Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (23-VI-2021).- Talvez tenga algo de razón Andrés Manuel López Obrador cuando llama “aspiracionistas” a un sector de la clase media, pues sí, es cierto que hay quienes quieren darse ciertos lujos para ganar “estatus”.
Antes nadie pensaba en comprar en Liverpool o Sears; se conformaban con estrenar “una mudada” de ropa cuando era su cumpleaños o en fechas especiales como el 24 o 31 de diciembre.
La gente mandaba a hacer su ropa con un sastre, en lugar de ir a tiendas como Coppel donde te “seducen” con facilidades de pagos chiquitos, aunque luego te “ahoguen” con los intereses y la cobranza.
La gente tenía un par de zapatos, si bien le iba. Tener un par de tenis ya era un lujo y casi siempre era para quienes iban a la escuela.
Antes los zapatos se boleaban, se llevaban al zapatero, se les cambiaba de suela.
Ahora, esos “aspiracionistas” a los que AMLO se refiere quieren hasta comprarse hasta el carro del año, aunque para lograrlo tengan que vivir al día y endeudarse.
Esa “necesidad” de hacerse del mejor teléfono, de ropa de marca, del mejor auto, lleva a muchas personas a incurrir en actos de corrupción y, si nos apuran tantito, hasta incurrir en ilícitos.
En todo eso quizá tiene razón el tabasqueño, el problema es que los “aspiracionistas”, como él llama a cierto sector de la clase media, no solo están en ese sector social ni tampoco andan humillando a los que menos tienen, pues sencillamente quieren darse una vida para la que el poder adquisitivo no alcanza.
También hay “aspiracionistas” entre la clase pobre, y quizá no tenga solo qué ver con una cuestión de aspirar a pertenecer a otro sector social, sino a las facilidades “tramposas” que muchas tiendas te ofrecen, además, así es el libre comercio y salirse de él sería imposible en estos tiempos…
¿ESTUDIAR ES UN PECADO?
Ahora bien, AMLO comete un error cuando se refiere a ese sector de clase media que ha estudiado una carrera universitaria, quizá una maestría y quizá hasta un doctorado.
No todos estudiaron porque quieren ascender en la clase social y pertenecer a una cúpula. Mas bien se trata de querer mejorar sus ingresos y porqué no, de aumentar sus conocimientos. Bueno, hasta para ascender en carrera magisterial piden maestría.
El tabasqueño, quien ha enfocado sus baterías a criticar a esa clase media después de que Morena perdió la mitad de la Ciudad de México, seguramente tiene un propósito con sus dichos, no hay duda; sin embargo, comete un error cuando dice que muchos votaron “obnubilados”, es decir ciegos.
¿Entonces esos que se equivocaron al votar a ciegas en el proceso interno del 6 de junio también se equivocaron al votar en 2018?
Porque esos mismos a los que ahora critica (insistimos, debe ser con algún propósito) fueron los que se volcaron a las calles porque creyeron en la Cuarta Transformación.
Quizá el Presidente de México, quien presume conocer todos los municipios del país y de tener de consejero al pueblo no está captando bien el mensaje.
Así como, debemos reconocer, existe un amplio sector social que está contento con sus dichos, con sus programas sociales, con que él no utilice el avión presidencial, así también hay un sector que considera que su gestión está convirtiéndose en “pan con lo mismo”.
Quizá no es tiempo de etiquetar, sino de escuchar a esos aspiracionistas…