06 de marzo del 2022.- La evacuación de civiles ha fracasado por segunda vez en Mariúpol, al sur de Ucrania. Las fuerzas rusas y ucranianas se culpan mutuamente de haber violado el alto el fuego, como ya ocurrió en la víspera.
«Los rusos comenzaron a reagrupar sus fuerzas y bombardear fuertemente la ciudad. Es extremadamente peligroso sacar a la gente en tales condiciones», ha sostenido el ayuntamiento este domingo, mientras la agencia rusa RIA mantiene que los ataques de las tropas ucranianas han obligado a volver a suspender la operación. Unos centenares de vecinos de los 400.000 habitantes han conseguido salir de la ciudad portuaria.
Mientras tanto, Rusia continúa su ofensiva por el sur, con el objetivo de cortar la salida de Ucrania al mar, y lanza ataques sobre las regiones del norte para cercar Kiev. En Irpín, en la región de la capital, las tropas rusas han abierto fuego sobre civiles durante una evacuación, como han atestiguado los periodistas en el lugar. Miles de personas intentan de salir del país por las fronteras al este, cuando se cumplen once días de invasión.
Evacuaciones en Mariúpol y Volnovaja
El ayuntamiento de Mariúpol ha informado a primera hora del domingo de los planes de evacuación de civiles a partir de las 12 horas (11 horas en España peninsular), con autobuses municipales dispuestos en tres puntos de la ciudad y vehículos privados. El corredor seguro hasta Zaporiyia pasaba por Pokrovske, Manhush, Rozivka, Bilmak, Polohi y Orikhova.
“Alcalde: «El Mariúpol que conocíamos ya no existe»“
Como hizo en la víspera, el consistorio ha instado a los ciudadanos a través de su canal de Telegram a llenar sus vehículos tanto como puedan para evacuar al máximo número de personas posible. En dirección contraria, la ciudad también espera la llegada de víveres y medicamentos por ese corredor. «El primer convoy humanitario ha partido de Zaporiyia hacia Mariúpol. El peso de la carga es de unas 90 toneladas», ha escrito el ayuntamiento al inicio del alto el fuego.
El acuerdo para abrir corredores humanitarios en Mariúpol y Volnovaja tampoco se cumplió este sábado por la persistencia de combates y bombas en la ruta, violaciones del alto el fuego que Ucrania imputa a Rusia, y viceversa.
Así, sus más de 450.000 habitantes llevan cinco días atrapados en los refugios de barrios sin luz, calefacción o agua, bajo las bombas y las bajas temperaturas, por lo que el ayuntamiento teme una «catástrofe humanitaria».
«Es imposible contar los muertos, la ciudad está bajo continuos ataques aéreos», ha relatado el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, en una entrevista con el periodista Dimitry Gordon en YouTube en la noche del sábado. Boichenko ha acusado a Rusia de evitar la asistencia a los «miles» de heridos: «El Mariúpol que conocíamos ya no existe».
Mariúpol es la última ciudad bajo el control de Ucrania con salida al Mar de Azov y un objetivo estratégico para Moscú, que intenta conquistar toda una franja que va desde la costa del Mar Negro (con el puerto de Odesa como pieza clave) hasta las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk.
De este modo, el Ejército ruso controlaría todas las vías de acceso por el sur, ya fueran marítimas (Mar Negro y Azov) o terrestres, por la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Pulso en el sur por el control de Odesa y Mykolaiv
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que el Ejército ruso se prepara para bombardear Odesa, principal puerto del Mar Negro. «¿Cohetes contra Odesa? Esto será un crimen de guerra», ha afirmado en un discurso en vídeo, difundido por el Ministerio del Interior ucraniano.
En este frente del sur, Rusia tiene pendiente consolidar sus posiciones en torno a Jersón, conquistada hace tres días. Pero en la provincia todavía quedan bolsas de resistencia. En la ciudad, civiles desarmados salieron este sábado a protestar por la invasión e interponerse en el camino de los blinddos.
En la vecina Mykolaiv, se han producido bombardeos durante la noche y Ucrania denuncia el lanzamiento de misiles sobre viviendas. Allí, la resistencia ucraniana estuvo a punto de perder la ciudad este viernes, pero consiguió reorganizase y expulsar al ejército ruso, según informa el enviado especial de TVE, Oscar Mijallo. Algunas fuentes aseguran que Ucrania ha vuelto a tomar el aeródromo en la contraofensiva.
Combates en el norte rodean a Kiev
Los combates continúan también este domingo en el norte, con ataques rusos sobre Irpín, Hóstomel, Makariv, en la región de Kiev. Las tropas rusas han bombardeado Irpín durante la evacuación de civiles. Los fotoperiodistas que trabajan en esa zona han presenciado el ataque y han documentado la muerte de varios ciudadanos.
Al oeste de la capital, un ataque aéreo ha destruido diez casas en la región de Yitómir o Zhitómir.Al menos una persona ha muerto en esta ofensiva y cinco más están heridas, entre ellas, un niño. «El área de la autopista de Yitómir sigue siendo el punto más caliente», ha avisado el Servicio Estatal de Comunicaciones Especiales y Protección de la Información de Ucrania y recoge Efe.
Los cohetes rusos han destruido completamente el aeropuerto civil de la región centro-occidental de Vinnytsia, según ha afirmado el presidente Zelenski. A 130 kilómetros de ahí, Rusia asegura este domingo haber destruido la base aérea militar de Starokonstantinov, con armas de alta precisión de largo alcance.
Las tropas rusas se dirigen hacia Kiev también por el este y atacan Chenígov. Según el Ministerio del Interior ucraniano, la destrucción de infraestructuras civiles afecta especialmente a esta región, junto a Járkov, Bucha (en Kiev) y Korosten (Yitómir).
Desde que comenzó la guerra, más de 1.5 millones de personas han huido de Ucrania, lo que convierte a esta en la crisis de refugiados que más rápido ha escalado desde la Segunda Guerra Mundial, según ACNUR.
Las autoridades ucranianas hablan de más de 2.000 civiles muertos y, en el plano militar, aseguran haber matado a más de 11.000 soldados rusos. El Kremlin, por su parte, reconoce muchos menos.
Putin: La guerra terminará cuando Kiev se rinda y acepte las demandas rusas
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado este domingo que su «operación especial» no terminará hasta que Kiev se rinda y acepte todas sus demandas, esto es, la desmilitarización, incluida la no adhesión a la OTAN, y la caída del Gobierno de Zelenski.
El líder agresor se lo ha trasladado al presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, en una llamada telefónica en la que ha repetido que sus planes van según lo previsto, ha informado el Kremlin en un comunicado.
Las negociaciones entre Rusia y Ucrania para el cese de hostilidades se retomarán este lunes en una tercera ronda de negociación en Bielorrusia. Mientras, Estados Unidos «trabaja activamente» en un acuerdo con Polonia para enviar aviones de guerra a Ucrania, según el secretario de Estado, Anthony Blinken.
Los países Occidentales siguen dispuestos a desplegar más sanciones para aislar a Rusia y el Kremlin, algo que Vladímir Putin ha comparado con «una declaración de guerra».
Pero los países no son los únicos que han respondido a esta guerra: numerosas empresas han anunciado el cese de su actividad en Rusia, como lo han hecho agencias y medios de comunicación (entre ellos RTVE) tras entrar en vigor de una ley que castiga difundir lo que Moscú considera «noticias falsas» sobre la guerra.
Con información de RTVE de España