25 Septiembre 2021 Salud
El cóctel, recomendado solo para casos de alto riesgo de hospitalización o muerte, combina los fármacos casirivimab e imdevimab, pero está patentado. Ante su alto coste, un organismo de la ONU está negociando para bajar su precio para hacerlo más asequible.
La Organización Mundial de la Salud ha recomendado el uso combinado de los fármacos casirivimab e imdevimab, que utilizan anticuerpos monoclonales, para tratar determinados casos de COVID-19.
«Se trata de un gran avance en el cuidado de los pacientes con COVID-19», dijo Janet Díaz, jefa de atención clínica de la agencia de la ONU.
Esta terapia con anticuerpos recibió la autorización de uso de emergencia en Estados Unidos en noviembre del año pasado, después de que se utilizara para tratar al expresidente Donald Trump. El tratamiento puede costar miles de dólares si no está cubierto por los seguros.
Según la agencia de la ONU, la intervención con esos medicamentos debe reservarse para los pacientes con síntomas leves o moderados, pero con un alto riesgo de acabar hospitalizados por presentar alguna comorbilidad, o para aquellos pacientes graves cuyo sistema inmunológico no produce anticuerpos.
“Aunque el casirivimab y el imdevimab consiguen una reducción sustancial del riesgo relativo de hospitalización, el beneficio será trivial o carecerá de importancia en términos absolutos para todos los casos, excepto los de mayor riesgo, para los que debería reservarse la intervención”, asegura la guía de recomendaciones terapéuticas de la Organización Mundial de la Salud.
Agrega que el panel que estudió el uso de los medicamentos identificó que el umbral en el que la mayoría de las personas quisiera recibir el tratamiento es el de “un riesgo superior al 10% de ser hospitalizado por COVID-19”.
Pero a falta de herramientas creíbles para predecir el riesgo de hospitalización en personas infectadas por COVID-19, la guía señala que las personas con mayor riesgo son las que no están vacunadas, las personas mayores o las que tienen inmunodeficiencias o enfermedades crónicas, como por ejemplo la diabetes.
Negociaciones para abaratar su precio
La farmacéutica suiza Roche ha estado trabajando en asociación con Regeneron, que tiene la patente, para producir el tratamiento.
UNITAID, un organismo sanitario de la ONU, está negociando directamente con Roche para conseguir precios más bajos y una distribución equitativa en todo el mundo.
La OMS también ha mantenido conversaciones con la empresa para la donación y distribución del medicamento a través de UNICEF.
Las recomendaciones de la OMS se basaron en gran medida en los datos de un estudio británico realizado en junio con 9000 pacientes, que constató que la terapia reducía las muertes en pacientes hospitalizados cuyo sistema inmunitario no había logrado producir una respuesta.
«Estamos tomando la información (del estudio británico) y generalizándola a otras personas», dijo la doctora Díaz. «Vimos que había un beneficio que consideramos significativo».
El tratamiento lleva décadas en el mercado para tratar muchas otras enfermedades, incluidos los cánceres. Se basa en una clase de fármacos llamados anticuerpos monoclonales que imitan los anticuerpos naturales producidos por el cuerpo humano para combatir las infecciones.