03 de mayo 2021 Salud
El ministro de Salud del país sudamericano informa sobre el plan de inmunización que busca haber protegido del coronavirus a todos sus habitantes al finalizar este año. La estrategia incluye la transferencia de tecnología para producir vacunas para su administración nacional y regional. La agencia sanitaria para América Latina destaca la urgencia no sólo de vacunas, sino de suministros y equipo para tratamiento y prevención del COVID-19 en todos los países de la región, una de las más golpeadas por la pandemia.
Desde noviembre pasado, Brasil vive una crisis sanitaria con una elevada cifra de hospitalizaciones, entre ellas muchas de gente joven. Hasta el momento, el país ha reportado más de 14 millones de casos y la cifra de muertes rebasa las 400.000. Las infecciones y los decesos han disminuido en las últimas semanas, pero ni Brasil ni ningún país puede bajar la guardia, es una lección que el mundo tiene que aprender, dijo este viernes el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tedros Adhanom Ghebreyesus abrió con estas palabras la sesión informativa bisemanal de la OMS y cedió luego la palabra al ministro de Salud de Brasil, quien explicó que el gigante sudamericano está acelerando su campaña de vacunación con un despliegue en todo el país diseñado para lograr una mejor distribución de las inmunizaciones.
Marcelo Queiroga afirmó que el gobierno brasileño ha implementado medidas en dos frentes: combatir la pandemia y mantener a los trabajadores en sus empleos para que mantengan una fuente de ingresos.
El ministro consideró injusto que se diga que hubo retrasos en la administración de vacunas y detalló que para el próximo lunes habrán aplicado más de 16 millones de inmunizaciones.
“Estamos trabajando en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para poder acceder a las vacunas del mecanismo COVAX lo más pronto que se pueda. También vamos a adquirir más dosis por medio de acuerdos bilaterales como el que firmaremos próximamente con Pfizer por cien millones de dosis. Cuando hablamos de vacunas, hablamos de esperanza. Tenemos vacunas suficientes en el horizonte y esperamos haber vacunado a toda la población para fin de año”, enfatizó Queiroga.
Una trabajadora de salud en el laboratorio
Transferencia de tecnología
El responsable del Ministerio de Salud defendió la ruptura de patentes de la industria farmacéutica para que los países en desarrollo puedan producir vacunas genéricas y subrayó la adhesión de Brasil a la iniciativa liderada por la Organización Mundial del Comercio para aumentar la producción de inmunizaciones por medio de la transferencia de tecnología.
En este contexto, detalló que los científicos brasileños trabajan en asociación con la Universidad de Oxford, además de que han modernizado las instalaciones de sus laboratorios con el fin poder producir y aumentar las vacunas para su población y la de los países de la región.
Queiroga indicó que entre la población prioritaria para recibir la vacuna por su nivel de vulnerabilidad se cuentan los pueblos indígenas y agregó que por ello se ha vacunado ya al 75% de la población mayor de 18 años en esas comunidades.
Por otra parte, el ministro señaló que la pandemia ha destacado la necesidad mundial de fortalecer los sistemas de salud pública y reforzar la atención primaria tanto para las emergencias como para el tratamiento y la lucha contra las enfermedades crónicas, que han sido la causa subyacente de muchos de los decesos por COVID-19.
Un joven de Brasil durante la pandemia de COVID-19.
América Latina y el Caribe, en peligro
Al hablar de la situación en los países de América Latina y el Caribe, el director de Emergencias de la OPS aseveró que el panorama es “muy preocupante”.
“Los países libran varias batallas, no tienen suficientes vacunas y operan en el contexto de una enorme crisis económica que ha hecho aumentar la pobreza”, enfatizó el doctor Ciro Ugarte.
El experto recalcó que si bien los casos y las muertes están disminuyendo, es más importante que nunca apoyar a los trabajadores de la salud y mantener un enfoque integral y coordinado para reducir la transmisión y prevenir un resurgimiento y una mayor pérdida de vidas.
“Eso significa medidas de salud pública que incluyen vigilancia, pruebas, rastreo de contactos, cuarentena de apoyo y atención compasiva. Y también quiere decir medidas individuales que incluyen distanciamiento físico, máscaras, higiene de manos y ventilación”, apuntó.
La vacunación en Colombia comenzó el 18 de febrero de 2021.
Lo más urgente: más vacunas
Pero lo más urgente, aseguró, es disponer de más vacunas contra el COVID-19, ya sea mediante el mecanismo COVAX o por medio de donaciones, en el caso de los países que no tienen los recursos para comprarlas directamente a los fabricantes.
“Hasta ahora, COVAX ha repartido 7,3 millones de vacunas en la región, pero hacen falta muchas más. Muchos países no pueden hacer acuerdos bilaterales y dependen de COVAX, pero el pronóstico de tener más suministros pronto no es optimista”, insistió Ugarte.
Recordó que Estados Unidos aportó 3500 millones de dólares en fondos de emergencia contra el COVID-19 para los países pobres o en desarrollo; sin embargo -lamentó- a América Latina y el Caribe no han llegado suficientes de esos recursos.
El director de Emergencias añadió que países como Colombia, Guyana, Uruguay, Bolivia, Ecuador y Perú encaran un aumento drástico de casos y que sus sistemas de salud están desbordados.
Para ayudar a aliviar esta emergencia, la OPS y sus socios apoyan a las naciones que no dan abasto con la demanda de oxígeno, medicamentos para intubación y otros pertrechos médicos.
Ugarte especificó que gran parte del aumento de infecciones de COVID-19 está ocurriendo entre los jóvenes, quienes están llegando con casos graves a los hospitales y colocando en situación crítica a los sistemas de salud.