Morelia, Michoacán a 7 de mayo de 2013.- Con profundo pesar hoy vemos las puertas de nuestra Universidad cerradas y comparto la tristeza de los alumnos que hoy ven con incertidumbre su futuro. Así me lo han externado.
Y a ellos, como a toda la comunidad universitaria es preciso manifestarles que hemos actuado con responsabilidad y que la autoridad universitaria hizo todo lo posible para evitar la huelga que estalló el Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Desde que se notificó el emplazamiento sostuvimos reuniones en las que se atendió la totalidad de las demandas planteadas en el mismo, quedando solamente algunas pocas en proceso de reparación.
Aunque el Sindicato no señaló nada referente a la retención del ISR, la autoridad reitera su disposición para integrar una comisión que revise la legalidad de la propia retención y los cálculos correspondientes, tal como se hizo con la comisión revisora de las prestaciones que el Sindicato argumentaba como mal pagadas.
En aras de fortalecer la comunicación entre la autoridad y los profesores sindicalizados, reitero mi plena disposición y la de mis funcionarios para acudir al Consejo General del SPUM o a cualquier foro que el gremio considere pertinente para exponer y explicar los avances de las negociaciones.
No niego el derecho que asiste al SPUM para demandar, mediante la huelga, sus pretensiones cuando éstas sean fundadas. Sin embargo, no se debe perder de vista nunca que los objetivos primordiales de la Universidad son la docencia y la investigación.
La formación de jóvenes y la generación de conocimiento deben ser nuestra prioridad, por ello reconozco la valentía y solidaridad de quienes votaron en contra de la huelga o se abstuvieron, anteponiendo su compromiso con la educación a intereses personales y gremiales.
Todo derecho debe ejercerse con responsabilidad.
Nuestra sociedad vive una profunda crisis en la que el individualismo nos lleva a sacrificar los más altos ideales a cambio logros aparentes y efímeros; es momento de darle sentido a nuestras ideologías.
Yo he sido y soy un sindicalista; defiendo los derechos de todos los trabajadores, no solamente los de la Universidad Michoacana; sin embargo no debemos abusar de ellos al grado de poner en jaque el porvenir de los más de 50 mil estudiantes que actualmente atendemos y de las generaciones venideras.
Hago un llamado a las y los profesores del Sindicato, para que con espíritu nicolaita, en el marco del diálogo respetuoso, encontremos soluciones que, atendiendo a la difícil situación financiera de la Universidad y del estado de Michoacán, permitan asegurar la viabilidad y continuidad de la Casa de Hidalgo como una institución de calidad y con compromiso social.