Columna Política «La Feria», Sr. López (26-VII-2021).- Cuando se satura el seso de este menda con tanta metedura de pata y pifia que a nuestro país asola (tan correcto como ‘asuela’), le escribe a Dios. Sí. No lo ande contando, pero como confío en su discreción le comparto una de ellas:
Estimado Dios:
Disculpa no dirija formalmente esta carta a Ti pero es imposible mencionar todas tus profesiones: astrónomo, químico, biólogo, legislador, doctor y una infinidad más (aparte, como de ninguna tienes cédula profesional, mejor no comprometerte).
Tampoco encontré la palabra de cortesía adecuada a Tu jerarquía porque “Ilustrísimo” o “Excelentísimo” lo usamos con personas con las que no creo Te guste tratar; lo de “Rey de Reyes”, está pasadísimo de moda y lo de “Señor Dios de los Ejércitos”, ya está muy mal visto. “Presidente de Presidentes” o “Jefe de Estado de Jefes de Estado”, es más actual, pero esos tienen sus cargos por tiempo limitado, lo que se opone a Tu naturaleza de Eterno y Todopoderoso, y los tienen por elección popular lo que podía parecerte una insinuación del peor gusto. Estuve a punto de ponerte “Slim de Slimes”, pero don Carlos tiene fama de modesto y no quiero incomodarlo, a él menos que a nadie en México… después de Ti, claro.
También pensé dirigirme a Ti por alguno de los nombres con los que Te llamamos en este planeta, pero como están las cosas, era meterse en averiguatas o algo peor con algunos de Tus devotos que promueven Tu nombre a la brava y consideran chic usar chaleco de dinamita. Mejor así, “Dios” nada más y “estimado”, porque has de estar hasta el copete de esos dos caras que Te dicen “Santo, Santo, Santo”, y con el que tratan diario es con el diablo (nota por favor la minúscula).
No tiene motivo esta carta, sin subestimar Tu Omnisciencia. Te escribo porque está visto que Te gusta que Te digamos las cosas aunque siempre sepas todo (¿no Te aburres a ratos?), y aunque no Te sorprenda, no es para pedirte nada (sin sobreestimar mis enormes limitaciones de todo tipo y entre más viejo, hasta de las más penosas).
No Te pido nada porque sería el colmo que si algo me lo puedo conseguir trabajando o portándome bien con el vecino, Te lo pidiera a Ti, que bastantes cosas más importantes tienes que atender (me quiero imaginar los asuntos bien gordos que tienes pendientes en Cuba, Venezuela, Nicaragua y en el Primer Cuadro de la CdMx… sin ánimo de ofenderte, Te oriento: en Palacio Nacional, no se te olvide). Y de las cosas que no se obtienen con el esfuerzo personal, nomás faltaba que fuera necesario decírtelas, como si no fueras Quien Eres; aunque sin abusar de Tu paciencia, Te encargo mucho a todos los que quiero (y ya en estas, que no me fallen la salud ni el trabajo… bueno, qué Te puedo decir).
Como Tú sabes, Te escribo para darte las gracias. Parece mentira que leyendo siete periódicos diarios sea uno optimista, pero aparte del tiempo de infames que azota al país, hay muchas otras cosas que agradecer y no vayas Tú a creer que nos pasan desapercibidas, desde que siga en orden la mecánica de los planetas y el Sol salga a su hora todos los días. Todo es Tu creación, está bien hecho y se Te agradece (aunque ya habrá oportunidad después, cuando nos conozcamos personalmente -no hay prisa-, de que me expliques los mosquitos, que no parecen aportar nada al equilibrio del Universo y el tamaño del hueso del mango, que con semilla te hubiera quedado mejor… simple opinión de neófito).
Lo importante es que Te estamos muy agradecidos por muchas cosas, empezando por cada día, que es un milagro Tuyo, y también lo del cloruro de magnesio que me recomendó Mercedes mi hermanita y me curó un dedo tieso (¡gracias!, que veo claramente Tu mano tras esas cosas y también en mi sistema digestivo que es una maquinaria de trabajo pesado y alta precisión: ¡gracias!).
También Te agradezco que sea buena la inmensa mayoría de las personas (¡bendito seas Tú!), y encima, simpática, en el caso de Chiapas, en particular Tuxtla Gutiérrez, que es de donde me constan ambas cosas.
De otras cosas que no me gustan y están fatal, no me atrevo a pedirte que las corrijas porque Tú sabes Tu cuento y si las permites por algo será. No me refiero a la delincuencia organizada ni a la estrategia de nuestro gobierno de tratar de volver buenecitos a los narcos a fuerza de abrazos y desconcertarlos con constantes metidas de pata, porque eso está en manos de Tus tenochcas criaturas y no Te metes, se entiende, porque sería el colmo suponer que tienes la obligación de andar levantando nuestro tiradero.
Sin embargo y sabiendo de Tu paciencia infinita, pensé pedirte hicieras algunas excepciones: la gente que vive en la calle, los viejos abandonados, los migrantes famélicos, los enfermos sin medicamentos (empezando por los niñitos con cáncer y sus mamás y papás, partidos de dolor sin que nadie de los responsables se conduela), pero no Te falto al respeto, bien sabes de esas tragedias y ya nos mandaste el remedio a cada una, pero la indiferencia y dureza de corazón de los que recibieron los remedios y todos los medios necesarios para aplicarlos y no los aplican ya no es cosa Tuya. Se entiende, Tú hiciste lo Tuyo.
Sí me atrevo a pedirte con todo respeto que los violadores y los que maltratan mujeres y niños, caigan fulminados en el instante que se les ocurra una bajeza; Hazlo por los viejos tiempos, antes hacías llover fuego y azufre, y si a la esposa de Lot la volviste estatua de sal por voltear a ver Sodoma, no es tanto pedir. (No me aguanto… lo de José José ¿qué trabajo te costaba?… no es reclamación, Te lo comento con confianza de hijo, que conste).
Pero insisto, Dios: Tú ya hiciste el milagro de darnos inteligencia sobrada para componer tanta barbaridad y es nuestra responsabilidad. Aceptado y ni pendiente tengas. Nosotros nos encargamos. Te podrá parecer que nos tardamos mucho en meter en varas a los políticos y gobernantes venales (no todos, aunque hoy, no pocos), pero, ya verás: no hay plazo que no se cumpla ni 2024 que no llegue. Somos cuchillito de palo.