Por Víctor Ardura.-
Ayer en mi cuenta de Facebook un buen amigo de nombre Pavel Escudero escribió una frase que retrata, con justeza, el ambiente que priva en algunos medios de comunicación en el ánimo de no pocos levantacejas y hasta de ciudadanos de a pie que creíamos correctísimos: “Ayer salieron del closet varios pinochetitos y hitlercitos en Michoacán.”.
Por supuesto se refería a las reacciones de no pocos ciudadanos frente a la brutal represión que emprendieron los gobiernos estatal y federal, a través de sus policías, en contra de las Casas del Estudiante. Ayer en las redes sociales digamos que los momios estaban empatados. Hubo reacciones que iban desde el razonamiento estrictamente jurídico hasta aquella especie de brutalidad que pinta a los espíritus mezquinos. También leí el comentario del profesor de Filosofía que decía, palabras más palabras menos, que “Nada justifica que la policía se ensañe con nadie. Una sociedad que lo permite se condena a sí misma”. Quisiera explorar este último pensamiento. Si no hay una condena por el brutal uso de la fuerza, mañana pueden ser los sindicatos de profesores, pasado mañana aquellos que protesten por la violación de los derechos humanos de las policías federales en fin, por cualquier cosa. El festejar que a un joven tirado en el piso dos policías lo aporreen de brutal manera es negarnos lo que tenemos de humano. Y créame: muchos hasta se rieron con dichas imágenes.
No menos lamentable de ciertos medios de comunicación. Muy poco fueron los que informaron con objetividad, por ejemplo el decoroso trabajo del corresponsal de la Jornada nacional, Ernesto Martínez Elorriaga. En los demás encontramos esa suerte de festejo trasnochado, entre líneas, por lo sucedido la madrugada del sábado. Hablamos de un ambiente en donde las opiniones se dividieron y tomó impulso ese espíritu que ganó en las clases medias de Alemania en los años veintes del siglo pasado, cuando los bárbaros seguidores de Hitler apaleaban hasta la muerte a obreros militantes socialistas.
Dentro de algunos momentos los estudiantes organizarán una marcha. No han explicado si será un desfile silencioso como el que atestiguamos el domingo, o si usarán consignas con expresiones de protesta. Lo mismo sucederá el martes primero de mayo, día del trabajo El vandalismo usado por los estudiantes no se justifica de ningún modo. Espero que quepa en ellos la prudencia y sus protestas no provoquen las iras del gobierno estatal las cuales, hemos visto, usan el garrote como método de diálogo. Y es de esperar a que los medios, la opinión pública, no satanice sino informe y explique lo que está sucediendo.