Se sentía pesado el ambiente, con un silencio muy particular el trágico 13 de junio en la caseta de cobro de San Ángel Zurumucapio en la autopista siglo XXI Morelia-Lázaro Cárdenas, había escuchado a algunos de mis compañeros susurrar: “es un desastre” “ha sido una carnicería”, “esta terrible allá adelante”…
Caminaba con mi teléfono celular tratando de platicar objetivamente lo que veía, no dejando pasar un solo detalle de lo que sentía incluso al realizar una trasmisión más en vivo para mi portal.
Inexplicablemente antes de llegar me preguntaba por qué no se habían utilizado dos rampas de frenado a unos cuantos kilómetros antes, vinieron a mi mente entonces imágenes casi de la mano con mi legendario comandante Adalberto García de León un mes de noviembre de 1999 cuando lo acompañe muy cerca del lugar de los hechos a otro lugar de desastre producto de un accidente, al desastre aéreo de la línea TAESA en una huerta de aguacates de Uruapan.
Me acerque a la caseta y con asombro observe como estaba totalmente destruida por el paso de la pesada unidad a una velocidad impensable, no me imaginaba como los cristales de la caseta habrán servido como filosas armas contra la mujer que se encontraba realizando su trabajo ante la mirada atónita de los profesores democráticos en su llamada jornada de lucha contra la reforma educativa.
Fierros retorcidos, cemento destrozado, diversos elementos carbonizados, una pipa con sus llantas para arriba y lo más terrible cuerpos mutilados, sangre sobre la cinta asfáltica, miradas confundidas aún de los profesores que habían sido testigos de la muerte de siete de sus compañeros, llanto particularmente de algunas mujeres que aún no entendían que había sucedido, se olía miedo en el ambiente.
Juan José Ortega el dirigente estatal democrático mostró una gran madurez como líder al desechar en todo momento los intentos de más de un compañero de involucrar a la autoridad estatal dentro de las culpas del accidente, su respuesta fue muy clara, ha sido un lamentable accidente y no voy a contestar ese tipo de preguntas ya que no queremos más confrontación establecería.
Uno de los profesores intento incluso que yo no participara en la entrevista al decirme que era uno de los que siempre le tiraba al movimiento, lo observé y le dije que tenía derecho a decir mis puntos de vista como ellos manifestaban libremente lo que querían, alguien atrás lo abrazo y lo intentó calmar, otros maestros más de Cherán me tendieron la mano para poder realizar mi trabajo, incluso el profesor Ortega también insisto con madurez le pidió silencio a su compañero.
Recuerdo allá por 1995 la simpatía personal que me merecía su movimiento, veía un magisterio unido en torno a luchas laborales, defendiendo la educación pública, laica y gratuita, asistí a más de uno de sus congresos donde se reflexionaba sobre el presente y futuro de la educación, luego el movimiento perdió la credibilidad de muchos donde los principales afectados siempre fueron terceros, llegando un hartazgo de la sociedad michoacana ante sus formas de presión y sus causas de lucha que rayaban en ocasiones en lo absurdo.
Ayer mientras veía los rostros de los profesores enlutados pensaba sí seguía valiendo la pena exponer a los sindicalizados al peligro de una carretera, sí valía la pena que ellos siguieran manifestándose en una cinta asfáltica o más valía la pena que ellos se manifestaran con trabajo desde sus aulas, reflexionaba también lo frecuente que se estaban haciendo estos accidentes en diversas carreteras de México, ante la impasividad de la autoridad de la SCT permitiendo que vehículos diversos se convirtieran en bombas de tiempo en las carreteras del país, reflexionaba al ver el cuerpo del chofer sufriendo de dolor de hasta donde estaba protegido por su patrón para que condujera en una carretera responsablemente.
Pero sobre todo reflexionaba que como ser humano me sentía pequeño ante la tragedia y hoy expreso mi más profundo y modesto pésame al magisterio democrático michoacano.
En paz descansen los profesores democráticos caídos en su lucha contra lo que ellos han creído, más de uno ahora los convertirá en mártires de su lucha.