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¿Marcha contra autoritarismo? (Columna Política «Diputado 501»)

Columna Política «Diputado 501», Por Antonio TENORIO ADAME (13-XI-2022).- La marcha por la democracia fue asistida por miles de ciudadanos para exclamar “no a la destrucción del INE y al autoritarismo. México no merece una reforma electoral impulsada por una sola voluntad”, como señaló su único orador, José Woldenberg.

Por la negativa

El país entró en la confrontación de movimientos políticos bajo la consigna de salvar al INE de su desaparición. A la convocada Marcha Nacional concurrieron mexicanos de diversos partidos políticos a ejercer sus derechos civiles, destacando la presencia de líderes de los partidos políticos que integran la oposición al régimen.

La mayoría oficial está formada por un bloque electoral de lealtad al presidente López Obrador, su músculo poderoso reduce a los adversarios a su condicionamiento de oposición tardía. Todo se encuentra preparado para ganar el 2024, ¿lo cual significa que la oposición es tardía?

El balón está en la cancha de Morena, sin saber aún de sus varias versiones la que le corresponda el galardón de la sucesión, sin tampoco caer en el derrotismo, lo que falta aún definir es ¿por qué se quiere asumir el cargo presidencial?

Por otra parte, el proyecto de la sucesión es excluyente, descarta al funcionario con mayor responsabilidad en el asunto de los desaparecidos, donde se localiza la prioridad de la seguridad pública.

La prioridad de la nación es su población que sufre una guerra civil o guerra híbrida, con 200 mil homicidios dolosos, 120 mil desaparecidos y una expulsión de 16 millones de migrantes forzados.No hay en el mundo otro país tan atormentado y, a la vez, tan indiferente a su drama. Tampoco hay responsables.
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Por la afirmativa

Está en curso la aprobación la 9ª Reforma electoral con la aspiración de llegar a establecer la “democracia perfecta”, aunque en política solo existe lo necesario.

Como tampoco se tiene la seguridad de llegar por fin a la satisfacción de las exigencias de una democracia. Su aprobación se da por cierta, aunque existe un rechazo por temor a la desaparición del INE.

Antes de entrar a su análisis es necesario dejar asentado criterios determinantes que configuren el contexto en el que se presenta su debate.

Primero: las frecuentes y reiteradas reformas electorales han venido a sustituir en el imaginario político mexicano a la reforma agraria, aunque con marcadas diferencias, en el sentido de mantener vivo el espectro de la renovación y la esperanza de dejar la pobreza y recibir beneficios del poder.

Segundo: El problema prioritario del país no es el de la igualdad política sino la de equidad con la que se distribuye el ingreso, y se marca la diferencia de la riqueza; si bien las reformas electorales han mejorado la transparencia, la confianza y la civilidad con mejore elecciones, esos cambios no se reflejan en la calidad de bienestar de las personas debido a que el número de pobres crece cotidianamente. Se requiere elevar el nivel de vida de los más pobres.

Tercero: El clamor social demanda que el Estado cumpla con su compromiso de otorgar seguridad a la población.

La reforma electoral nace como un ajuste de cuentas, entre el poder que resalta la nominación del voto frente a la administración tecnocrática de quienes, temporalmente, son responsables de la organización electoral, el INE.

La iniciativa del Ejecutivo de reforma electoral comprende 12 puntos, de los cuales la mitad concierne a cambios directos de los actores electorales, 3 que modifican los objetivos y forma de integrar a los órganos electorales, otros tres conciernen a la representación política, una cantidad similar afecta a los partidos políticos, así como el resto son propuestas particulares, como establecer el 33% del padrón electoral para promover el mandato revocatorio,el voto electrónico, ajustes reglamentarios para legalizar la propaganda oficial de carácter social o de difusión electoral, y un último rubro dedicado a la consolidación de toda la normatividad electoral en un solo volumen.

Se dice que los cambios proyectados al INE obedecen a afianzar los futuros triunfos comiciales de Morena; sin embargo, éstos ya disponen de un candado que determinan resultados favorables con anticipación, como son: la aprobación abrumadora a favor del que será el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, (INEC), la desaparición de los órganos electorales locales y la reducción de los consejeros electorales a 7 solamente, los cuales serán propuestos por los poderes de la federación y electos en comicios por el voto universal.

Se trata, entonces, de una reforma innecesaria que solo se justificaría por su racionalidad económica a favor de la austeridad, aunque el rubro destinado a cubrir el financiamiento de los partidos es la parte medular del gasto electoral, de manera principal se les cancelan los apoyos en años de no realización de elecciones.

Los partidos, sin embargo, serán beneficiados de otras maneras, como ocurrirá al aplicar el sistema de representación proporcional; en cada distrito obtendrán la nominación de diputados con la lista de su propuesta. Otra forma de alinear y alentar a los partidos es reduciendo el piso electoral mínimo para retener el registro, a 3 % . Así resulta mas cómodo, antes de pensar que es un artículo “gancho” que viene bien a los partidos.

Cabe hacer el señalamiento en torno a la reducción del tamaño del Congreso que pasará de 500 a 300 diputados, eliminando la representación directa. Esta decisión debería corresponder al propio poder legislativo, o bien a los electores para definir cuál es el número de diputados, ya que es anticlimático que un poder decida sobre otro poder, como es el caso examinado.

Promulgar el decreto

El presidente López Obrador no quiere reelegirse, sino más bien quiere continuar con la preservación de su obra pública, así como la prolongación de sus políticas de bienestar social; considera suficiente para mantener la gobernabilidad política, se trata de una oferta que se debilita con el paso del incremento poblacional y los aumentos de precios de la inflación. No es suficiente.

La prosperidad y bienestar dependen de la creación permanente del empleo como base de una sociedad productiva y no solo consumidora; la sociedad requiere una reforma fiscal que abata las brechas de inequidad de ingresos, así como una relación comercial con el exterior basada en la justicia que atienda los factores de desequilibrio para abatir las desigualdades asimétricas impuestas por los desniveles de desarrollo.

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