07 de enero del 2021.- Donald Trump, aún presidente en ejercicio de Estados Unidos, ha reconocido hoy por fin, aunque indirectamente, que la victoria de su rival demócrata, Joe Biden, en las elecciones en noviembre pondrá fin a su mandato en 13 días, y ha prometido una «transición ordenada».
Así lo ha anunciado en un comunicado transmitido por su vicejefe de prensa, Dan Scavino, en Twitter. No obstante, Trump insiste en cuestionar los comicios.
«Incluso aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos me lo confirman – dice Trump – sin embargo habrá una transición ordenada el 20 de enero».
«Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar de que solo los votos legales son contados – añade el presidente – ¡Mientras esto representa el final del primer mandato más grande de la historia presidencial, es solo el principio de nuestra lucha para hacer América grande de nuevo!».
La promesa de una «transición ordenada» llega solo horas después del asalto al Capitolio por parte de los seguidores de Trump, que ha terminado con cuatro muertos y decenas de detenidos y ha dejado escenas nunca vistas en la historia del país.
Dimisiones en la Casa Blanca
Los hechos del Capitolio han provocado, de momento, que varios de los asesores y colaboradores en la Casa Blanca hayan dimitido. Ha sido el caso del consejero adjunto de Seguridad Nacional, Matt Pottinger; Stephanie Grisham, secretaria de prensa y jefa de gabinete de Melania Trump; y la secretaria social, Anna Cristina Niceta.
Desde el partido demócrata se han escuchado voces, como la de la congresista Alexandra Ocasio, que reclaman un impeachment, un juicio político que acabe con la destitución del actual presidente, aunque solo quedan 13 días para la toma de posesión de Biden.
Varios medios estadounidenses incluso se hacen eco de supuestos movimientos dentro de la propia Casa Blanca para inhabilitar a Trump invocando la 25a enmienda de la Constitución, que regula la sucesión del presidente en caso de enfermedad o incapacidad. Esto requeriría que el vicepresidente Pence y una mayoría del gabinete declarara a Trump incapaz de gobernar, y que lo ratificara el Congreso, lo que parece muy improbable.
Con información de RTVE de España