El narcotráfico en nuestro país ha sido en los últimos años, una dolorosa realidad que lamentablemente se ha vuelto cotidiana y persistente en la sociedad mexicana, ha sido un fenómeno dominante de la vida pública, ha llenado particularmente con noticias las contra portadas de los diversos diarios que circulan en el país, así como los noticieros de los medios electrónicos.
Desafortunadamente además y resulta muy peligroso para nuestra sociedad que los efectos de tanta exposición comiencen a ser palpables en las nuevas generaciones que o nacieron o crecieron en este contexto que se vive en México, pero quiero referirme particularmente en Michoacán.
Un niño de la secundaria técnica 143 en San Isidro Itzícuaro al poniente de Morelia fue acusado ante su director y ante la autoridad por haber golpeado a otro por no obedecerlo y por haberlo acusado ante la autoridad de la golpiza que le propinaron junto con otros niños al no querer pagar protección a otro niño.
Todo se origino cuando el niño le pidió un hielito a otro, este último se negó, al negarse fue advertido que le tendría que pagar por su protección y a la salida la respuesta fue una golpiza.
Que lejos me parecen aquellos días cuando “a la salida” como niños podíamos pelear porque otro nos había quitado la pelota, o porque alguno más intentará quitarnos nuestra torta de huevo, incluso que alguien se hubiera burlado de nosotros por no haber hecho bien la tarea o por contestar alguna tontería al Maestro ó pelear por la mirada de una niña, pero el que ahora la realidad en muchas escuelas sea pelear porque no pagan una cuota de protección no es más que un patético reflejo de la sociedad que estamos dejando a nuestros niños y que por desgracia ante ese fenómeno crecen muchos de ellos.
El director de la escuela Secundaria Técnica 143 Juan Chávez ha dicho: “Como maestros no podemos negarle la educación a ningún niño, ni estigmatizarlos, hemos platicado con otros alumnos para ver si él les pedía cuotas, pero desafortunadamente por el temor muchos se quedan callados, lo cierto es que queremos resolver esto de la mejor manera posible para ambas partes y determinar qué está pasando, si es el caso, en el seno familiar de este joven para así apoyarlo y ayudarlo a que se supere”.
Que lejos están aquellos días cuando los niños queríamos jugar a los policías y ladrones o admirar a los bomberos, ahora los niños inventan juegos de secuestros y forman bandas en los parques con los nombres de los cárteles, ya que idolatran el poder de los capos, incrementando el riesgo de que pudieran convertirse en la siguiente generación de sicarios que los cárteles contratan a bajo costo.
Según la agencia internacional Reuters con sede en Londres para la cual colaboro desde 2010, hizo un llamado a la sociedad dando a conocer que los niños en las ciudades fronterizas mexicanas anhelaban ser capos del narco y sicarios debido a la riqueza y el poder del narcotráfico. Reuters también señalaba que padres de familia en Tijuana, Ciudad Juárez y otras ciudades fronterizas declararon que los niños de primaria son cautivados por los cárteles de la droga que ven en la calle y en las noticias de la televisión con armas, camionetas de lujo y burlando a los soldados.
Reuters señaló además, que la cantidad de crímenes cometida por menores, desde robo hasta asesinatos para los cárteles, se habían disparado 33% este año en Tijuana, de acuerdo con la procuraduría de justicia de Baja California, mientras que en Mexicali más de la mitad de los 10 mil menores arrestados en 2009 tenían menos de 13 años, la autoridad y la sociedad actuaron y hoy las condiciones de seguridad particularmente en Tijuana han cambiado.
El Congreso del Estado ya tiene una Ley que protege a los niños de la violencia, pero como sociedad que hacer para evitar que éste fenómeno cunda, el director de esa escuela secundaria ha ofrecido una serie de conferencias en las que se hablarán sobre el Bullyng, pero como padres de familia más que nunca hay que estar pendientes de nuestros hijos, supongo que este caso para alguna autoridad parecerá simplemente un hecho aislado, pero que usando el sentido común debe ser una réplica constante en muchas escuelas no solamente de nuestro estado sino del país.
Las luces rojas siguen encendiéndose, no hay peor ciego que una autoridad que no quiera ver.
Articulista: Ignacio Martínez