Morelia, Mich., 22 de abril del 2013.- (Por Ignacio Herrerías) El cuarto interinato del PRI en los últimos 30 años, una vez que Fausto Vallejo abandonó a su suerte a Michoacán, al rendir protesta como gobernador interino, Jesús Reyna sufrió el vacío de la mitad de su partido político, debido a que en su atropellada toma de protesta no asistieron sus rivales Víctor Silva, Ascensión Orihuela y la mayor parte de los diputados federales vinculados a Fausto Vallejo.
Los mismo ocurrió con los diputados y senadores de la oposición, que en el caso de los de izquierda, tenían programada agenda de trabajo en sus respectivas cámaras.
Reyna asumió el interinato en un discurso en el cual asumió compromisos más allá de los supuestos 90 días que según necesita Vallejo para recuperarse de su operación de riñones.
Y de entrada marcó distancia de la política errática que por más de un año encabezó el perpetuo ex alcalde de Morelia.
Sin embargo, Reyna asume una gubernatura débil, sin apoyo federal, sin legitimidad y sin base social.