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Por Víctor Ardura.-
En el reino de la política su aristocracia juega rudo. Con finos modales y una sonrisa en el rostro, apuñalan al enemigo o por lo menos lo intentan, en tanto el otro busca ser lo mismo y con los mismos gestos. Ayer los medios de comunicación, en especial el duopolio televisivo minimizaron dos hechos que por su importancia deberían ser públicos y puestos a debate.
El primero de ellos fue la queja presentada por la Coalición de las izquierdas por un asunto que no es menor, Ricardo Monreal (¿Se acuerdan de este exgobernador de Zacatecas que se ha convertido en un político de izquierda importante?), con datos en la mano que son contundentes, documentó que el candidato del PRI y del Partido Verde, Enrique Peña Nieto, habría rebasado los topes de campaña. Y con base en la ley exigieron que su candidatura se anule.
Las acusaciones no son menores. Los observadores de la Coalición que postulan a AMLO, con apoyo de las redes sociales, se dieron a la tarea de contabilizar espectaculares, pedir cotizaciones por esos espacios, por los spots que se publican en la televisión y la radio, por los costos de transportación y otros gastos que podrían ser folclóricos si no fueran patéticos, como el hecho de imprimir su imagen en albercas de plástico que se regala a la gente. Faraónico dispendio el cual, amén de ostentoso, nos recuerda los años de gloria del PRI.
El documento de esta queja está sólidamente documentado. Habrá que esperar lo que dice el IFE al respecto, pero ayer AMLO ya nos dio noticia de la parcialidad del árbitro. Denunció en Guadalajara que el IFE manda fiscales a sus giras para agarrarlo en falta. De ser cierto esta gravísima queja de Andrés Manuel, estaría en entre dicho la imparcialidad del árbitro, su necesaria solvencia ante el proceso electoral.
Otra noticia que pasó si no desapercibida, sí arrinconada a páginas interiores o de plano ignorada en las televisoras nacionales. Nos referimos al examen de la cuanta pública del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. 2008 fue un año que reprobó el ejecutivo, lo mismo que el 2006 y el 2007. Hablamos que la mitad del gobierno del michoacano tiene observaciones, y muchas, entre otras el asunto de la deuda pública.
¡Señores!, qué manera de endeudar al país. Calderón Hinojosa hizo cena de negros con Michoacán, con el Gobierno de Leonel Godoy Rangel, por un quítame estas pajas con este asunto. Y aunque se demostró que el endeudamiento era mínimo y legal, aun así nos castigaron. Como quien dice mira la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio.
Un asunto destacable de este ejercicio de fiscalización, que no nos chupemos el dedo pues tiene dedicatoria, fue el asunto de la Enciclomedia. Las irregularidades fueron tantas y hay tanto dinero en juego que no se sabe el destino, que seguramente será un asunto que pasará a la Auditoría Superior de la Federación. ¿Y quién era la responsable de la Secretaría de Educación en ese momento? Pues ni más ni menos que la actual candidata a la presidencia de la República por el Partido de Acción Nacional, la misma que es generosa en diatribas contra los priistas corruptos, ni más ni menos que Josefina Vázquez Mota.
El ejercicio de la Cuenta Pública deberá enviarse al Ejecutivo para que a su vez lo publique en el Diario Oficial de la Federación. El Presidente de la Mesa Directiva, Guadalupe Acosta Naranjo, deberá enviarlo para que haga el berrinche de su vida el michoacano Felipe Calderón Hinojosa. Y ya que hablamos de paisanos, el zamorano Julio Castellano no se le ocurrió otra defensa que decir que el asunto tenía un caris político. Este adalid anticorrupción no tuvo otro argumento para justificar las corruptelas de Enciclomedia. Sí, vaya que juegan rudo.
