Columna Política «La Feria», Sr. López (27-I-2021).- Toda la familia materno-toluqueña, sabía que tío Chucho era la mentira andante, a excepción de tía Lola, su esposa, que pasó el trago gordo de compartir fiambre con otra señora que se presentó en la funeraria con hijos que eran el vivo retrato del difunto. Pasado el breve tiempo que se llora al mal marido, la tía trinaba decía que jamás hubiera imaginado que Chucho tuviera ‘casa chica’. Pepe el más impresentable primo que tenerse pueda, explicó a este menda que la tía se quería pasar de lista con la familia, pues los hijos de ‘la otra’, eran todos mayores que los de Lola, ella era la ‘casa chica’: -Que no diga nada, nadie está ciego, nomás hace el ridículo –tenía razón.
Por lo que a usted no interesa, este menda conoció si no todas, muchas de las variantes del engaño a que recurren los funcionarios públicos cuando de mentirle a la gente se trata; también trató con políticos cabales, claro, que simplemente decían la verdad pasara lo que pasara o les pasara lo que les pasara.
No imagine que hay academias que imparten cursos a los políticos sobre el arte de mentir, no, les es connatural, como si lo trajeran en su tenochca ADN (lo traen).
Y como en todo, hasta entre perros, hay clases: hay los que mienten mal (poco futuro político); otros que han mentido tanto que nadie les cree nada, ni cuando dicen la verdad (muy útiles para un barrido o un fregado, a todo le entran); también los que mienten solo cuando es rigurosamente necesario y en cuestiones de interés del Estado.
Generalizando se puede afirmar que antes mentían menos, pero eso era en razón de que podían hacer lo que les viniera en gana sin dar cuentas a nadie, pero ahora, para su mala suerte, aparte de que ya somos menos mensos, hay prensa crítica (nacional y extranjera), órganos autónomos, organizaciones no gubernamentales muy latosas y la mentada ‘transparencia’ que los obliga a aparentar que informan todo de todo aunque -por supuesto- sin resignarse a decir la verdad.
A ese efecto, seguir mintiendo para ocultar trapacerías, ineficacias, metidas de pata, caprichos, canalladas e improvisaciones, se ha puesto de moda el método de ‘Anegación de Información’, consistente en soltar aluviones de datos que confundan al respetable, le dificulten detectar el engaño y lo lleven a suponer que los embustes oídos deben ser verdad, pensando que nadie puede ni se atrevería a decir tantas falacias.
Sin meterse en honduras con las madrugadoras de las que la empresa Spin lleva cuenta detallada de las mentiras, afirmaciones imposibles de comprobar e información sin sustento distinto a los sacros calzones presidenciales, repasemos solo los DATOS OFICIALES que sobre la pandemia del Covid 19 nos proporciona la autoridad.
Los datos son de antier, lunes 25 de enero (se le recuerda que esto se escribe el martes):
Total de contagiados: 1’771,740; total de muertes: 150,273; casos recuperados: 1’335,876; casos estudiados: 4’443,940; resultados negativos de los casos estudiados: 2’250,065 (OJO: este es el dato más importante, aquí enseña el plumero la autoridad federal de salud); camas ocupadas de hospitalización general: 20,871; camas ocupadas con ventilador: 5,504; vacunas aplicadas: 642,105; aplicación de segunda dosis de vacunas: 28,715; índice de letalidad: 6% (seis enfermos de cada cien, mueren)… y condimentan el chubasco de datos con gráficas en las que las curvas parecen descender o mantenerse casi horizontales, cosa muy rara si las cifras suben sin parar. Como sea, el respetable cambia de canal o queda como cuando jugaba ‘encantados’ y perdía.
Ellos confían en que no mucha gente ve las noticias calculadora en mano, pero habemos chusma que no teme a la aritmética, mire usted:
Empecemos por el final: el índice de letalidad es la división del número de muertos entre el número de enfermos: 150,273/1’771,740 = 0.0848 o sea: 8.48% (¡tengan su 6%!), cuadruplicamos el promedio mundial de defunciones por Covid 19 y eso solo eso, ya es muy escandaloso, aun sin reparar en que somos el país al que más personal de salud se la ha muerto (ya ve qué bien los equipa el gobierno).
Si han ‘estudiado’ a 4’443,940 personas y 2’250,065 salieron sanos, significa que la diferencia resultaron estar enfermos, no hay de otra, esos son 2’193,875… ¿con qué cara dura nos dicen que lo contagiados son 1’771,740 y los ‘estimados’ 1’964,840… con sus datos andamos cerca de dos millones 200 mil. Para mentir y comer pescado…
Otra cosa de plano muy fea: deducir el número real de fallecidos. Nos dicen que de los contagiados se han recuperado 1’335,876; sume a estos los que estén hospitalizados, pero no nos informan cuántos hay, entonces supongamos a favor de la autoridad que todos los que están en camas generales tienen Covid 19 (cosa absurda, pero…), más los que están con ventilador (20,871 + 5,504), son 26,375; más los recuperados, da 1’362,251; si le resta los 2’193,875 que no dieron negativo entre los estudiados tenemos el número de muertos: 831,624 difuntos.
Le repito la cuenta anterior, es cosa seria: al total de contagiados, reste los recuperados y los hospitalizados (2’193,875 – 1’335,876 – 20,871 – 5,504), recuerde que estamos suponiendo que TODOS los hospitalizados tienen Covid 19, cosa imposible pero para no hacer cuentas alegres, dejémoslo así: hay cuando menos 831,624 cadáveres.
Este su texto servidor sabe que el doctor Muerte lo haría pedazos si se prestara a discutir esto. Pero son sus números, puede decir misa y cantarse una ópera china, números son números, SUS números: 831,624 cadáveres y el verdadero número de realmente vacunados es de 28,715 que los demás están medio vacunados y rezando rosarios a rodilla para que les llegue a tiempo la segunda dosis. Si no es así, que cambien sus informes, por ejemplo diciendo la verdad, eso no falla.
Este desastre no tiene escapatoria. Cosas como lo del 68 (30 muertos; 53 heridos graves), marcaron injustamente y por siempre a un régimen que duró siete décadas en el poder. La 4T en dos años ha roto todo récord maligno.