(02-06-13) Por Noemí Aviléz.- Será la red o el acceso a la información, lo cierto es que el presidente de mi país tiene ante sí un reto de índole social. Los movimientos de conciencias no cesan aunque son amedrentados. Principalmente en la capital central.
En días anteriores manifestantes se dirigían para los Pinos, sobra decir que fueron contenidos por la policía. Las agresiones no se hicieron esperar al interior de la estación del metro Tacubaya.
Esta y otras manifestaciones de desobediencia civil, sólo atienden propósitos de ocupación simbólica, nunca se ha planteado la violencia como medio para hacerse visibles ante los medios y la sociedad en general. Ahora es la organización #MéxicoSOS, y antes fueron los jóvenes #yosoy132.
El dilema de aplicar la fuerza pública para mantener un clima de «estabilidad» sin que terceros resulten afectados, sigue en la línea de discusión sobre lo que una policía debe cuidar. En nuestro país no es el caso.
Y así lo narra Alberto Escorcia, coordinador de la página de Internet yosoyred.com “La policía entró hasta los vagones para golpear a la gente, incluso a personas que no tenían nada que ver. Nos salimos en la estación Constituyentes para llegar a Los Pinos, pero ahí estaba la policía y unos provocadores encapuchados que causaron el enfrentamiento en Tacubaya, por eso mejor nos dirigimos en marcha hacia el Zócalo sobre Paseo de la Reforma”. Suena familiar, pero con tiempo de hace unas cinco décadas.
Hoy sabemos de las Jornadas de Desobediencia Civil, donde los colectivos participantes realizarán una acampada en el Ángel el 4 de junio para amanecer ahí el 5, y participar en una marcha por el aniversario del incendio en la guardería ABC, el 25 de junio habrá una marcha contra la inseguridad en Ecatepec y el 1 de julio habrá movilizaciones en diversos puntos del país a las 15 horas. Ejercicio de memoria, simple y llano.
Pero resulta interesante que del 15 al 25 de junio se suscitará un hecho sin precedente en nuestro haber: un plebiscito ciudadano sobre la revocación del mandato. Interesante sin duda por la puesta en marcha del poder ciudadano en un tema que causa escoro para la clase política imperante. Y justo por esto se esperan resultados de represión y opacidad mediática ante la importancia histórica del mismo.
Habrá que estar pendientes de la respuesta del presidente Peña Nieto ante la sociedad organizada y la pasiva aunque una primer acercamiento anuncia que el mandatario nada hará fuera de lo hecho hasta ahora. Se esperan peras del olmo.