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21 de noviembre del 2024.- Ucrania ha acusado a Rusia de haber lanzado este jueves un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) por primera vez en la guerra, pese a que el presidente ruso, Vladímir Putin, así como Estados Unidos, han señalado que se trataría de un misil de alcance medio.
El proyectil ha sido lanzado desde la región de Astrakán, en el sur, según las Fuerzas Armadas ucranianas, y han alcanzado infraestructuras e industrias en el centro de Ucrania. El periódico digital ucraniano Ukrainska Pravda llegó a citar fuentes anónimas que aseguraron que se trataba de un RS-26 Rubezh, ICBM con un rango de 5.800 kilómetros.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha afirmado que Rusia «está utilizando Ucrania como campo de pruebas» de su armamento. «Hoy se utilizó un nuevo misil. Todas las características, la velocidad, la altura, son las de un misil balístico intercontinental. Hay una evaluación en marcha», ha dicho Zelenski.
El uso de este tipo de armas, con un coste muy elevado y normalmente desempeñan una función estratégica, puede interpretarse como un nuevo mensaje ruso, después de que EE.UU. y Reino Unido hayan permitido a Ucrania el uso de misiles de largo alcance (ATACMS y Storm Shadow) contra objetivos en suelo ruso.
Daños en Dnipropetrovsk
El ataque ruso ha alcanzado la ciudad de Dnipropetrovsk, causando daños en industrias y dos incendios en la propia ciudad, según el gobernador regional, Serhii Lisak. Los servicios de emergencia aún están analizando los daños y no se ha informado de víctimas.
El alcalde de Dnipropetrovsk, Boris Filatov, ha informado también de que el bombardeo ha afectado a un centro de rehabilitación.
La mayor empresa energética privada de Ucrania, DTEK, ha avisado de apagones de emergencia en la capital, Kiev, y en las regiones de Odesa, Dnipropetrovsk y Donetsk.
Las defensas antiaéreas ucranianas han derribado además seis misiles de crucero Kh-101.
La UE y Reino Unido acusan a Moscú de provocar una «escalada»
La Unión Europea (UE) considera que, de confirmarse que se trata de un misil balístico intercontinental, supondría una escalada «cuantitativa y cualitativa» en el conflicto. «Sería todavía otro cambio cuantitativo y cualitativo en este enfoque y una clara marca de escalada», y otra «señal clara» de la voluntad del presidente ruso, Vladímir Putin, de «no buscar la paz», ha indicado el portavoz comunitario Peter Stano.
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, también cree que es una «escalada» y un ejemplo de comportamiento «inmoral» e «irresponsable».
El Ministerio de Exteriores de Francia no ha podido confirmar que el proyectil lanzado por Rusia contra Ucrania sea realmente un ICBM, pero también ha considerado que, de confirmarse, sería un hecho «extremadamente grave».
Estados Unidos ha negado que Rusia haya utilizado un misil balístico intercontinental en el ataque contra Dnipró. Según fuentes del país, se trataría de un misil balístico de alcance medio, con un alcance de entre 1.000 y 3.000 kilómetros, pero mucho menor que el de los ICBM, que superan los 5.500 kilómetros.
Rusia afirma haber derribado dos Storm Shadow
Este jueves, Rusia ha asegurado por su parte haber derribado dos misiles Storm Shadow, de fabricación británica. Este pasado miércoles, Ucrania usó por primera vez estos misiles contra territorio ruso, según Moscú. Hoy, el Ministerio de Defensa ruso asegura que sus defensas han derribado otros dos.
El Kremlin ha reiterado que considera una «nueva escalada» los ataques con misiles de largo alcance contra su territorio. «Tiene lugar una nueva escalada. La postura de la administración saliente [en Estados Unidos] es muy irresponsable y sigue echando leña al fuego del conflicto», ha declarado Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
El presidente estadounidense, Joe Biden, al que le quedan dos meses en el cargo, ha decidido modificar su política hasta el momento y autorizar a Ucrania a usar los misiles contra territorio ruso, a la vez que le va a suministrar minas antipersonas. Biden pretende ayudar a que Ucrania mejore su posición antes de la llegada a la Casa Blanca del presidente electo, el republicano Donald Trump, que es contrario a mantener el apoyo a Ucrania y ha prometido acabar con la guerra.
