre estaba controlada por «distinguidas familias» políticas tanto del «PAN» como del «PRI» , los cuales hicieron de las suyas a diestra y siniestra, basta recordar los permisos y desarrollos de Altozano.
El tema del estacionamiento público es ahora un tema de interés social, pues ahora sabemos que existen favoritismos detrás de estos «lotes» automotrices momentáneos, los cuales se dieron con poca ética, según se ha hecho del dominio público por los «dimes y diretes» en todos lados. Bueno será ahora indagar bajo qué circunstancias se dio el estacionamiento que está en el Mercado Independencia, seguramente si se le «rasca» sale otro asunto «indigesto» para la actual y anterior administración priista municipal y hasta estatal.