El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, juró el cargo oficialmente el domingo para iniciar un nuevo periodo en una pequeña y privada ceremonia en la Casa Blanca, en un tono mas comedido que en su histórica toma de posesión de hace cuatro años.
Acompañado de su familia en el Salón Azul de la Casa Blanca, Obama puso su mano sobre una Biblia y recitó el juramento de 35 palabras leído por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts.
Obama abrazó a su esposa Michelle y dijo: «Gracias», después de que ella lo felicitó por la toma de posesión.
El mandatario jurará en público este lunes en las afueras del Congreso de Estados Unidos con toda la pompa tradicional, pero ese acto será más que nada un espectáculo.
Técnicamente, el juramento del domingo es la que verdaderamente cuenta según la Constitución, que ordena que el presidente jure su cargo el 20 de enero.
Comparado con el ambiente que rodeaba la primera juramentación de Obama, el clima en esta ocasión será diferente.
Aunque Obama ganó con clara ventaja las elecciones de noviembre y que sus niveles de aprobación han oscilado por encima del 50 por ciento, iniciará su segundo mandato enfrentando una serie de asuntos desafiantes.
Se esperan batallas con los republicanos en torno al gasto, impuestos, el límite de endeudamiento, reformas inmigratorias y al control de armas, mientras que en política exterior tiene la tarea de desactivar la guerra en Afganistán y controlar las ambiciones nucleares de Irán.
Se espera también que en su discurso de toma de posesión Obama mencione la necesidad de un compromiso político donde sea posible crear un puente a las peleas divisionistas con la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, por los temas fiscales.