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Los dirigentes de la oposición, Víctor Báez (PRD) y Miguel Ángel Chávez (PAN), opinan que Reyna negoció desde 2011 e hizo los ajustes necesarios para ubicar en áreas estratégicas a su equipo y aliados, no sólo en la estructura del Poder Ejecutivo, sino también en el Congreso.
Es parte del anecdotario político el cómo Vallejo Figueroa negoció con su secretario de Gobierno los puestos claves en la administración estatal para que el tricolor recuperará el poder en Michoacán.
Antes de que iniciaran las campañas políticas en el estado, en 2011 el PRI michoacano estuvo a punto de sufrir una estrepitosa fractura que ponía en peligro, no sólo el liderazgo de este partido a nivel nacional, sino la gubernatura de la entidad y la elección federal.
Reyna García había anunciado a sus allegados su interés por competir nuevamente por la gobernatura (la primera vez lo hizo en 2007), con la confianza de saber aprovechar los tropiezos y descontentos que había generado el PRD entre la sociedad.
Pero el grupo más moderado del PRI estatal, llevando como cabeza al ex presidente municipal de Morelia, Fausto Vallejo Figueroa, también había expresado su interés por competir con la certeza que dan las encuestas y que colocaban al ahora gobernador en el “top ten” de las preferencias de la gente, al menos de quienes viven en la capital del estado.
Comenzó la disputa y poco después, una vez más Reyna García mostró sus dotes de buen negociador y pactó con Fausto Vallejo las carteras más importantes del gobierno, consciente de la enfermedad que lo aquejaba y negoció también la Secretaría de Gobierno, el segundo puesto más importante después del titular del Ejecutivo.
De esta forma, cuando llegaron frente a Humberto Moreira, entonces presidente nacional del PRI que había mostrado signos de preocupación por la elección en Michoacán, la negociación entre Reyna García y Fausto Vallejo estaba más que pactada y los priístas se disciplinaron para sacar avante una elección que le haría recuperar al PRI las glorias pasadas y que ya extrañaba.
Reyna García es definido por sus cercanos como “un político firme, disciplinado, buen operador y uno de los más consistentes y efectivos a la hora de negociar, aunque no siempre por métodos ortodoxos”.
Pero sus adversarios políticos priístas, como el actual presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Víctor Silva Tejeda, y los diputados Eduardo Orihuela Estefan y Juan Carlos Orihuela Tello, lo tachan de “rencoroso, maniqueo, desleal e intolerante”, y que es de esas personas que uno no quisiera jamás tener de enemigo, sino se tienen los suficientes recursos para hacerle frente.
Su temprana carrera política inició siendo dirigente juvenil de la Federación de Estudiantes Universitarios de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde estudio Derecho. Ahí conoció a Fausto Vallejo y Leonel Godoy, y sus dotes de buen aprendiz de político lo llevaron a entablar relación con el entonces Presidente Luis Echeverría, de quien se dice le tuvo aprecio y fue su primer padrino político.
Forjado en la vieja guardia del PRI, Reyna García cuenta en su currículum el haber sido secretario particular del ex gobernador michoacano Carlos Torres Manzo, conocido por su mano dura contra sus adversarios políticos. Su vida política está ligada a los nombres de Ausencio Chávez (ex gobernador), cercano a Carlos Salinas de Gortari, Servando Chávez Hernández y otros miembros del llamado grupo Atlacomulco.
Ha sido procurador, coordinador de asesores de gobierno, director adjunto de gobierno, diputado, entre otros cargos, sin embargo, hoy es quien ejerce el poder en Michoacán.
