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09 de noviembre del 2022.- Las elecciones legislativas de mitad de mandato en Estados Unidos les han ido mejor a los demócratas de lo que preveían las encuestas. No ha habido una «ola» republicana en contra del presidente, Joe Biden, aunque sí parece probable, a esta hora, que dominen la Cámara de Representantes.
El Senado sigue en el aire, y si los demócratas conservan el empate en este cámara o incluso si ganan la mayoría, Biden podrá al menos sacar adelante sus nombramientos.
El resultado final va a condicionar la labor legislativa de la administración Biden y podría dejar en dique seco sus últimas iniciativas, como la ley para controlar la inflación o la protección federal del derecho al aborto.
Está por ver, también, que el resultado cimente las aspiraciones del expresidente Donald Trump a presentarse de nuevo en 2024. De momento, a los candidatos que contaron con su apoyo en Pensilvania y Michigan no les ha ido bien.
La Cámara de Representantes se inclina hacia los republicanos
Los republicanos van camino de arrebatar a los demócratas el control de la cámara baja, según los resultados preliminares y las proyecciones. Los demócratas tenían hasta ahora una mayoría de 222 entre los 435 representantes.
El partido del elefante ha arrebatado al menos seis escaños previamente en manos demócratas y de momento se asegura 198 escaños frente a 168, con el resto aún en juego.
«Es claro que vamos a recuperar la Cámara de Representantes», ha declarado el líder de la minoría republicana, Kevin McCarthy.
Por su parte, la actual presidenta de la Cámara y portavoz de la mayoría demócrata, Nancy Pelosi, ha señalado que los candidatos de su partido están «sobrepasando fuertemente las expectativas».
Entre los demócratas que renuevan su mandato se encuentran las diputadas progresistas apodadas como The squad («La brigada»): Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), Ilhan Omar, (Minesota); Rashida Tlaib (Michigan) y Ayanna Pressley (Massachusetts).
El Senado, en el aire
En la cámara alta, donde se renuevan un tercio de los escaños, la carrera está muy reñida. El Senado está actualmente dividido a la mitad (50 para cada partido, con la presidenta del Senado y vicepresidenta, Kamala Harris, para romper el empate), y el recuento de nuevo apunta a un empate o incluso a una mayoría demócrata por la mínima.
«Definitivamente no es una ola republicana, eso es seguro», ha admitido el senador republicano Lindsey Graham.
Los demócratas han arrebatado a los republicanos el escaño por Pensilvania, en una de las carreras más disputadas. El exjugador de fútbol americano John Fetterman se ha impuesto a la figura televisiva Mehmet Oz, aliado de Trump, y ha dado la mayor alegría a los del partido del asno hasta el momento.
En Georgia, el senador demócrata Raphael Warnock va por delante en el recuento. Warnock defiende el asiento frente a Herschel Walker, exjugador de fútbol americano envuelto en una polémica por haber pagado un aborto a una expareja. Esta es una de las batallas más disputadas y puede que no se decida este miércoles, sino que se necesite una segunda vuelta en diciembre, puesto que ninguno alcanza el 50% de los votos y hay un tercer candidato con al menos el 2%.
Los republicanos conservan los escaños en juego de Carolina del Norte (Ted Budd, un trumpista opuesto al aborto) y Carolina del Sur, Idaho, la dos Dakotas, Ohio, Utah, Iowa, Kansas, Oklahoma, Kentucky, Missouri, Indiana, Louisiana, Alabama y Alaska.
Los demócratas mantienen los asientos en liza en Washington, Oregón, California, Colorado, Illinois, Nueva York, Vermont, New Hampshire, Maryland, Connecticut y Hawai. Es probable que conserven también Arizona, en la persona del exastronauta Mark Kelly.
El escaño al Senado por el Estado de Nevada, actualmente demócrata pero que podría caer del lado republicano, será una de las claves.
Gobernadores: reveses para Trump en Florida, Pensilvania y Michigan
Este martes se elegía también a los gobernadores en 36 de los 50 estados. Aquí los demócratas han resistido y de hecho han arrebatado a los republicanos la máxima representación en Maryland y Massachusetts.
Los republicanos conservan entre otros Florida, Texas y Georgia.
En Florida, Ron de Santis ha sido reelegido, pese a las críticas por la gestión del huracán Ian, y es un firme candidato a las primarias republicanas, en las que podría enfrentarse a Trump.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, renueva mandato venciendo de nuevo a Beto O’Rourke, y el Partido Republicano llega a los treinta años de gobierno ininterrumpido.
En Georgia, el republicano Brian Kemp se mantiene tras ganar por segunda vez a Stacey Abrams, una política con gran predicamento en el partido del asno. Kemp fue uno de los dirigentes republicanos que no se alineó con Trump en su denuncia de las presidenciales.
Los demócratas conservan entre otros Nueva York, un estado que parecía peligrar, California, Pensilvania y Wisconsin.
En Pensilvania, el fiscal general Josh Shapiro conserva el estado para los demócratas frente a Doug Mastriano, uno de los más radicales seguidores de Trump, y uno de los candidatos que aún niega la legitimidad de las presidenciales de 2020.
Los candidatos trumpistas también se la jugaban en Michigan y Arizona, dos de las competiciones con mayor carga ideológica.
En Michigan, la actual gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, ha derrotado a la presentadora televisiva Tudor Dixon, partidaria de prohibir totalmente el aborto. El FBI desmontó una conspiración de una milicia ultraderechista de Michigan para secuestrar a Whitmer.
En Arizona, donde el recuento aún no ha terminado, Kari Lake, considerada una de las más fieles seguidoras de Trump, va por detrás de la candidata demócrata Katie Hobbs.
Lake, que no ha reconocido el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 y que ha prometido eliminar el voto por correo si gana, ha aprovechado un fallo en las máquinas de recuento, que fue solucionado durante la jornada, para insinuar que la elección no ha sido limpia. Se da la circunstancia de que Hobbs, como secretaria del Estado y responsable del proceso electoral, tuvo un papel decisivo en los comicios de 2020.
Las elecciones a gobernador han hecho posible también varias «primeras veces» en la política estadounidense. En Massachusetts, la hasta ahora fiscal general Maura Healey (demócrata) será la primera mujer en ocupar el puesto, y la primera gobernadora abiertamente lesbiana de EE.UU.
En Arkansas, la exsecretaria de prensa de Trump en la Casa Blanca, Sarah Huckabee, también será la primera mujer elegida como gobernadora, al igual que Kathy Hochul en Nueva York (Hochul ostentaba el cargo como sustituta del dimitido Andrew Cuomo).
En Maryland, un Estado donde el 31 % de la población es afroamericana, el demócrata Wes Moore se convertirá en el primer gobernador negro.
El aborto, también a votación
En cinco estados se dirimían propuestas sobre el aborto, un asunto que ha movilizado a ambos partidos tras la decisión del Tribunal Supremo de anular el dictamen Roe-Wade que amparaba este derecho a nivel federal.
Vermont, California y Michigan han aprobado proteger el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, incluyéndolo en sus constituciones.
Por el contrario, en Montana y Kentucky se votaban leyes más restrictivas, como no incluir el derecho al aborto en la constitución del primero de los estados, la llamada ley de «los nacidos vivos», que requiere asistencia médica para los infantes que han nacido después de un aborto fallido y penaliza a los sanitarios que no lo hagan, en el segundo. El resultado aún no se conoce, pero con más del 80% escrutado en ambas, está ganando el no, es decir, la perspectiva pro aborto.
Otra de las medidas más sonadas es la aprobación de la marihuana recreativa, que ha salido adelante en Maryland y Missouri, pero que han rechazado en Arkansas y Dakota del Norte.
Con información de RTVE de España
