Nueva York., 14 de febrero del 2023.- Culminó la presentación de testigos – con el Rey Zambada y la esposa del acusado- y de pruebas en el juicio de Genaro García Luna y este miércoles los fiscales y los abogados de defensa ofrecerán sus argumentos de cierre, el último acto antes de que el juez entregue el caso al jurado para deliberar su veredicto.
Los doce integrantes del jurado, al concluir los argumentos de ambas partes e inmediatamente después de ser instruidos por el juez Brian Cogan, iniciarán sus deliberaciones a puerta cerrada y sin fecha límite sobre si el ex funcionario mexicano de mayor rango jamás enjuiciado en Estados Unidos es culpable o no culpable de aceptar sobornos multimillonarios en una conspiración de narcotrafico del cartel de Sinaloa y de mentir a las autoridades estadunidenses.
La defensa convocó este martes a su primer y único testigo, Linda Cristina Pereyra, esposa de García Luna, quien bajo guía del abogado defensor Florian Miedel metódicamente documentó la compra-venta y construcción de propiedades de la familia, el origen de vehículos incluyendo un par de viejos Ford Mustang y dos motocicletas Harley Davidson y sus pequeños negocios desde principios de los noventa hasta 2012 cuando la familia se mudó a Florida.
Pereyra, cuya hija la acompañó en el tribunal (su hijo hizo lo mismo el día anterior) fue explicando con detalles los departamentos y casas que fueron comprando y vendiendo los García Luna, con qué fondos se adquirieron, como facturas para la compra de las motocicletas, nombrando bancos que les ofrecieron créditos y las empresas que ella impulsó empezando con una pequeña papelería, un negocio para fiestas de niños y un restaurante- cafetería en México y otro en Morelos.
Comentó que la vida de su familia cambio dramáticamente en 2001 cuando su esposo fue nombrado director de AFI y de repente estaban acompañados de escoltas – hasta 20 elementos de seguridad- y vehículos blindados, algo que se elevó aún más cuando fue secretario de Seguridad Pública. Aseguró que durante todo ese tiempo ofrecieron declaraciones patrimoniales de manera pública hasta que, después de ser hostigados, incluyendo sus hijos, decidieron hacerlo privado.
De hecho, explicó que cuando su esposo salió del gobierno en 2012, decidieron salir de México para ofrecerles mayor libertad y “una vida más normal” a sus hijos sin tanta visibilidad pública y preocupaciones de seguridad.
Con sus declaraciones efectivas y tranquilas, la testigo potencialmente dañó el argumento elaborado por la fiscalía a través de presentación de fotos, extensas declaraciones patrimoniales y otras descripciones de los bienes de García Luna insinuando que, mientras era director de la Agencia Federal de Investigaciones y después secretario de Seguridad Pública, el acusado acumuló todos esos bienes producto de la corrupción.
Con información de La Jornada